Recordar  el nombre de ese  río,  en Rusia, en el que se estaba ahogando,  le permitió indicarle a la operadora de la línea de emergencias su ubicación precisa. Eso le salvo la vida.    –  ¿Y cómo se las arregló  para entender y que le entendieran?  – De niño hizo un curso intensivo de ruso.  Lo que  aprendió de niño le permitió responder de forma acertada todas las preguntas del programa quien quiere ser millonario. Así se  hizo rico… ¿No viste la película? Ah. 
Palabras más,  palabras menos, ese era el tipo de respuestas que solía yo darle a la pregunta que, con enfado y fastidio, aún,  hoy en día,  más me formulan los estudiantes: ¿Profe, y esto para qué sirve?

En  los grados décimo y once  la queja no se detiene, por el contrario,  se complementa con la,  a veces, excusa de la vocación.  ¿A mí de que me sirven  las matemáticas, si lo que yo voy a estudiar es música? ¿A mí de que me sirve aprender español, si yo no voy a ser escritor? ¿La  biología? si voy a estudiar derecho.

 
Como parte del proceso de preparación para una competencia deportiva, un campeonato de fútbol, por ejemplo, los deportistas van al gimnasio a trotar, hacer spinning, y a levantar pesas. ¿Para qué levanto pesas si yo no soy fisiculturista? ¿Para qué corro, si yo no voy para ninguna maratón? Que monten cicla los ciclistas. Preguntas,  y quejas que los futbolistas jamás hacen. Y no las hacen, porque son conscientes que  levantar pesas desarrolla fuerza, masa muscular, y correr,  trotar, o montar bicicleta incrementa la resistencia cardiovascular, aspectos esenciales que  contribuyen a optimizar  su  rendimiento deportivo.  Tenis, voleibol, baloncesto… en general,  la práctica de cualquier otro deporte mejora  los reflejos, la resistencia, la fuerza,  la flexibilidad, la velocidad, la precisión, y un sinnúmero de destrezas  fundamentales  para sobresalir en su especialidad o en cualquier otra disciplina deportiva.

Ahora, si un estudiante debe memorizar una lección en Ciencias, lo que en él trasciende no es el tema, lo realmente importante es que el ejercicio contribuye a desarrollar esa habilidad mental.    De igual forma si tiene que argumentar en español, reflexionar en ética, abstraer lo esencial de un texto científico, emitir un juicio en filosofía, inferir en Calculo, analizar en Física, desarrollar un procedimiento en Química,  plantear una hipótesis en trigonometría, o  crear y expresarse a través del arte… Estos años de práctica docente me han servido para entender,   que si bien son importantes, en la educación  los contenidos no son lo sustancial, sino  una excusa para incrementar en el estudiante su capacidad de raciocino, pensamiento lógico y  desarrollar ese algo que todos conocemos como inteligencia. 

 
Cabe anotar que la relación entre habilidad mental y asignatura, antes  mencionada,  es aleatoria, y no porque una sea exclusiva de la otra. Se analiza en Español, Física, Arte, se abstrae en Cálculo, Química,  se deduce en Filosofía, Ética…  y no se requiere  de una habilidad mental concreta para sobresalir en matemáticas y otra totalmente diferente para hacerlo en Ciencias Sociales. Esto a propósito del tema aquel de  las  inteligencias múltiples. ¡Peligro! A los oídos de los estudiantes ya llegó,  y ni cortos ni perezosos,  se apropiaron del discurso, ahora su tesis «yo no sirvo pa esto» encuentra sustento  científico. «A mí de lejos con los números, yo soy negado para eso, lo mío es la publicidad, el cine, soy muy creativo, tengo excelentes ideas». Maravilloso, ten presente, eso sí, que  excelentes ideas se necesitan también en el campo de la ingeniería, de la política, de la economía… 

 
«A mí sí, la  verdad,  de nada me sirve todo eso- de repente se escucha que alguien grita desde uno de los rincones  del aula -. Yo no pienso   estudiar, yo voy a ser futbolista».     ¿Patear? ¿Eludir al rival? ¿Hacer el pase? Las mismas  habilidades mentales le van a servir para tomar las decisiones más acertadas dentro de la cancha, y fuera de ella… En fin, si bien sería exagerado decirle que le va a asegurar el éxito o la  felicidad,  la  inteligencia sí le va a ayudar a sobrellevar de la mejor forma el ineludible, más vibrante, pero a la vez más complicado partido que va a disputar, el partido de la vida.