Desde el año 2023 tanto Colombia como Brasil, siendo dos de los países que más presentan cifras de deforestación en términos generales, han logrado reducir las hectáreas de deforestación aproximadamente entre el 36 % al 49 % respectivamente.
Este tema tiene de largo como de ancho, así que en un solo artículo es realmente muy complejo abordarlo al detalle, sobretodo, en el caso colombiano que tiene vestigios del conflicto armado, que ha cambiado mucho en cada Presidencia, y que la ubicación de las zonas más críticas dificulta muchísimo la presencia completa del Estado junto a la creación de políticas efectivas en el tiempo.
Recordemos que en la COP 26, bueno y por supuesto en la Agenda 2030 trazada desde el año 2015 por las Naciones Unidas, se tiene como objetivo llegar al año 2030 con una tasa de cero deforestaciones sumadas a una cifra en millones para la restauración de bosques tropicales (aproximadamente 13 millones).
Restan 6 años…
Esta Conferencia de las Partes fue bastante particular porque Colombia tuvo una participación realmente activa donde no solo se comprometió en asuntos de deforestación sino de crisis climática a través de la E2050 para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero a 2050.
Pero no nos desviemos.
“Si la deforestación tropical fuera un país, sería el tercer mayor emisor de dióxido de carbono de la Tierra (Instituto de Recursos Mundiales, 2021).
Y es que no solamente es acabar con la demanda ilegal de madera, reducir el consumo de papel, de la ganadería extensiva, sino que una vez se recuperen esos terrenos hay que “pararle bolas” a cómo se van a restaurar y a reforestar para permitir que el equilibrio ecosistémico retorne de alguna manera.
Algo que me llamó la atención es que a pesar de que Colombia y Brasil vayan por buen camino, el resto de los países no han presentado mejoría al respecto y eso dificulta llegar a los compromisos en el 2030. Esto no es un esfuerzo de pocos, es de todos.
Ahora bien, durante este Gobierno se han logrado reducciones significativas de la deforestación como, por ejemplo, en el 2022, del 29,1% que representaron 125,517 hectáreas deforestadas versus las 174,103 del 2021. Asimismo, el Plan de Contención de la Deforestación ha permitido mermar esa curva hasta el presente año, acompañado de un plan de protección y capacitación a los líderes ambientales (MinAmbiente, 2023).
Claro que los retos continúan para el Gobierno y más concretamente para Susana Muhamad, sobretodo en asuntos relacionados con la reducción de los focos criminales que están detrás de la deforestación, en recuperar las zonas afectadas y en fortalecer todo el plan de protección a líderes y lideresas ambientales amenazados.
No obstante, sí hay un reconocimiento que pone a Colombia en estos momentos como un país que está dando resultados en cifras reales a pesar de los fuertes fenómenos climáticos que nos golpean y a la ola tan terrible de incendios que hemos presentado hasta el momento.
Ojalá el 2030 sea el año donde no haya ni una sola hectárea anotada dentro del conteo.
¿Lo lograremos?
Los leo.