Primero que todo y como es debido, les deseo un feliz año a todos mis lectores. Espero fielmente que este 2024 podamos escribir noticias más positivas en lo que respecta al medioambiente en nuestro país y en el resto del mundo.
Comencemos entonces hablando del Plan de Gobierno 2024 – 2027 de nuestro alcalde electo, Galán, referente a los asuntos que respectan a la sostenibilidad y sus derivados.
Por una parte, el plan nos habla del compromiso con el Plan de Acción Climática, PAC, el cual incluye medidas tanto de mitigación, como de prevención y reacción ante los fenómenos derivados del cambio climático.
En este punto es importante señalar que, aplaudo el hecho de que no se hable de eliminar, reducir, o acabar con el cambio climático, ya que lo que las ciudades a nivel global deben hacer es justamente adaptarse e intentar mermar un poco los efectos que se han producido en todos los ecosistemas. Esto, ya que pensar en acabar de raíz la crisis, es bastante soñador y desdibuja los objetivos que se puedan estructurar a corto, mediano, y largo plazo. Ahora bien, cuando se habla de implementar un nuevo modelo de reciclaje de residuos como parte del PAC, considero que es fundamental hablar de un modelo de economía circular puro y duro que deje atrás el modelo lineal, y que, por supuesto, contemple los desechos provenientes de las energías renovables como la eólica, la solar, entre otras. Esto es fundamental si hablamos de prevenir a largo plazo una acumulación de residuos una vez la infraestructura construida hasta el momento, cumpla sus primeros ciclos de vida y sea necesario restaurarla.
Sobre todo, si se está contemplando la posibilidad de incorporar la infraestructura de los renovables a las viviendas, industrias y demás proyectos urbanos.
En este punto de la economía circular, a pesar de que se esté contemplando la separación en la fuente, el aprovechamiento de residuos orgánicos y tratamientos de aguas, es clave que la Alcaldía implemente políticas mucho más exigentes a las industrias locales que promuevan la producción de elementos que continúen su ciclo de vida útil y así generarle más opciones al consumidor. Ojo, de fácil acceso al bolsillo también.
Algo que me llamó mucho la atención fue el hecho de que el plan contempla la justicia climática, siendo este elemento fundamental en los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la Agenda 2030 de las Naciones Unidas. Uno de los factores que menos se tiene en cuenta en el desarrollo de políticas, es la condición social que se crea gracias a los desastres naturales, las crisis alimentarias por escasez de alimentos, los desplazamientos forzados por los incendios, las inundaciones, entre otros eventos.
Un punto muy bien pensado de este plan es el hecho de incorporar el desarrollo de instrumentos económicos y financieros que permitan justamente diseñar, estructurar y hacer realidad esos proyectos o PACs en el tiempo y no simplemente tenerlos en el radar, pero sin contemplarlos en el presupuesto general de la Alcaldía. Esto incrementa las probabilidades de hacerlos realidad en diferentes plazos.
Otro aspecto clave a mencionar es el involucramiento que Galán le busca dar a los ciudadanos en la participación para la toma de decisiones en asuntos climáticos. Y esto sí que es importante porque justamente la gobernanza ambiental parte de que los tomadores de decisiones incluyan a la población en las decisiones, y así todos estemos alineados y educados en cómo hacerle frente a la crisis global y no sintamos que es un fenómeno ajeno a nuestra cotidianidad.
Y, finalmente, quisiera destacar que se contempla la arborización urbana que tanto nos hace falta con miras a controlar un poco los efectos de gases contaminantes provocados por fuentes fijas y móviles. Necesitamos ver a una Bogotá mucho más verde y que invite al ciudadano de a pie a concientizarse cada vez más del entorno ecológico que nos rodea. Ahora bien, no se trata tampoco de sembrar árboles a la loca, ya que esto requiere de un seguimiento continuo por parte de las autoridades ambientales, un estudio del suelo, la escogencia de árboles nativos, y por supuesto que se ubiquen estratégicamente en los focos más importantes de contaminación.
En términos generales considero que es un plan bastante ambicioso para los próximos años, que requerirá el apoyo de actores públicos, privados, y por supuesto de toda la ciudadanía. Es clave que nos involucren a todos y ojalá se abran espacios de discusión donde podamos aportar con ideas que sean materializables en el tiempo. A pesar de que sea solamente el vistazo al plan general, estas medidas siempre deben tener una fase de seguimiento y control para que no queden en meras iniciativas sino en proyectos bien ejecutados que constantemente estén entregando resultados al ciudadano.
Eso es lo más importante, que veamos constantemente resultados tangibles.
Los Leo, ¿cómo ven las propuestas de Galán?