Con lágrimas en los ojos, una antigua profesora de Instituto de los años 70, joven, muy bella y desorientada en aquel entonces, recuerda el calvario que le tocó sufrir cuando descubrió su atracción por el mismo sexo. Y el horror que sintió cuando un siquiatra le recomendó choques eléctricos para tratar «su enfermedad».
Orgullosa de lo conseguido salió a la calle a sumarse a la fiesta más amorosa, diversa, tolerante y mágica: La celebración de la Worldpride Madrid 2017. Cita mundial del Orgullo Gay. Gran festival para celebrar la vida, la diversidad y libertad para vivir con dignidad cualquier opción sexual.
Más de dos millones de personas se sumaron a la cita que ha dejado atrás antiguas polémicas, para celebrar que no sea el Estado, en su representación más temida -la policía- el que maltrate, gracias a una ley que permitía encarcelar a los gays en los años 70 y cuya derogación fue posible gracias a la lucha que comenzó en España en 1977, año de la primera marcha en Barcelona por los derechos de los gay, lesbianas, transexuales y bisexuales. Un año para festejar el 30 aniversario de Chueca como barrio epicentro del Orgullo Gay, el 20 del primer desfile de carrozas para unir reivindicación y festividad y el 10 del Europride de Madrid.
No dejo de imaginar una Worldpride en Colombia para seguir avanzando en la normalización de una forma de vida, que ya dio un paso de gigante con la aprobación del matrimonio homosexual, la apertura de una discusión necesaria sobre los problemas que afectan a una comunidad más grande de lo que el mundo tradicional imagina. Y tal como se vio en Madrid en estos días de fiesta y análisis hay que reinventarse cada día y aceptar que los tiempos han cambiado y van a cambiar ¡más!
Respeto las inclinaciones sexuales de los demás, pero me parece que los homosexuales están de moda y hacen más bulla de lo que es necesario. Creo que los medios de comunicación los utilizan y objetivizan para fines publicitarios. Tienen sus derechos como minoría que son, sin embargo se han preguntado ¿qué impacto pueden tener entre los niños y adolescentes?
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Entonces usted cuestiona a los homosexuales o la utilización que de ellos hacen los medios de comunicación? Sea una u otra su idea, creo que los derechos de los LGTB es un grito planetario, no de una minoría, sino de un gran colectivo en el que intervienen esos niños y adolescentes que a usted le preocupan. Muchos niños sienten desde muy pequeños que viven en cuerpos ajenos y son discriminados y silenciados. Muchos adolescentes son hermanos, amigos, o dedos que acusan. Personas que han crecido bajo el miedo de no poder expresar sus verdades por el temor al ostracismo, a la violencia que se ejerce sobre ellos, resultado de la ignorancia frente a la diferencia. El Orgullo Gay, aún teniendo un gran despliegue de marketing, no es una mera operación mercantil o mediática; es una de las respuestas más potentes a la desigualdad y la intolerancia.
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