No seamos tan incoherentes por favor, apoyamos los Acuerdos y Tratados internacionales relacionados con los compromisos ambientales, pero nos hacemos «los de la vista gorda» para escaparnos al Super Bowl ¡pero en qué condiciones!
No ustedes, me refiero a los más de 500 aviones por cada uno de los cuatro aeropuertos de Las Vegas que aterrizaron previo al evento deportivo donde se encontraban celebridades alrededor del Globo.
Organizaciones ambientales europeas estiman que los jets privados logran generar de 5 a 14 veces más partículas contaminantes que los vuelos comerciales (The Hill).
Aquí ya empezamos a ver varios factores que saltan a la vista como lo son las consecuencias de privatizar uno de los medios más contaminantes a nivel mundial (por favor lean el artículo que redacté frente a la gasolina ecológica), y otro, la falta de incentivos negativos a esta industria.
No sé si han visto las imágenes del mapa de los aviones despegando justo después de finalizar el Súper Bowl… es verdaderamente contundente.
No solo el negocio de estos jets se ha incrementado significativamente después de la Pandemia, sino que cada vez se hacen más magnos estos eventos, no solo el Super Bowl, sino todos los conciertos, carreras, etc. Cada vez hacemos todo más y más masivo.
¿No zarpó recientemente el crucero que triplicaba al Titanic?
Calmémonos un poco de verdad.
Incluso, recientemente las Naciones Unidas advirtieron sobre otra posible Pandemia (toquemos madera), y se recomienda a los países editarse un poco en generar eventos donde confluyan tantas personas a la vez.
Más allá de comenzar a enlistar a los artistas que más contaminan con sus trayectos como Elon Musk, Kim Kardashian y Taylor Swift, es que analicemos a conciencia lo incoherentes que todos nosotros podemos llegar a ser en estos asuntos ambientales.
Todos queremos salvar al Planeta hasta que… se nos presentan las oportunidades para desviarnos del camino y justificarlo como algo normal. Esto, multiplicado por los miles de millones de habitantes del Globo, se vuelve insostenible.
Pero lo más preocupante es que de seguro en esos “chochomil” vuelos que partieron de La Vegas, habrá celebridades que pregonan ser ambientalistas, sostenibles, etc, etc. El greenwashing en su máxima expresión mejor dicho.
¿No debería haber un plan de mitigación ambiental en estos eventos tan masivos? Y si lo hay, por favor que alguien me ilustre. Pero eso haría yo si fuera la dueña del evento; pensar cómo los consumidores pueden compensar la huella que se va a dejar. Porque que se deja, se deja señoras y señores.
Y no solo en el evento, sino qué medidas se están tomando en la aviación para generar más impuestos y compromisos a quienes tienen el privilegio de tener estos aviones.
Es que ese tipo de lujos que generan efectos tan nocivos para nuestro aire y atmósfera, ad-portas de llegar al 2030, tienen que tener una mayor vigilancia y control.
Como lo he dicho en otros artículos, “el palo no está para cucharas”.
Pero qué bueno que cada vez nos indignemos más por estos sucesos; ahora pasemos a la acción.
Un llamado a la coherencia.
¿Qué opinan ustedes?