Los pirineos aclararon el panorama del Tour y seleccionaron a quienes realmente están en condiciones de pelear por el título de la prueba.

Foto: AFP (2019) – Pinot, Bernal, Alaphilippe y otros durante la ascensión al Tourmalet

La montaña fue protagonista en la segunda semana del Tour de Francia y nos brindó el escenario para un gran espectáculo, la muestra del ciclismo ofensivo y abrió las puertas a un marco inédito en el que cinco candidatos como Thomas, Kruijswijk, Pinot, Bernal y Buchmann están distanciados en tan sólo 39 segundos y tendrán opciones por igual para conquistar la camiseta amarilla. Asimismo, se pudo evidenciar la debilidad del Ineos, sus dudas para determinar a un líder, la superioridad de Pinot, la combatividad de Alaphilippe, la sorpresa de Buchmann, la valentía del Movistar y el bajón de Nairo Quintana.

Lo primero que hay que señalar es que si hay un responsable del descontrol y la falta de miedo para atacar es el Ineos, que ha sentido mucho la ausencia de Chris Froome y no ha tenido el poder con sus gregarios para estar controlando la carrera. Sin el pastor en el rebaño el Tour ha adquirido nuevos matices y estos han sido benévolos para el espectáculo, pues al no existir un conjunto que imponga esa autoridad en el pelotón los ciclistas se han animado más a atacar. Sin ese pedalista completo, superior en todos los terrenos, el que hace que la batalla sea de uno contra el resto, la rivalidad se amplia y el duelo se convierte en todos contra todos. Es una pena que por una caída el británico se haya perdido esta fiesta, pero está claro que su ausencia ha creado un ambiente diferente.

Julian Alaphilippe ha tenido un rendimiento impresionante y sorprendió a muchos reteniendo el liderato una vez finalizada la travesía pirenaica, pero ayer demostró que es vulnerable en la alta montaña. Todos sabemos que él es especialista en otros terrenos y lo lógico es que explote en la tercera semana porque ya ha acumulado un desgaste importante defendiendo el liderato. Aun así no hay que desconocer que ha sido el mejor corredor de este Tour y que se ha convertido en el símbolo de la lucha y combatividad y que independientemente de que ceda la primera casilla lo que ha hecho es histórico, aguantando en la montaña y la contrarreloj el pulso de los demás rivales y sobre todo sin un equipo diseñada para defenderlo en la escalada. En un corto o mediano plazo podrá estar peleando por una general, dependiendo del enfoque que él le quiera dar a su carrera.

Hasta el momento el favorito más fuerte ha sido Thibaut Pinot, quien está a otro nivel en la montaña. El francés ha tenido la valentía y ha aprovechado su gran estado de forma para recortar diferencias respecto a los demás candidatos. Por lo que mostró este fin de semana considero que es el rival a vencer y quien va a ser el gran animador de la tercera semana. Tiene la ventaja de contar con un bloque sólido en las trepadas (principalmente con David Gaudu) y de que sabe leer muy bien las situaciones de carrera para saber dónde cambiar el ritmo y a quién hay que eliminar de la lucha. Duele mucho ese día de los vientos donde se vio afectado y cedió un tiempo importante, porque si no hubiese sucedido eso todo sería totalmente distinto, pero lo que pasó, pasó y está a punto de coronar esa remontada.

Uno de los que todavía cuenta con opción de triunfo es el alemán Emanuel Buchmann, quien sin hacer mucho ruido es sexto de la general a 17 segundos del podio y a 39 de Thomas. En mis pronósticos previos al Tour daba a este escalador de 26 años como una de las revelaciones pues había hecho una buena temporada y ya se había medido ante quienes están en la carrera francesa. Siendo el de menor presión en ese grupo de 5 y el de mayor margen puede dar la gran sorpresa, por lo que deberá estar controlado por sus rivales ya que, con cualquier descuido, Buchmann puede dar el golpe sobre la mesa.

Por último, es inevitable hablar de la situación de Nairo Quintana. Está claro que no tiene piernas y su golpe de pedal es diferente al de años anteriores; sorprende que no esté rindiendo en la competencia para la cual se preparó, tanto así que ni ha tenido las fuerzas para ayudar a su líder Landa. La explicación que le veo a esto es que el boyacense tuvo su pico de forma hace 2 o 3 años cuando triunfó en la Vuelta y fue protagonista del mismo Tour, y cuando se alcanza ese nivel máximo en algún momento el ciclista empieza a decaer y no logra mantener el ritmo de antes.

No es el primero ni será el último que atraviese por esa situación, de hecho, en la actualidad, ciclistas de reconocimiento y misma edad como Romain Bardet o Fabio Aru no han estado al nivel que ellos quisieran, ¿es posible de qué vuelva a ser el mismo de antes? Es difícil, pero puede volver a tener otro año con un buen rendimiento. Esto no debe ser motivo para que se olviden sus hazañas y aporte al ciclismo colombiano, al deportista hay que brindarle el mismo apoyo en las buenas y en las malas, no sólo hay que reconocerle su esfuerzo cuando gana, también cuando atraviesa por esos momentos adversos.

Alejandro Matiz

@amatiz12