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La selección tuvo una buena actuación en el Mundial, pero todavía no está lista para aspirar a tener a un campeón del mundo.
Yorkshire acogió la prueba masculina élite de los mundiales de ciclismo, con un circuito apto para el triunfo de un clasicomano. Desde luego, Mathieu van der Poel, Julian Alaphilippe, Peter Sagan, Alejandro Valverde y Matteo Trentin eran algunos de los candidatos para el triunfo final. Al final ninguno de ellos ganó y ante la sorpresa de todos, el danés Mads Pedersen se impuso en el exigente recorrido. Pero la buena noticia para los intereses colombianos es que la selección tuvo una de sus mejores presentaciones en los últimos años en un mundial, sin embargo, eso no oculta algunas falencias y aspectos a mejorar para que los resultados sean mejores en futuras ediciones.
En cuanto a lo vivido en carrera, el planteamiento y actitud del combinado nacional fueron plausibles. Todo el trabajo se generalizó en correr más por equipo, que, por individualidad, algo que la selección no hacía en mundiales anteriores y que se vio representado en las acciones de los ciclistas en la competencia, caso concreto con la fuga de Nairo Quintana, la activa participación de Daniel Martínez y Carlos Betancur y la presencia en el lote de Esteban Chaves. Considero que esa intención de ser protagonista, de estar en los movimientos importantes le da un valor importante al trabajo de Colombia y es la prueba de que es posible realizar una labor colectiva solida y de que esta trae buenos frutos, para esta oportunidad fue el resultado de Carlos Betancur.
Pero también se cometieron algunos fallos, de los que se debe aprender para que el resultado sea mejor. La errática elección de la nómina fue el error principal, y esto se dio ya que esta selección se basó en los pedalistas del circuito World Tour y no decidió abrirse a la posibilidad de convocar a ciclistas del circuito nacional. Un buen ejemplo es Óscar Quiroz, campeón nacional de ruta, ganador de etapas en Vuelta a Colombia y Clásico RCN y quien con sus características aptas para este tipo de terrenos pudo haber hecho un buen aporte. Si se quiere, Sergio Luis Henao y Edwin Ávila pudieron haber sido otras bazas, quienes, al ser rápidos y buenos en la media montaña, también encajaban. Incluso, Sergio Higuita era otra buena opción, porque al ya tener una tarjeta de presentación que incluye triunfo de etapa en la Vuelta a España y top-10 en la general del Tour de California y Tour de Polonia pudo haberse codeado con la élite en lugar de la sub-23, eso, sin desmeritar su gran resultado en dicha categoría, pero asimismo por esa punta de velocidad y explosividad en puertos cortos era un elemento válido para incluir en la nómina.
La labor durante este campeonato del mundo ya deja un avance, que es el de esa idea de correr como equipo y ahora hay que trabajar para analizar mejor los recorridos para llevar una nómina más acorde y que se tenga una mejor preparación para que de esa forma exista la posibilidad de luchar por las medallas. Desde ya, las miradas deben estar puestas en el recorrido del año entrante, un trazado que sí favorece a los escaladores por el desnivel y exigencia de los puertos, donde sí se puede traer a alguien como Egan Bernal, quien hizo bien al no asistir a esta edición, si no hubiera renunciado, Carlos Betancur no hubiese estado y, por ende, el resultado pudo haber sido más bajo.
Alejandro Matiz