El espectáculo de la ronda gala ha venido creciendo gracias a la valentía de un esloveno y la solvencia de algunos de los ciclistas con los que rivaliza.
Foto: AFP (2020) – Tadej Pogacar, Primoz Roglic y Nairo Quintana, durante la etapa 8 del Tour de Francia 2020
La primera semana de competencia del Tour de Francia, que fue de menos a más, dejó varios aspectos interesantes e hizo la primera selección de los favoritos. Ya se sabe que corredores como Thibaut Pinot, Enric Mas, Adam Yates, Tom Dumoulin o Emmanuel Buchmann no podrán luchar por la primera casilla, que aparenta que no será ganada tan fácilmente pues los matices que ha ofrecido el certamen dan a pensar que la batalla está abierta. Con un Pogacar valiente, un Roglic sólido, un Bernal que salvó los muebles, un Quintana que ilusiona y con Bardet y Urán a la expectativa la Grande Boucle presenta un panorama muy atractivo que de a poco se irá esclareciendo en la segunda semana.
En la esperada contienda colectiva, Ineos y Jumbo han mostrado comportamientos distintos, pero todavía no han estado al nivel esperado. Los británicos ya dejaron ver su planteamiento, con un Carapaz que servirá de gregario de lujo y un Bernal llevando los galones del equipo, dejando a un lado la estrategia de 2 espadas. Más allá de que su labor fue influyente en los abanicos, todos los lugartenientes poco han podido hacer en las trepadas, aún no están al nivel, ya sea porque les falte kilometraje o por las caídas (caso de Sivakov), y eso ha obligado al líder colombiano a defenderse solo al momento de la gran selección. Ellos irán a más a lo largo de los días restantes, pues parece que el plan está en dar el 100 % en la tercera semana, lo que no sabremos hasta entonces es si estarán al nivel de antes cuando Sky era el patrocinador.
Por su parte, el elenco holandés ha estado mejor, pero no en el papel de patrones de la competencia. En cuanto a actitud han estado formidables, siempre adelante, seleccionado al lote en las fracciones montañosas y exponiendo la ambición que se requiere para conquistar la gran vuelta francesa. Sin embargo, el funcionamiento no ha sido el esperado, más que todo porque los escaladores como Kuss y Bennett no han estado en el esplendoroso estado de forma de certámenes anteriores y por ende no han aportado mucho a la causa. De hecho, Wout Van Aert, un clasicómano que de a poco ha dejado en evidencia su buena defensa en la escalada, ha sido el más relevante en esa labor, sin contar que ya se embolsó también 2 etapas. Desfavorable para ellos y favorable para el espectáculo, pues sin tanto control se ha tenido el privilegio de ver mano a mano a los grandes candidatos. Al igual que los de Ineos considero que irán encontrando la condición física, aunque lo harán un poco más temprano.
Primoz Roglic ha estado sólido a lo largo de esta primera semana, pero no ha sido el dominador en parte por lo mencionado de su escuadra. Al ser un ciclista polivalente y regular se convierte en el contrincante a vencer y eso hace que todo el mundo lo tenga en la mira y lo quiera atacar. Ha apelado a su sangre fría y a su fortaleza, se le ha visto bien cerrando los ataques de Pogacar y no ha mostrado un solo síntoma de debilidad. Como es de costumbre corre con inteligencia y regula con precisión su esfuerzo. Lo único negativo es que, al tornarse tan calculador, prefiere dejar de un lado las aceleraciones y eso sirve de salvavidas para la gente que no va tan bien, como sucedió con Bernal en la octava etapa. Debe aprovechar las oportunidades para ampliar distancias con los demás, porque, así como ellos, él es humano y puede tener un día malo, y seguro que ninguno querrá desaprovechar esa flaqueza.
El vigente campeón de la ronda gala, Egan Bernal, no ha mostrado un gran estado de forma, pero sobrevivió a la travesía pirenaica gracias a su enorme capacidad de sufrimiento y porque los otros capos no quisieron o no tuvieron cómo destronarlo. Puede ser que los dolores de espalda hayan frenado su preparación y por eso no esté todavía al 100 % y que por eso su apuesta radique en aguantar estos días e intentar sacar diferencias en la tercera semana. A él le ha favorecido enormemente la falta de convicción de varios de sus rivales para partir, ya que tanto ambiente de duda donde no hay claridad sobre cuándo realizar un cambio de ritmo y qué tan fuerte hacerlo, da un respiro a aquel que va sufriendo, disfraza la crisis que va sufriendo y hace que se limiten las pérdidas. La buena noticia es que está avanzando físicamente y que el segmento más desafiante para él, lo haya pasado sin ceder mucho. Si lo empiezan a acompañar más las fuerzas estará en la obligación de probar, pues hay que buscar la debilidad del líder de la carrera.
Un joven de 21 años es el que ha encendido el espectáculo y le ha devuelto a la Grande Boucle, la atractividad de la que carecía los primeros días. Tadej Pogacar ha sido hasta ahora el más valiente y e incluso el más fuerte en estos 9 días de Tour. El esloveno se ha adherido a su estilo ofensivo y sus aceleraciones han sido las que han expuesto la condición del resto. Esa ambición que tanto hace falta en esta competición, lo está convirtiendo en una pieza influyente en el resultado final. Es la rueda para seguir en las trepadas y quien quiera estar en el podio debe rivalizar fuertemente con él. Una lástima que se haya dejado ese 1:20 en los abanicos, porque de lo contrario estaría preocupando mucho más a los galácticos de la prueba.
Nairo Quintana se está convirtiendo en un corredor que puede llegar a tomar un mayor protagonismo en el Tour a comparación de ediciones anteriores. Está exhibiendo un vigor que no tenía en pasadas rondas francesas. Se nota que el cambio de escuadra ha sido un impulso para retomar la confianza de qué todavía está en capacidad de estar en lo alto de la tabla general, se nota porque es más seguro al atacar y al ofrecer relevos en los instantes cumbre. Ha sabido apegarse al plan de pegarse a rueda de los demás elencos, atacar cuando está mano a mano y defenderse como gato panza arriba. Tiene la fuerza para estar en el podio. Su gran interrogante es si también es capaz de retomar la regularidad, pues el hecho de haber estado bien el sábado y flojeando el domingo, da a pensar que el boyacense puede incursionarse en una montaña rusa de rendimiento, y así es complicado cumplir esas aspiraciones.
Más allá de que en algún momento llegaron a destacarse en el podio de la ronda gala, Romain Bardet y Rigoberto Urán han sorprendido con su buen nivel. El francés estaba borrado del mapa luego de una suma decepcionantes actuaciones en los últimos 2 años, pero en esta edición parece reencontrarse con su versión de 2016 y 2017, de ese ciclista al que se le temía en la subida por su capacidad de rodar sin dificultad con otros escaladores de calidad. Es alguien que debe ir día a día, no está en la cabeza de los demás como un gran candidato y eso le da margen, habrá que esperar cómo se desenvuelve en las siguientes jornadas para determinar si realmente está retomando su mejor versión o si esto trata nada más de un corto pico de forma. De todos modos, sin hacer mucho ruido marcha 4º, habrá que esperar.
El colombiano a diferencia del de AG2R había cosechado buenos resultados en temporadas anteriores, pero venía de una fuerte caída en La Vuelta del año pasado y ante el poco kilometraje, su performance era una incógnita. Se ha defendido francamente bien, no es ese corredor ofensivo, siempre va a rueda, pero es difícil de soltar. Ha dado mejores sensaciones que gente que podría estar más arriba que él, y al ser un pedalista completo, al que la crono le viene bien, se puede pensar que su nota final puede ser decorosa. Al igual que el francés, Urán tiene margen y silenciosamente ha logrado un puesto de privilegio en la general (6º). Se puede esperar mucho de él.
Para cerrar, la segunda semana trae un menú complejo. Dos jornadas planas, que si no presentan vientos deberían ser de transición, 3 días de media montaña de los cuales uno culmina subiendo al Puy Mary, un premio de 1 categoría que es más bien explosivo, ideal para los eslovenos y desde luego para decretar unas diferencias no tan amplías entre los capos de escuadra. Lo que más sobresale de este segundo segmento de competencia es el final en alto el próximo domingo en el Grand Colombier, un puerto exigente, para escaladores puros, en el que ya se sabrá con más claridad quiénes pelearán por el título y el podio, una prueba de fuego absoluta. Es una semana importante, pues el grupo de candidatos quedará notoriamente reducido, y la expectativa por la defensa de Roglic, la baza que juegue Bernal, lo que Pogacar pueda hacer y la regularidad de Quintana se ahondará mucho más.
Alejandro Matiz
@amatiz12