Hace doce años, Alexander Almeri Portal, llegó a Cartagena para ser el chef del restaurante de cocina peruana, Juan del Mar. El cocinero venido de Perú se arraigó con todas sus consecuencias en el caribe colombiano y luego salió de su cocina para abrazar causas más inspiradoras. Inquieto, dotado de un fuerte carácter y una pasión artística singular, destaca como agitador culinario.
La Canasta Ancestral la viví con él en las montañas de Puracé y luego en la laguna de La Cocha, donde tuve el privilegio de compartir mesa y mantel con Aníbal Criollo. En Medellín lo encontré deleitando al personal con un cocinatorio, producto de su excursión por los huertos de San Cristóbal. En el Jardín Botánico dando una charla, y, por los caminos más insospechados, impartiendo su sabiduría en Mesa Sur, lugar de encuentro con los productos de la Colombia más desconocida. Vida Instante, Vivir Sin Borrador, La Despensa de los Chefs, los alumnos del colegio en Lomitas en la zona rural del Valle de Cauca, las técnicas ancestrales, los Mercados, los campos de Los Montes de María, son los escenarios que componen una geografía sentimental y su mejor carta de presentación para conseguir reunir, con sus formas y clarividencia, a los cocineros que harán de Pasto la capital de la gastronomía colombiana durante los próximos tres días, en un encuentro en el que se brinda un sentido homenaje al agricultor a través de los cocineros que hacen labor social en el país.
Provocador. Estimulante. Su espíritu inquieto lo lanzó por los caminos de la búsqueda de sabores y alimentos en un país en el que la gastronomía aún se cuece a fuego lento y en la que todos esos saberes culinarios tendrán una puerta abierta de la mano, entre otros muchos profesionales, de los fogones de Jennifer Rodriguez, Alejandro Cuéllar, El Proyecto Caribe de Jaime Rodríguez y Sebastian Pinzón. Cabe destacar la participación del reconocido cocinero peruano José Luján, creador del movimiento «Pachalab» en Cusco. La investigación, que también tiene su “cocina”, atrapó a Alexander Almeri, tanto como los fogones y la constante presencia de su hija Aurora y los miles de caminos e historias que construyen el alma del campo colombiano.
Un matrimonio muy bien avenido que hoy alumbra una de las experiencias más reconfortantes: la organización de Pasto Gastrodiversa, que ha logrado reunir a los cocineros más importantes de Colombia, para charlar, enseñar y cocinar, conformando un activo panorama de rostros y productos en talleres y encuentros donde guardianes de semillas y creadores de sabores serán el altavoz de una profesión que cada día resuena con más fuerza en Colombia.
P.D. ¿Para cuándo será posible la teletransportación? ¡Quiero estar allí!
Es de agradecer la labor de personas como Almeri, que ponen el foco en campesinos que protegen, con humildad y resignación, el tesoro del futuro gastronómico del mundo. Colombia está en la mira de los grandes gastrónomos del mundo. La diversidad y presencia de exóticos frutos desconocidos fuera y dentro del país, que poseen cualidades nutritivas, olfativas y gustativas que los convierten en, naturalmente, productos gourmets, hace que los buscadores de nuevas experiencias gastronómicas tengan a Colombia en el horizonte.
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Gracias por su comentario.Personas como Alexander Almeri nos ayudan a comprender más y mejor las bondades de nuestro patrimonio humano y alimentario.
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