¿Qué tienen que ver las arepas con los italianos?
Bueno, realmente nada. Pero es fabuloso descubrir que el primero
en dar a conocer al mundo la existencia de este delicioso alimento fue un
viajero florentino.
Las arepas, que hoy son parte
intrínseca de la identidad de colombianos y venezolanos, fue presentada al
mundo por primera vez por Galeotto Cei en su crónica, Viaje y descripción de las Indias, el cual permaneció inédito
hasta 1992, cuando se publicó por primera vez en italiano. En lengua española no fue publicado sino
hasta 1995. El manuscrito Viaggio e Relazione delle Indie se encuentra
en el British Museum de Londres.
Galeotto Cey ó Cei (1513-1579)
pertenecía a una familia rica de la república de Florencia vinculada a los
Médici y caída en desgracia. Como muchos en aquellos tiempos, se embarcó a
América en busca de fortuna pero pronto se enfrentó a una realidad diversa. Su
mirada sobre las poblaciones nativas fue en general menos prejuiciada que la de
los españoles de aquellos tiempos y no teniendo afanes de exaltación ni de
denigración, contó a un amigo suyo lo que vió, sin exageraciones, durante sus
catorce años de estancia en el Caribe y en el norte de Suramérica (1539-1553).
Entre las numerosas y valiosas
descripciones del medio, de la gente y de sus costumbres, relata el consumo por
parte de los nativos del Tocuyo de la que se volverá, famosa. La arepa. Antes que los primeros renombrados cronistas,
antes que el padre José de Acosta, fray Pedro Simón o Bernabé Cobo, él será el
primero en hablar al mundo de la que también se llamó, fectegua.
Convencido Cey de que los tesoros
de las Indias quedaron solo reservados a los primeros capitanes de conquista,
pronto se dio cuenta de que el maíz era el verdadero ‘oro’ para nuestros
antepasados.[1]
Así viene pues descrita por primera vez este tesoro:
«Hacen otra suerte de pan [con el
maíz] a modo de tortillas, de un dedo de grueso, redondas y grandes como un
plato a la francesa, o poco más o menos, y las ponen a cocer en una tortera
sobre el fuego, untándola con grasa para que no se peguen, volteándolas hasta
que estén cocidas por ambos lados y a esta clase llaman areppas y algunos
fecteguas».[2]
Arepa, era una voz de origen
cumanagoto (relativo a la ciudad y provincia de Cumaná), la cual entró a formar
parte del diccionario de la Real Academia española en 1884. Allí aparece definida la arepa por primera
vez como sinónimo del maíz y como «pan de forma circular usado en América, que
se hace de la masa del maíz y se cuece en el budare».[3]
Ya veremos en otra ocasión, cómo
fue que este pan de maíz cumanagoto se difundió o emparentó con las múltiples
variedades que en Colombia son conocidas como ‘arepa’. El cronista Pedro Cieza
de León ya a mediados del siglo XVI (1554) dejó escrito que en la provincia de
Cartagena, «entre estos indios de que voy tratando, y en sus pueblos se hace el
mejor y más sabroso pan de maíz en la mayor parte de las Indias, tan gustoso y
bien amasado que es mejor que alguno de trigo que se tiene por bueno».[4]
Fuente de las imágenes:
- Blog
«Curití pueblo de historia». Entrada del 30 de julio de 2009.
[1] Luciana de Stefano hace mención de esta
relación en «El viaje de Galeotto Cei. La relación de un viajero italiano en la
Venezuela del siglo XVI» en Revista Montalbán, n.30, pp.131-156.
[2] Luciana de Stefano, Los indigenismos en el viaje y descripción de las
Indias (1539-1553) de Galeotto Cei.
Caracas, Universidad Central de Venezuela, 2002, p.55. La voz fectegua no la
encuentra la autora en ningún otro léxico.
[3] Diccionario de la Real Academia Española,
1884, p.1115,2.
[4] Pedro Cieza de León, Crónica del Perú. El señorío
de los incas. Caracas, Biblioteca Ayacucho, 2005, p.144.