Quédense conmigo en esta noticia porque realmente me parece que tiene mucha tela para cortar.

Pocos días antes de iniciar la COP 28 (Conferencia de las Partes) que, recordemos, es fundamental para discutir a nivel global los compromisos adquiridos en materia ambiental a través de los acuerdos y pactos internacionales, la aerolínea Vírgin Atlantic, logró pilotear el primer vuelo propulsado por combustible de aviación sostenible.

Vamos por partes, el SAF por sus siglas en inglés, es un tipo de combustible que tiene el potencial de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero de los aviones hasta en un 80% (National Geographic).

Recordemos que, a nivel global, se estima que la aviación contribuye aproximadamente en un 2.5 % a las emisiones de dichos gases.

Ahora bien, los SAF se pueden producir a partir de la biomasa, contienen menos impurezas, y tienen una mayor densidad energética (National Geographic). No obstante, tienen una limitación en cuanto al porcentaje máximo que puede mezclarse con el queroseno.

El combustible tradicional de los aviones, que por cierto es bastante delicado, contiene queroseno, que es proveniente del petróleo.

Sigamos con la historia.

La aerolínea anunció que por primera vez en un vuelo de tipo comercial y de larga distancia, se utilizó un combustible ecológico, lo cual obtuvo por supuesto todo el apoyo del Gobierno británico ya que se anunció una larga suma de dinero para invertir en este nuevo proyecto. Es decir, este impulso de seguro no parará allí y vendrán más vuelos de esta aerolínea utilizando este tipo de combustibles.

¿Un precedente que va a impulsar a toda la industria a nivel global?

O ¿Será un detonante de críticas ambientalistas?

Me parece interesante exponer el segundo punto de vista que, considero, ya deben saber por dónde viene: el greenwashing.

Pero no todos conocen este término así que es clave definirlo primero.

El greenwashing según las Naciones Unidas, constituye un impedimento gigantesco a la hora de combatir el cambio climático.

Esto se reduce al hacer creerle a los consumidores que una compañía o una entidad está haciendo algo más por el medio ambiente que lo realmente ocurre en la realidad.

Planes sin evidencia alguna, evadir mostrar cómo funciona realmente una operación, aplicar etiquetas “eco” sin verdadera justificación, etc.

Ahora bien, organizaciones como GreenPeace no se han hecho esperar y ya manifestaron su descontento con esta noticia.

En primer lugar, porque la industria de la aviación está saturada con vuelos comerciales grandes y pequeño, privados y públicos, que contaminan a gran escala un planeta que cada vez está más caliente.

Por otra parte, aseguran los ambientalistas en general, que el porcentaje de SAF es muy pequeño el cual se puede mezclar con queroseno, y que realmente a comparación de los 100 mil vuelos diarios, no hace mucha diferencia.

Y finalmente, expertos aseguran que no es posible escalarlo de manera sostenible, ya que requiere de una gran tecnología bastante costosa que es de difícil acceso.

¿Cómo lo ven hasta acá?

Recuerden que los artículos que les he escrito acerca del reciclaje de los paneles hablan de grandes hazañas para lograr este proceso, pero son proyectos altamente escalables y comercialmente atractivos para la industria.

Hoy en día eso es fundamental en la innovación sostenible para realmente hacer la diferencia.

Ahora bien, yo no descalificaría tan rápido este suceso, ya que considero que puede llegar a tener potencial si se suman más socios inversionistas y en algún punto logran bajar los costos. Así podamos reducir en algún porcentaje de la contaminación global por las emisiones de la aviación, creo que puede iniciar una cadena de sucesos afortunados.

No estoy tan segura que sea tan prontamente un hecho de greenwashing puro y duro, creo que es una idea en construcción que requiere de un arduo trabajo para escalarla en toda la industria.

¿Ustedes qué piensan? ¿Cada idea ecológica de las industrias que no está desarrollada del todo es greenwashing?

¿Se le debe buscar “la comba al palo siempre”?

O está bien ser críticos desde el punto de vista sostenible para perfeccionar aquello que salga al mercado a venderse como “eco».

Los leo.