La necesidad tiene cara de olla – Yo hice fila con sobres de Ricostilla
Mi mamá vio con emoción el comercial por televisión, a través del LCD de 32 pulgadas que reposa en la sala de nuestra casa. Allí aparecía Carlos Calero, con su sonrisa y papada irresistibles, diciendo que «sin rifas y sin sorteos» podríamos reclamar una olla a presión.
Sólo necesitábamos 50 envolturas de Ricostilla y 12.000 pesos. Decidí asumir el gasto y rompí el marranito donde guardaba mis ahorros. Fui de inmediato a la tienda de don ‘Chucho’ donde pagué 13.000 pesos por los cubitos de Ricostilla. Mi madre llamó a chismosearles a sus primas en Popayán, Pereira, Barranquilla y Cúcuta: «¿Si saben que van a regalar ollas a presión? Lo único que necesitan es…».
Una mañana de abril salimos temprano a reclamar nuestra preciada olla. Ese día no fui a trabajar con mi tío, quien me contrata como su ayudante -de 6 de la mañana a 3 de la tarde- en un puesto de jugos de naranja y salpicones a la salida del Parque El Salitre. Me gano 15.000 pesos en cada jornada, pero mi compromiso, ese día, era acompañar a mi mamita, así que me excusé con él.
Íbamos en el bus cuando ella, agradecida por mi «detalle» de asumir los 25.000 pesos de la promoción, me recordó que su sueño era verme llegar tan lejos como Calero: «Te pareces a él y todo», comentó. «No te preocupes mamita -le contesté-, te puedo asegurar que tú y yo vamos camino al Éxito». En efecto, ya estábamos llegando al Éxito, almacén que había sido definido como uno de los puntos de canje de las ollas. «Ahora sí vamos a comer pollo sudado de verdad, verdad», dijo ella con ilusión.
La fila era enorme y vi a muchas madres y abuelas frustradas. Las ollas se habían acabado. Por primera vez entendí lo que significa la frase «hasta agotar existencias»: es el arte de dilatar la entrega de un premio «hasta cansar las existencias» de quienes aspiran a tenerlo.
Nos dijeron que, en todo caso, hiciéramos la cola para reclamar una «ficha de cambio» que debíamos guardar. También nos advirtieron que teníamos que estar «pendientes» por televisión de dónde entregarían el premio posteriormente. En total, fueron 3 horas de fila para recibir una simple ficha. Durante ese tiempo alcancé a confirmar, entre los pasillos del almacén, que el precio de una olla a presión es de 50.000 pesos. «Buenísimo, nos vamos a ahorrar 25.000… bueno, la verdad es que, restando lo que nos gastamos en buses hoy, realmente estamos ahorrando unos 20.000…, pero igual eso es platica…».
«Pues esperemos hijo, porque qué más hacemos»
En la noche, las primas de mi mamá llamaron para quejarse porque les había pasado exactamente lo mismo en Pereira, Barranquilla y Cúcuta: «Pero mija, parece que las ollas las van a entregar el próximo 21 de mayo. Eso vi en la televisión. Guarde esa ficha porque si no, no le dan nada… hablamos luego, ¡se me van a acabar los minutos!… saludes a Andrés, dígale que es igualito a Carlos Calero. ¡Divino!».
Volvimos con la tal ficha. Esta vez, la cita era en la Plaza de los Artesanos, al frente del Parque El Salitre -muy cerca del puesto de jugos de naranja y salpicones de mi tío, con quien tampoco trabajé ese día-. Llegamos a las 8 de la mañana. Nos sorprendimos con los dos kilómetros de fila que había a esa hora y que quedaron inmortalizados en Youtube.
Quise hacer la ‘colombianada’ de colarme, aprovechando que en la fila estaba doña Nury, amiga del barrio, pero casi me linchan. Escuché toda clase de recriminaciones por parte de la multitud: «¡Eh!… ¡Colado!… ¡Respete para que lo respeten!… ¡Tan avión!… ¡Tenga consideración que mi abuela está haciendo fila con tanque de oxígeno y todo!… Al que deje colar a otro, ¡lo sacamos por dormido!… ¡Síiiii!… ¡Fuera! ¡Fuera! ¡Fuera!». Doña Nury, asustada ante la amenaza de ser excluida de la fila, se unió a ellos: «¡Yo a este ‘chino’ ni lo conozco!… ¡Saquémoslo por abeja! ¿Qué dijo papito? ¡Fuera!».
La humillación aún la cargo en mi corazoncito, como una espinita que no he podido sacar. Me dirigí al final de la fila donde aguardaba mi mamá, con ese saquito de lana que apenas la abriga, esa faldita de segunda que le heredó a su prima millonaria de Pereira, esa cabeza siempre despelucada y esa paciencia infinita para encomendarse al Espíritu Santo mientras se cruza de brazos: «Pues esperemos hijo, porque qué más hacemos». Nos dieron las 5 de la tarde. Mientras a mí me ardían los pies de estar parado todo el día, ella seguía incansable sobre sus zapatos negros de tacón bajo.
La empezaron a llamar sus familiares de diferentes puntos del país. Primero lo hizo la prima Yurani, de Popayán: «No mija… usted no sabe la que nos pasó por acá. Todo el día haciendo esta fila tan berraca hasta que nos dijeron que se habían acabado las ollas. La gente se ‘rebotó’ y trajeron policía y todo… Yo ya estoy en la casa, después de esa ‘patoneada’ que me tocó pegarme desde la vereda, pero al menos me entrevistaron por televisión. Pa’ eso la llamaba, pa’ que me viera esta noche… hablamos luego porque ya no tengo más minutos…».
«¿Qué tal que la promoción hubiera incluido fríjoles en la olla?»
Luego se comunicó con ella su prima en Cúcuta: «Si le contara ‘mana’. Unos ‘toches’ se colaron y se formó un desorden ‘arrechísmo’, hasta que los ‘pingos’ organizadores cancelaron la entrega de ollas».
Después, llamó la prima millonaria de Pereira: «Nooo, mija. ¿Vos seguís ahí? Yo iba a reclamar la olla, pero la fila era como de un kilómetro y medio. Ni po’ el berraco iba a hacer esa cola. Lo que hice fue grabar un videito desde el carro que ya subí a Youtube pa’ que lo vea cuando tenga un tiempito… ahh, verdad prima que usted ni tiene Internet… bueno, ni modo, ¿le gustó la faldita que le mandé?».
Finalmente, llamó angustiada la prima de Barranquilla: «¡Ajá prima! Yo no sé si seguí’ acá, po’ que ‘unoj’ tipo’ pasaron en un carro diciendo que se habían acabado ‘laj’ olla’. No sé si ‘ejtaban’ mamando gallo o andaban borracho’ po’ que me pareció ver a uno con cerveza en la mano».
Empecé a perder la esperanza. Ya oscurecía sin que hubiéramos avanzado significativamente en la fila. Vi a un hombre, como de 45 años, caminar en el sentido contrario de la cola, con una caja donde parecía guardar una olla pitadora nueva. «Señor, ¿esa es la olla de la promoción de Ricostilla?», le pregunté. «Sí -me contestó con desconfianza y sin detener su marcha, como temeroso de que le fueran a robar su nuevo artículo de cocina-, pero le cuento que sólo quedan como 100 y no creo que alcance para ustedes».
En el bus de regreso a casa, con las manos vacías, reflexioné sobre los esfuerzos que hicimos para ganarnos una olla ‘medio gratis’, teniendo en cuenta que compramos13.000 mil pesos en cubitos de Ricostilla, más los 12.000 pesos que debíamos poner. Esos 25.000 pesos, más los 30.000 que dejé de ganar con mi tío en su puesto de jugos de naranja y salpicones, hubieran sido suficientes para comprarle la olla a mi mamita.
En la noche, viendo el noticiero que mostraba los desórdenes en diferentes ciudades del país, llegué a una conclusión espantosa: «¿Qué tal que la promoción hubiera incluido fríjoles en las ollas?… ¡Habría sido una guerra civil!», pensé en silencio, sin saber que el mismísimo Adolfo Hitler se había quedado sin olla para su mamá.
Pero no fue lo más aterrador de esa noche. Vi con asombro -como descubriéndolo por primera vez- el televisor LCD de 32 pulgadas en el que estaba viendo las noticias en la sala de mi casa. Me dirigí a mi mamá y le pregunté con desconcierto: «¿Cómo es posible que tengamos un televisor pantalla plana, pero no una olla pitadora?».
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¡Ojo! No olvidar…
Este sábado 11 de junio a las 4 p.m. estaré en la Panamericana de Unicentro (Bogotá) firmando libros. En la editorial juran que aún hay gente interesada en conocerme (sí, como no). También pueden ir simplemente a tomarles fotos a los horrendos lunares de mi cara.
El libro «A usted también le ha pasado, ¡admítalo!» -de Intermedio Editores- incluye 20 artículos INÉDITOS (vea aquí los títulos). ¡El prólogo es de mi mamita! Está a la venta en Panamericana, Librería Nacional (aquí, compra on-line), Prodiscos, Tower Records y La 14, entre otras.
*facebook.com/agomoso Twitter: @Agomoso
*Próximo miércoles, desde las 8 a.m.:
‘Trabajo como independiente y… ¡me estoy volviendo loco!’
*Si se lo perdió…
‘Malos entendidos entre hombres y mujeres – Segunda parte’
‘Malos entendidos entre hombres y mujeres – Primera parte’
‘Chistes tontos de la infancia’
‘Las ‘supervacaciones’ de mi mamá me aburren’
‘Nos fascinan las ‘lobas’, ¿por qué a ellas no les gustamos los ‘lobos’?’
‘La bendita maña de decir mentiras’
‘Cosas que nos pasan a los hombres en baños ajenos’
‘Sudando en el peor puesto del TransMilenio: la puerta’
‘Sobreviviendo a los lectores criticones de mi blog’
‘Almuerzos de mujeres: ideales para entenderlas mejor’
‘Cuando los hijos regañan a sus papás como niños chiquitos’
‘Mujeres que le tienen fobia al motel’
‘El arte de ‘levantar’ en la oficina’
‘Sobreviviendo como asalariado a la reestructuración de una empresa’
‘Shows de mujeres que hacemos los hombres’
‘Esta es la historia (que me imagino) de unos taxistas que golpearon a un par de pasajeros’
‘¿Cuándo será mi última ‘faena’ entre sábanas?’
‘Si yo fuera celador, sería igual de insoportable’
‘Salí del país, me unté de mundo y ahora soy mejor que ustedes’
‘Querido Niño Dios: te pido que mi familia no me avergüence en la fiesta de Año Nuevo’
‘Que alguien me explique los gozos de la novena de aguinaldos’
‘Manejo como una dulce anciana’
‘Mi tía, la invencible, tiene el superpoder de la intensidad’
‘Muéstrame tu foto de perfil en Facebook y te diré cómo eres’
‘¿Por qué los colombianos nos creemos «la verga»?’
‘¡Deje el resentimiento contra los ricos!’
‘Soy muy cobarde; le tengo pavor a las peleas’
‘Mi abuela es más progresista y liberal que sus hijas’
‘Es cierto y es un karma: los hombres pensamos siempre en sexo’
‘Respuesta masculina a cosas que ellas nos critican en la cama’
‘Carta de un hombre que no ve fútbol, ni le gusta, ni le importa’
‘A mí me tocó aprender a bailar con mis primos’
‘¿Por qué las mamás pelean cuando hacen oficio?’
‘Así es, aún vivo con mi mamá’
‘Si su nombre es ‘guiso’, usted tiene pasado de pobre: att. Jáiver’
‘Salir con… colombiana vs. extranjera’
‘Volví con mi ex… suegra, pero no con mi ex novia’
‘Qué miedo empezar una nueva relación’
‘Me salió barriga; ahora sí salgo a trotar’
‘Así se sufre una temporada sin trabajo, ni novia, ni plata pa’ viajar’
‘Qué difícil ganar una beca cuando no se tiene pasado de ñoño’
‘Mi mamá habla un mal español; mi papá, un pésimo inglés’
‘Sí, soy metrosexual… y usted también, ¡admítalo!’
‘¿Cómo se atreve mi ex novia a casarse?’
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va tocar hacer vaca para regalarle una olla a presión a la mamá de Andrés jajajaa. Aquí en Medellín, se armó un tropel el berraco, por esas ollas que nunca llegaron.Tan concudos los de rocostilla. Como simepre, excelente blog.
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…y reciben sobres de ricostilla en parte de pago por el libro???…es que me quedaron sobrando unos….ja,ja,ja….
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JAJAJA… ME REÍ MUCHO, HASTA HOY LO PUDE LEER! YO VI LAS TALES OLLAS PITADORAS, DEFINITIVAMENTE AHÍ ESTAMOS PINTADOS LOS COLOMBIANOS..
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A diferencia de unos a quienes no les han gustado unos blogs de Agomoso, yo me los he gozado todos; obviamente unos mas que otros. Este en particular; aparte de gracioso por la forma como lo ha acompañado con los videos de youtube de sus supuestos familiares, muestra la forma como ciertas empresas se aprovechan de la ingenuidad o necesidad de la gente para vender o promocionar sus productos. A propósito de los videos, veo que pocos han comentado el de Hitler por lo que pienso que no lo han visto; es para morirse de la risa. Hay que darle crédito a quien lo hiso. Felicidades y muchos éxitos Andres en hora buena por ti.
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NOOOOO SEA LOCO!!!!!! Empece a leer el post sin mirar los hipervinculos a los videos, pensando que esto era obra de la siempre estupenda imaginacion de Andres, cuando luego miro los videos…..OSEA que esto fue verdad?????? Pero que le pasa a este pais????
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RICOSTILLA, tipicos aprovechadores, abusadores de corbata. Una forma legal de robar a la gente. Ojala, este blog, sirviera para q algun abogado o entidad, haga pagar por todo el daño q causa estas empresas, solo buscan ganar dinero a costa de las ilusiones y el tiempo de la gente y alli estan muchos realmente necesitados. Es bueno reflexionar sobre esto. Andres, lo hace de manera jocosa, pero en el fondo hay injusticia, robo..NO LO DEBEMOS PERMITIR!!!!, uno o dos se llenan los bolsillos y lo peor, la gente en los comerciales vendiendo su imagen para permitir el desfalco. Si la gente pago, tiene derecho a su OLLA y sin colas despiadadas, por que no????.
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Voy a vender ollas a $35.000 y regalo la bolsa de frijol con el ricostilla a ver si la gente hace cola pa comprarme, Andres muy bueno el escrito, que tristeza que la mentalidad de muchos Colombianos sea tan absurda, yo ni me entere de esa estúpida promoción, por dos cosas, no veo Caracol porque me tiene mamada con el desafío y sus novelitas de medio pelo, y porque me cae mal calero ya lo veo en todas parte HASTA EN LA OLLA!
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@Agomoso. Tenes razón, mi pueblo necesita matemáticas básicas con una consulta en cualquier página de ventas por internet se hubieran dado cuenta que el negocio no era tan bueno apenas si se tenia un ahorro si se incluyen todas las cosas. http://www.exito.com/products/0000768234659130/OLLA-A-PRESION-6-LTS
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@Agomoso. Tenes razón, mi pueblo necesita matemáticas básicas con una consulta en cualquier página de ventas por internet se hubieran dado cuenta que el negocio no era tan bueno apenas si se tenia un ahorro si se incluyen todas las cosas. http://www.exito.com/products/0000768234659130/OLLA-A-PRESION-6-LTS
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Hey hey Carlos Calero se está colando en la fila,, sáquenlo!! jejej estupendo como siempre. saludos.
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Parezco disco rayado todos los miercoles, y una vez mas se lo repito: Como cada miercoles excelente Sr. Andres !!
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No me crean tan pendejaaaa!!!! Ud cree que yo hago una fila así por una olla??????? Uyy no, pues, qué le digo? El escrito no fue lo que yo esperaba, no estuvo muy bueno, pero me encantó el video de Hitler… Espero que el próximo esté mejor…
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Bueno, a los que comentan que lo de querer todo gratis es caracteristica de los colombianos, les comento que eso es caracteristica del SER HUMANO, vivo fuera de Colombia desde hace una decada y he visto la gente que me rodea es igualitica, les gusta las cosas gratis.
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muy buen blog Andres pero recuerda que en Popayan no ocurrio tal caos como tu lo nombras…ocurrio el super caos jajajja; pues las personas hicieron una larga e infinita cola y cual seria la sorpresa que los organizdores del evento no habian pedido permiso a la alcaldia asi q mas de uno se mamo la cola para nada jajajja 🙂
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No vivo en Colombia, pero si la historia fue real. Seria bueno que se iniciara una campaña para no comprar sobres de ricostilla!!! El unico proposito de esa compañia fue incrementar ventas basandose en unas pocas ollas que dispusieron para los clientes. Sabiendo que en Colombia hay tanta pobreza, no es justo que jueguen con las ilusiones de las personas.
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Andres, usted relata el asunto de manera jocosa, aun asi, es casi imposible leer el articulo sin sentir el corazon arrugado. Supongo que lo de la olla fue real. Si es cierto que las filas fueron enormes y mucha gente perdio su tiempo y la platica desplazandose dos veces mas lo que hubieran podido ganar si hubieran trabajado esos dos dias, me parece muy triste. Porque la realidad es que en Colombia no solo las personas de estrato 1 y 2 irian por la olla, sino tambien las de estrato 3 y hasta 4. Aca los unicos que ganaron fueron los de Ricostilla o como se llamen, porque lograron incrementar las ventas a costa de prometer lo que no podian cumplir. Eso lo considero repugnable y condenable. No se debe jugar con las ilusiones y el tiempo de las personas.
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La verdad casi lloro, por ese toque de melancolia que le agregabas a la historia. Me sentí leyendo un cuento de Hadas, lastima que el final no fue como tal.
¡Ojo! No olvidar…
Claro ÁNDRES, sería genial conocer al chico que pone a volar la imaginación.
Si todo va bien te veré el fin de semana. Bye.
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Todo es muy cierto, ahy estamos pintados los colombianos que nos metemos encuanta promocion o evento que regalen cosas, asi las tengamos o no las necesitemos…. todo por que es «Gratis» pero si nos ponesmos hacer cuentas no sale hasta mas caro,,, que lo que vale ir a comprarlo…sin tanta arandela,,.. definitivamente…donde hay promociones o algo gratis siempre va haber…Colombianos haciendo fila esperando recibir.. su regalito jajajajajajajaj
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La realidad de nuestro pais es asi…hace un tiempo cuando tuve q hacer la obligada alfabetizacion que se hacia en 11, estuve en ciudad bolivar, donde algunas casas son casi q en carton, con tejas sobrepuestas, pero en la gran mayoria tenian el mejor televisor del momento, con el mega equipo de sonido!! asi somos y si nos dicen q es gratis mucho mejor!!! como en un post pasado puso andres…cuantos nos registramos pa ir a la feria del libro gratis???
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Ja!ja!ja!ja!ja!!! Ahi esta pintada nuestra Colombia doliente y querida. El modo de hablar de las diferentes regiones, no tiene desperdicio. y el otro…. «Si, me contesto con desconfianza y sin detener su marcha», ~típico~. Genial como siempre.
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Muy bueno. Llegué a imaginar que cuando se iba a colar en la fila alguien gritaría :»¡¡Vean,, Calero se está colando!!» Jajajaj, estupendo su blog, un abrazo.
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«¡Yo a este ‘chino’ ni lo conozco!… ¡Saquémoslo por abeja! ¿Qué dijo papito? ¡Fuera!». Jajajajaja esa de la colada en la fila es monumental… Congratulatiosn Andrés…
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jajajajajajajajajajaj Excelente… ya ni me acordaba de las «famosas» ollas de ricostilla, que risa…. pero eso si queda demostrada una vez más la idiosincrasia colombiana y de paso el desocupe de la gente -2Km de fila!!! y por una olla!!??? OMG!!!
Ahhh y el video de Hittler muy bno jajajajajaja «Tranquila que Maggie va a dar arroceras» jajajajajaja
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Eso demuestra que muchos colombianos están acostumbrados a que les regalen todo, como los comedores comunitarios, la educación gratuita desde primaria hasta maestrías (se quejan cuando son estudiantes, pero cuando son profesionales no son capaces de aportar a la institución que los educo GRATIS), tienen mas de 3 hijos y quieren que el estado se los mantenga, pagan servicios beneficiados por los estratos mas altos (por eso desperdician agua que da miedo). Creo que en Colombia se debe cambiar la forma de creer que todo tiene que ser regalado y que el estado es el culpable cuando no les regalan nada (aunque la corrupción se lleva una buena tajada que están destinadas a obras sociales).
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Ahí estamos pintados lo colombianos, esperando que todo nos lo regalen, uichh! país tercermundista el que me tocó, jajaja
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jajajaja, yo tambien hice la fila para la olla de mi mamá, eso fue toda una travesia jejeje lo mas curioso es que en mi casa hay dos ollas una grande y una pequeña pero mi mamá queria esa la de ricostilla y yo le queria cumplir el capricho (lo que uno hace por la mamita)
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Puro reflejo de la realidad. Por cierto me reí mucho con el video de Hitler. «Reparta esa sobrebarriga y envuelvala en Reynolds entre los que estan afuera»… jajaja
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Vivo fuera de Colombia y la verdad no sabia lo de la «olla» ahi estamos pintados, jajajaja. Me rei mucho con las llamadas de sus tias «ese acento de cada ciudad escrito que le pone es buenisimo», pero lo que mas me dio risa fue el video de Hitler jajajajajaja esta muy bien editado.
Saludos y animo con sus escritos.
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Sobre este tema, no hace mucho vi una «ganga» de Colpatria en una oficina en un Carrefour. Decía algo así como: por $15 millones en CDT a 12 meses, interés del 9% anual (0.75% mensual, y prestan mínimo al 3.0% mensual) y sin informar, claro, que luego descuentan el 4×1.000, retención en la fuente y reporte a la DIAN para efecto de impuestos (con lo que el interés se reduce al 0.0% mensual) entregaban «de una» un plasma de 32 pulgadas, mostrando así su cariño al futuro inversionista. Tomé un volante y fui al encargado de televisores a preguntar el modelo (sin mostrar el volante, obvio); y, oh sorpresa, me contestó extrañado, que ese TV ya estaba descontinuado, y de por sí era de regular calidad, ofreciéndome entonces los aparatos que tenía en ese momento a la venta, en efecto bien dferetnes en características al del folleto. Para qué más.
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Felicitaciones. A más de buen humor, refiere una grave realidad social: cómo la publicidad ilusiona y engaña a las personas, haciéndoles creer que les dan cosas “muy baratas” o “casi regaladas”, cuando todo es mentira. Mire la olla, dizque por $25.000, pero sumados los restantes gastos y no trabajar uno o dos días por peleárselea a otros miles de ingenuos, en la práctica la hace tan cara como su televisor LCD de 32 pulgadas. ¿Y qué decir de las campañas dirigidas a los niños? Ponen al pobre papá a hacer todas las maromas inimaginables para comprar el juguete de moda, porque supuestamente lo van a dar más barato, cuando igual todo es falso; y lo peor es cómo soluciona luego el problema de los sentimientos de tristeza del muchachito si al llegar a la estantería descubre que ya se ha acabado igualmente la promoción.
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«¿Cómo es posible que tengamos un televisor pantalla plana, pero no una olla pitadora?». Ahí esta reflejada chibchombia, gracias por su post…..
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Pues imagino que hay muchas amas de casa que no tienen nada mejor que hacer, y por eso se van a parar 6 o 7 horas para reclamar una olla y de paso a echar rulo con la amiga (porque seguro la amiga también se va a reclamar la promoción), pero que una persona con ocupaciones lo haga eso si es el colmo. Pues normal nunca jamás me he preocupado por una promoción, porque aquí por calidad de vida hay mucha gente que está pendiente de esas promociones y siempre se arman esos casos … bueno realmente no solo aquí, el ser humano es un hambriento de promociones o ¿no han visto los videos de los wallmarts cuando hay promociones? Jajajajajajajajaja parecen animalitos para quedarse con las «mejores» promociones, no les importa pasar por encima del que sea. Aun así, aunque muy reflexivo el artículo, es un poquito cansón, a todas estas Andrés ¿cómo hace para tener un LCD de 32 pulgadas ganándose $ 15000 pesos diarios?
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Pobrecita la mamita haciendo fila con ilusión de una olla a presión :/
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Estuvo bueno el blog, una represetnación de la idiosincracia colombiana en todo su furor .
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jajajajaja andres, me gustó el de hoy, porque me hizo recordar mis viejas épocas cuando también hacías fila por cualquier promoción… vasos de cocacola, que los muñequitos para el arbolito… que los adornos de navidad… ahh y por cierto, la cajita roja con las 6 botellitas de cocacola… esas si me las gané con el sudor de la frente… y de los pies… jejeje.. también me acordé de unas promociones espantosas donde no le cabe un tinto al almacen… y sale uno mas magullao que veinte… jejeje… pero todo por conseguir algo medio gratis!!! muy bueno!!! feliz día!!!
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después se preguntan por que estamos como estamos
por cierto el video de su prima millonaria:
«tu crees que yo me muevo kilometro y medio por una hijueputà olla?»
por esotiene plata
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Muy cierto el último comentario, como es posible que en Colombia la gente piense primero en un televisor y/o un equipo de sonido y no en una nevera o una olla a presión. Tenemos las prioridades completamente de cabeza.
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