Otro jaguar asesinado en Cartagena del Chaira y en Risaralda. ¿Cuántos más vamos a perder este año en el país?

No es el primer artículo que publico frente a esta problemática, pero ahora me parece más importante hablarles sobre el valor que cobra esta especie para que repliquemos la conciencia de su protección.

El felino más grande de América, cuyo nombre significa una verdadera bestia feroz que mata de un salto, es una especie completamente majestuosa que ha habitado durante muchos años los corredores de nuestra región.

Este animal juega un rol fundamental en la conservación de los ecosistemas, ya que su depredación controla las densidades poblaciones de las presas, y tienen una distribución por diferentes territorios.

En este sentido, me pareció interesante cuando se habla de que su rol se asemeja al de un paraguas, ya que logra cobijar y proteger a un determinado ecosistema con las especies que allí habitan y con las cuales comparte territorio.

Pero la caza indiscriminada de este animal, bien sea para utilizar su piel con fines artesanales y de alta costura, para disfrutar de su carne, o simplemente porque ingresaron a un predio y se comieron los animales de granja, ha hecho que su existencia se encuentre amenazada.

Las principales amenazas sobre el jaguar son la degradación y pérdida de hábitat generadas por las acciones humanas como agricultura, minería, ganadería extensiva y cacería retaliativa. Esta última se genera cuando esta especie consume  un animal doméstico y las comunidades locales salen a buscarlo y matarlo (Gallo, Santos).

Ahora bien, su majestuosidad no solamente es contemplada por todos aquellos quienes nos consideramos amantes de los animales, sino por culturas prehispánicas de Centro América quienes lo consideraban como dioses.

Su habitat se ha ido fragmentando con el tiempo, debido a la tala indiscriminada de árboles, a la reducción de las zonas selváticas y boscosas a causa de la minería ilegal y la extensión ganadera, lo que ha impedido también, su reproducción.

Si pudiéramos trazar un mapa con un antes y un después, se vería algo así como una línea curva con muchos pedazos borrados que no permiten una continuidad.

Cuando escucho decir a alguien que los campesinos e indígenas muchas veces los asesinan porque se comen los pocos animales que tienen en sus casas, me cuestiono si es culpa del jaguar, o si es que hemos trasgredido tanto su ecosistema, que necesitan salir a cazar por fuera de los territorios en búsqueda de alimento.

Me parece un acto de incultura, ignorancia y deshumanización muy grande, acabar con un felino de tan alta importancia, sin acudir a los entes ambientales especializados en manejar situaciones donde estos son vistos en zonas poco comunes.

Grandes organizaciones como la WWF están haciendo un importante trabajo con los monitoreos de estos animales, promoviendo educación a las comunidades y buscando la cooperación internacional para su preservación.

Sin embargo, cada vez vemos más noticias sobre nuevos asesinatos a sangre fría y sin compasión alguna. ¿Dónde están las autoridades en estos escenarios de crímen?

El desconocimiento no puede seguir siendo una excusa.