En este blog muchas veces hemos hablado de los recetarios y de cómo ellos nos permiten entender la importancia que en diferentes momentos de la historia han tenido ciertos alimentos y la forma de prepararlos. Los recetarios nos hablan, así mismo de la cultura culinaria de los pueblos.

En esta ocasión queremos hacer a nuestros lectores un pedido muy especial. Luz Aydé Rodríguez Cossio es una estudiante de doctorado de la Universidad Nacional-Sede Medellín que está desarrollando una investigación basada en recetarios y a quien le gustaría incorporar en su estudio recetarios domésticos. Ella ha sido premiada con una beca de Colciencias para el desarrollo de este trabajo.

Si usted amable lector conoce a alguien que tenga recetarios propios o los tiene en su casa y quiere ser parte de esta investigación, puede comunicarse directamente con la historiadora y antropóloga Rodríguez a su email luarodriguezco@unal.edu.co

Les dejo una presentación que hace ella de su trabajo de tesis y de las fuentes que le hacen falta para continuar nutriendo su investigación. Si usted tuviera recetarios de otras ciudades de Colombia también son bienvenidos, pues servirían para un posterior trabajo comparativo.

Aquí explica Luz Aydé su trabajo y la necesidad de estas fuentes:

“Actualmente estoy desarrollando mi tesis doctoral: “La transmisión escrita de los saberes culinarios en un contexto urbano. Permanencias y variaciones de la cultura alimentaria de Medellín, 1908-1970”. En esta investigación pretendo analizar las distintas formas de transmisión escrita de las prácticas culinarias y el proceso de apropiación de éstas por parte de las mujeres de la ciudad en un escenario de procesos de modernización.

Este estudio es importante porque aportará a la disciplina histórica una mirada sobre el impacto de los procesos de modernización y la urbanización desde el ámbito de la historia de la alimentación. Además, hay un interés para el desarrollo de este trabajo debido a la escasez de publicaciones para la ciudad e incluso de Colombia que aborden el papel de la transmisión escrita de este conjunto de saberes.

Libros de cocina impresos, recetarios publicados por las industrias alimenticias, libros de urbanidad, las secciones de cocina en revistas (Cromos, Letras y Encajes) y prensa (El Colombiano), son las principales fuentes en las que estoy buscando la información. Éstos los he encontrado en las distintas salas patrimoniales de algunas bibliotecas de Medellín y Bogotá. Hay otro tipo de fuentes que algunas familias albergan en sus hogares. Es el álbum de recortes o el manuscrito de cocina que algunas mujeres acostumbraban – o acostumbran – utilizar para coleccionar recetas. Para esto, ellas anotaban sus propias recetas, las obtenían también por medio del intercambio con otras personas, e igualmente, las conseguían de libros de cocina impresos. Estos textos los heredaban las familias de estas mujeres y hoy en día, algunas los conservan. Sería ideal tener acceso a estos recetarios domésticos porque de esta manera, contrastarlos con los libros de cocina impresos, daría luces sobre el proceso de apropiación del discurso culinario por parte de las mujeres y de la circulación de este tipo de conocimientos.

Para la investigación, cuento con un scanner que posee una tecnología de sensor lineal que digitaliza sin contacto con el papel y de esta manera se preserva este tipo de documentos delicados por su antigüedad.

Si se da la posibilidad de acceder a estos textos, garantizo el compromiso de citar y referenciar dichas fuentes y sus dueños. Con respecto al acceso de estos documentos, yo me adecúo a los requerimientos planteados por las personas que me permitan consultarlos. Desde ya, agradezco la colaboración que puedan brindarme.”