¿Es posible arreglar el país en una sala de edición?, ¿se puede, a partir de un vídeo, cambiar la percepción que alguien tiene de su propia realidad, su opinión acerca del lugar en el que vive?, A juzgar por la reacción del público frente a los últimos videos y documentales promocionales –realismo mágico, Colombia magia salvaje- me atrevería a responder a todas estas preguntas con un sí rotundo.
Si no me creen, hagan el experimento, pregúntenle a un alguien cualquiera, basado en su propia situación, sus vivencias ¿cómo piensa que está el país? Le va a contestar que mal, que es costoso, inseguro, violento, desigual, que el servicio de salud es inhumano, que nos trata como una mercancía, que el transporte público es de lo peor, que la educación es pésima, que no hay justica, que nos domina una clase política corrupta… Y esto es apenas una pequeña parte de lo que se expondría a escuchar, y muy pocos le van a responder lo contrario, ¿o me equivoco?
Ahora pregúntenle a ese alguien lo mismo después de ver uno de estos vídeos. El efecto post vídeo es asombroso, con la mayor convicción le va a contestar que este país es hermoso, un paraíso tropical, una bendición de Dios, y va a empezar a hablar de este como si fuera el único país en el mundo en el que hay montañas, bosques, animales y ríos.
Razones que, valga la pena decir, no expuso antes. Nadie antes al preguntarle por su situación actual va a responder: “Bien, hace un año que estoy sin trabajo, pero bien, porque vivo en el segundo país más biodiverso del mundo”. “Me acaban de atracar y chuzar, pero me va excelente, porque vivo en un país con unas fuentes hídricas inagotables”. “Súper bien, la Eps no me quiere ordenar las quimioterapias pero gracias al cielo vivo en un país que cuenta con innumerables especies animales, y las mayores reservas de bosques”.

¿Cambió en algo su realidad?, para nada, ¿entonces por qué el cambio de opinión? El vídeo solito hizo el milagro, les alborotó la ternura. Eso sí, pobre de aquel que se sostenga en el discurso anterior y que no se haya dejado contagiar. Ahí mismo le van a caer todo ese montón de nuevos soñadores y lo van a moler a insultos, lo van a tildar de resentido, amargado y, con todo respeto, pero le van a pedir que se largue de este país.
Antes de dejarnos arrastrar por tanta euforia patriótica y calificarlo de hermoso, valdría la pena respondernos ¿qué es un país? ¿Un país son sus mares, sus ríos, sus montañas, y demás accidentes geográficos?, porque si es así podemos afirmar que Colombia es hermosa, como hermoso es el planeta entero en el que vivimos, ahora, sí un país es su economía, su política, su sistema de salud, sus vías, su educación, el bienestar y el nivel de vida de sus habitantes, las relaciones interpersonales… perdónenme que les diga, pero este país dista enormemente de ser la maravilla que nos quieren hacer creer. Y no me explico el por qué la opinión que nos merece lo uno –las bellezas naturales -afecta la percepción de lo otro –la realidad en la que vivimos-.
Aparte de las consabidas imágenes, del guion, de la voz de locutor, ¿cuál es la estrategia qué emplean para intentar negarnos la realidad?, la misma de siempre y que da fe de nuestro eterno complejo, los testimonios de los extranjeros. ¿Qué piensan los extranjeros de nosotros?, he ahí lo verdaderamente importante. Aquí, en este país, no importa si estamos bien o mal, sino cómo nos ven los norteamericanos y los europeos. Y si un inglés dice que Colombia es beautiful, Colombia es beautiful, punto, no hay nada que discutir. Son ellos los que dan la última palabra. No importa que lo digan por simple cortesía, o díganme algo ¿quién va a ir a otro lugar a decirle a su gente, en su cara, que su país le parece una mierda?

Vídeos que originan una contradicción similar a la que evidencian quienes deciden irse a vivir a otro lugar. “Me voy de este país, dicen, porqué es violento, inseguro, corrupto, porque no puedo ejercer mi profesión, porque no hay oportunidades, porque no es el país en el que quiero que crezcan mis hijos… pero eso sí, aclara, algún día espero volver, porque lo amo, porque es un país hermoso”. Cada que escucho lo anterior me surge la misma pregunta, ¿qué es lo hermoso?, dice que es inseguro, violento, sin oportunidades, ¿qué puede tener de hermoso un país así?, la respuesta del emigrante, la misma de marras, “su gente”. Pero si es su gente a la que está calificando de corrupta, ladrona, violenta, o ¿a quién más se le puede culpar de todo lo que malo que sucede en un territorio, al oso de anteojos, a la célebre rana venenosa? «Pero es que no somos todos, refuta, los buenos somos más”, y listo, discusión saldada.

Ahora ¿quiénes están detrás de estos vídeos? Los mismos que nos tienen y les conviene que esto siga así, los que pretenden convencernos de que vamos por buen camino. Echen un vistazo al nombre de las empresas, los apellidos de las familias que están tras la producción de estos documentales. Aunque,   si algo es preciso reconocer es que lo logran y que saben hacer muy bien las cosas. Mientras por un lado cometen contra nosotros todo tipo de atropellos e injusticias, por el otro encubren sus desaciertos y logran negarnos esa penosa realidad en la que vivimos desviando nuestra atención.

¿Cuál es la solución entonces, qué deberían hacer el gobierno, las grandes empresas para mejorar esta situación?, ¿invertir en vías, intentar generar empleo?, ¿dejar de robar?, ¿elevar el nivel de educación?… Nada de eso, todo lo que hay que hacer es más documentales y vídeos de ese tipo, bien melosos, con imágenes de  montañas, mares y ríos, ah, y, no se les puede olvidar, mostrar a un grupo de  extranjeros gastando sus dólares al tiempo que repiten cada tres segundos que este país es una… como quiera que se diga machera en inglés. Y así en todos los ámbitos, no importa que a la gente la estén dejando morir en la fila de los hospitales, si quieren cambiar la percepción del sistema de salud, basta con que pongan a un gringo a decir que la salud de este país es very chimba, para que la gente piense que la salud de este país es very chimba. Ah, y que morirse en una fila, mientras espera atención, es puro realismo mágico, porque ahora a todas las miserias que pasan en este país le llaman realismo mágico.