El cambio climático, sumado a la crisis política, social y económica, desataron un desastre sin precedentes en la región del África del Norte.

Hablemos primero de la explicación meramente climática de lo ocurrido. Las tormentas que causaron las inundaciones en Libia fueron ocasionadas por un ciclón tropical denominado Daniel, que, como lo afirman los locales, realmente es inusual en esta época del año y a tal intensidad.

La Universidad de Wisconsin – Madison, realizó una medición al respecto, y determinó que los niveles de humedad registrados por Daniel eran realmente impresionantes a finales de la época del verano, e incluso, en regiones mucho más húmedas en el mundo como lo es la costa del Golfo de EE. UU.

Mientras escribía el artículo, me apareció una publicación de la BBC donde se evidenciaban cifras de muertos alcanzados, las cuales ascendían a los 11.000 y se cree que lleguen a los 20.000. Asimismo, el promedio de lluvia en la región por mes era de 1.5mm, pero la tormenta trajo 400 mm de agua en un solo día.

Las represas desbordadas pueden llegar a llenar hasta 600 piscinas olímpicas…

Ahora bien, el cambio climático sí juega un factor fundamental en este escenario, así queramos desconocerlo.

El mar Mediterráneo ha tenido un incremento de aproximadamente dos grados, alcanzando recientemente nuevos records en el mes de julio, superando los 28 grados. Y este fenómeno parece en el futuro no presentar un buen panorama.

La catástrofe en Libia es el séptimo desastre relacionado con el clima que mata al menos a 500 africanos desde 2022; Un sorprendente 23 % de los 30 desastres relacionados con el clima más mortíferos en África desde 1.900 han ocurrido en los últimos dos años (Yale University).

Ahora bien, no todo es ni culpa del clima ni del cambio climático que, como ya lo he mencionado en otros artículos, exacerba, sin lugar a dudas, este tipo de lamentables fenómenos.

La fragilidad del entorno político en Libia es innegable, ya que la región lleva dividida desde el 2011, aproximadamente, en tanto su gobierno está regido por entes rivales que no se reconocen legítimamente entre sí. Esto ha llevado a una desarticulación institucional severa donde se han presentado múltiples conflictos bélicos que han imposibilitado una verdadera inversión en la infraestructura local.

Como se ha visto tristemente desde los últimos 10 años: lo que inició como un intento por lograr obtener la democracia, se ha transformado en un enfrentamiento armado que ha cobrado la vida de la población inocente.

Por supuesto, toda esta crisis ha hecho que las labores de búsqueda, rescate y reacción humanitaria dependan de Emiratos Árabes, Estados Unidos, Francia, entre otros gobiernos, porque o si no la situación sería aún más caótica.

Asimismo, este escenario se vio afectado por otro factor determinante y fueron los escasos recursos meteorológicos del momento para hacer una advertencia efectiva y una atención a la emergencia mucho más oportuna. De nuevo, todo esto está atado a la debilidad institucional que no ha permitido enlazar las entidades encargadas de manejar estos asuntos, con aquellas de carácter internacional y así estar mucho más reforzados.

Y lo más desgarrador de toda esta historia, es el hecho de que la situación económica es tan crítica justamente por todos estos factores que he mencionado, que ni siquiera las víctimas pueden tener una muerte digna, ya que deben ser enterradas en fosas comunes con los pocos utensilios que logran encontrar a la mano mientras llegan las ayudas humanitarias.

Mucho para reflexionar: más allá de ser una catástrofe natural, realmente factores como la agudización de la crisis climática aunado al hecho de ser una región golpeada por las guerras y la falta de un Estado consolidado, han hecho de este evento una alarma tajante para el resto de naciones en el mundo.

¿Ustedes qué opinan? ¿Es un fuerte llamado a los Gobiernos a reaccionar para evitar en el futuro que este escenario se presente en más naciones? Porque si lo dejamos a la deriva de ser meramente un fenómeno imprevisible de tipo natural, realmente no estamos entendiendo muy bien la noticia.