En uno de los últimos días de diciembre de 2020 me he despertado con una buena noticia entre las tantas malas y tristes que hemos visto y escuchado en este horrible año de pandemia. La buena nueva viene de Pompeya y está relacionada con el hallazgo casi intacto de un termopolio. Si no fuera por la tragedia del Vesubio es muy probable que no seguirían apareciendo vestigios tan bien conservados.
Pompeya era una ciudad de la antigua Roma ubicada junto con Herculano y otros lugares más pequeños en la región de Campania, cerca de la moderna ciudad de Nápoles y situados alrededor de la bahía del mismo nombre en la Provincia de Nápoles. Fue enterrada por la violenta erupción del Vesubio el 24 de agosto del año 79 d. C., después de haber sido ya devastada por un terremoto en el año 62 d.C. Pompeya fue sitio de relevancia estratégica. En el 89 a.C. estuvo en guerra contra Roma, capitulando en el año 80 a.C.
El termopolio recién descubierto no es único, pero sí magnífico. El termopolio era un lugar vinculado al consumo de alimentos calientes, una especie de lugar de comida callejera en el que sectores sociales de pocos recursos podían adquirir sus alimentos. El más reciente termopolio aparecido en la ciudad romana de Pompeya es extraordinario porque, por su excelente estado de conservación, empieza a arrojar datos concretos de la comida mediterránea al momento de la erupción y, específicamente, que era lo que ofrecía a sus clientes el día 24 de agosto del año 79 de nuestra era. También se ha encontrado un vínculo entre los frescos de la base de la estructura en forma de L y los alimentos que se estaban cocinando en los recipientes de barro. Entre los restos hasta ahora analizados se sabe que en este termopolio del sector Regio V, cercano a una plaza con fuente, se ofrecía pato, cabrito, cerdo, pescado y caracoles de tierra. Se han encontrado también habas molidas que se cree se usaban para blanquear el vino y modificar su sabor.
Los coloridos y originales frescos son muy variados, hay un gallo que casi parece pintado con técnicas tridimensionales, unos patos, unas ánforas, una ninfa en un caballo y un perro con su collar. Entre las curiosidades ha aparecido también un graffiti en el que se insultaba a alguien, probablemente al dueño del lugar. Escrito en griego en el panel donde está el perro, alguien como un esclavo liberto, según suposición del arqueólogo jefe de la excavación Massimo Ossana, habría escrito en griego “Nicia invertido cagón”. Muy al estilo escatológico de otras inscripciones similares encontradas en Pompeya en lugares como el burdel y el gimnasio.
En Pompeya había muchos termopolios, este sería el número noventa de los hasta ahora descubiertos, los cuales se encontraban ubicados sobre las vías principales de la ciudad y cercanos a los lugares públicos más frecuentados como el anfiteatro, el gimnasio, las termas, así como en las puertas de la ciudad. En este tipo de osterías modernas un plato de sopa de harina y farro podía costar en moneda de la época, un asse. En uno de los termopolios mejor conservados hasta ahora, el de Vetuzio Placido y su compañera Ascula, sobre la vía de la abundancia, se encontraron 1385 monedas de bronce equivalentes a 585 sestercios, los cuales se supone que eran las entradas económicas de un día de actividad en el negocio.
Los arqueólogos comenzaron las excavaciones de este termopolio hace dos años, pero sólo en estos días se ha revelado su completa estructura y varios estudiosos empiezan a develar sus maravillosos secretos. El lugar habría sido saqueado en el siglo XVII y es la razón por la que los restos humanos en el sitio no están completos y se hallan dispersos. Habrá que esperar un tiempo más para saber qué otras informaciones gastronómicas podrán conocerse sobre este sitio de comida popular.
Los invito a ver una presentación del termopolio y sus frescos:
Créditos de imágenes:
Las del termopolio nuevo las tomé del video publicado por el diario El País de España. Las del termopolio de la via de la abundancia son fotos de la autora tomadas en el sitio en 2009.