¡Qué cantidad de huracanes y tifones en los últimos meses a nivel mundial!
- El huracán Helene llega a EE. UU. desde el Golfo de México dejando hasta le fecha 266 muertos.
- El Tifón Shanshan, en Japón, alcanzó a dejar aproximadamente 4 muertos en el norte del país.
- El huracán Debby dejó casi 200.000 personas sin electricidad, alcanzando los 130 km/h en Florida.
- El huracán Beryl tocó las costas de Tezas dejando a casi 2 millones de personas sin luz por varios días.
Y eso que esto es a penas un barrido supremamente general. Sin embargo, nada ocurre en la naturaleza porque sí y la Tierra es más inteligente de lo que creemos. ¡Ah, eso sí! La severidad con la que están ocurriendo ya depende más de la aceleración del calentamiento de nuestro planeta y del desajuste tan terrible al que lo hemos puesto todos nosotros con nuestras acciones.
Por un lado, los ciclones tropicales permiten llevar las aguas lluvia a lugares de sequía como en el caso de los EE. UU. donde pasan del este del Pacífico viajando al occidente del país. Asimismo, los vientos y las olas van moviendo los componentes del agua disolviendo así, los parches de bacteria allí contenidos, al tiempo que logran oxigenar el agua que se encuentra en la superficie.
Impactante, ¿no lo creen? Pero continuemos porque hay más…
Los huracanes son tremendos para lograr el balance de temperatura entre los polos (norte y sur) y el Ecuador. En este caso, los vientos logran de cierta manera “esparcir” y mover ese calor de las radiaciones que se reciben en la zona del Ecuador durante todo el año. En este proceso, se afirma que el calor que ha sido movido logra “calmarse” a través de tormentas y las aguas restantes frías pueden debilitar otros vientos que todavía no hayan tocado tierra.
Así como dice la NASA, los huracanes necesitan de unos “ingredientes exactos” para que ocurran: agua caliente del océano, humedad en el aire y una perturbación preexistente como, por ejemplo, de tormentas que estén sucediendo.
Otra forma en que los ciclones tropicales contribuyen a equilibrar la atmósfera es agitando el océano mediante el proceso de afloramiento. Esto interviene en la circulación termohalina, que es otra forma de distribuir el calor entre el ecuador y los polos (Wentzel, 2017).
El cambio climático en los huracanes: ¿Sí hay un cambio?
Claro que lo hay y acá les traigo un breve ejemplo.
Los niveles de los océanos, no es novedad, están aumentando poco a poco desde 1900 aproximadamente, sobre todo, en las zonas costeras.
Un estudio sobre el huracán Katrina estimó que el aumento del nivel del mar provocó inundaciones entre un 15 % y un 60 % superiores a las condiciones climáticas de 1900.
En este sentido, la ciencia alerta sobre la magnitud de los desastres provocados por los huracanes en zonas donde los niveles del mar han aumentado notoriamente, versus en regiones donde todavía se mantienen estables.
Todo está conectado y el comportamiento de un planeta que alguna vez se veía distinto, ya no puede entenderse de manera fragmentada o aislada de nuestras acciones cotidianas.