Colombia tuvo un debut decoroso en la Copa América y empieza a ilusionarnos, sin embargo, no debemos confiarnos en que aseguramos la clasificación, hay que ir paso a paso.
La Selección Colombia inició con pie derecho esta Copa América, la victoria 2-0 frente a Argentina representa una dosis de confianza de cara a las siguientes pruebas, que en principio parecen tener menos obstáculos respecto a la de ayer. Sin lugar a dudas este triunfo está argumentado en el impecable trabajo individual y colectivo que el combinado nacional impuso en el terreno de juego. De principio Colombia le dio la iniciativa a Argentina, quería ver el planteamiento de Scaloni y las virtudes que en materia ofensiva podían brindar los jugadores rivales. Claro, la falta de precisión, finalización e ideas le dio el referencial a los nuestros de que el partido era ganable, pero que había que trabajarlo con inteligencia para llegar a la victoria.
A medida que pasaron los minutos Queiroz adelantó las líneas, su equipo adoptó la posesión del balón y empezó a ejercer el dominio. Con el 4-4-2 Colombia encontraba el equilibrio, se veía el sacrificio de todos para ayudar en las labores defensivas y ofensivas. La selección se apoderaba de las bandas y por ahí empezaba a hacer daño, mientras que Argentina estaba descompuesta, sin ideas y con un fútbol muy opaco. A pesar del buen juego, Colombia acababa con una sensación agridulce pues no había logrado convertir y eso podía pesar para la etapa complementaria.
La “Albiceleste” empieza a identificar que puede agredir a su rival en el mediocampo al cual se le empieza a ver desgastado y es ahí donde el juego empieza a tornarse nervioso, donde los papeles se invierten, teniendo a una Argentina un poco más ordenada y clara para atacar, pero también ese es un momento determinante, pues es cuando aparece la figura de David Ospina que con sus atajadas logró que no se desviara el rumbo de la historia. Y cuando menos lo merecía, Colombia obtuvo la recompensa de su labor del primer tiempo, con un golazo de Roger Martínez que por fin había podido finalizar una jugada con contundencia.
Desde luego, la psicología juega un papel muy importante pues ese gol marcó el inicio de la desesperación de Argentina, que de inmediato se le borraron los argumentos y los caminos para igualar, mientras que Colombia creció futbolísticamente y supo jugar con la desesperación del rival, para después ponerle la cereza al pastel con el tanto de Duván Zapata. El orden, la concentración, el efectivo marcaje de Barrios a Messi, la labor de marca de los laterales, la solidez de Dávinson y Yerry y la persistencia de Falcao, Roger y Duván fueron las fortalezas colectivas e individuales que construyeron esta histórica victoria.
Colombia debe mantener la tranquilidad, no debe creer que ya está en cuartos de final. El fútbol da sorpresas y para evitarlas hay que pensar en el día a día, no precipitarse y pensar en futuros duelos que ni siquiera está seguro que se deben dar. El paso que dimos ayer fue importante y nos da suficientes razones para creer en este plantel, que parece tener clara la meta: Ganar la Copa América.