Análisis previo de la edición 75º de la Vuelta a España, recorrido y favoritos, además del habitual pronóstico de la ronda ibérica.


Foto: AFP (2020) – Tom Dumoulin y Primoz Roglic en acción.

En un escenario común y corriente, a estas alturas del año, el calendario World Tour estaría cerrándose. Pero resulta que viviremos algo único, una Vuelta a España entre octubre y noviembre, época en la que las bajas temperaturas se apoderan del viejo continente y donde si la situación actual lo permite, se cruzará con otra grande, el Giro d’Italia. A lo largo de 18 días la intensidad se sentirá al máximo, tanto por las dudas de que la carrera llegue a Madrid, como por el exigente trazado que ofrece la ronda ibérica para esta edición. Un diseño absolutamente montañoso a la espera de ser explotado por un brillante cartel que en buena parte es remanente del último Tour de Francia. Parece que, otra vez, un equipo de amarillo y negro parte con todas las de ganar, pero tendrá el contrapeso de contrincantes mucho más pulidos físicamente y que al estar en una competencia distinta, sin esa dinámica de orden de la ronda francesa, pueden apelar a la valentía y a tener objetivos más ambiciosos.

Recorrido

Como en el Tour, La Vuelta presenta un trazado descompensado, mucha montaña, poca crono. No es novedad en la ronda española, pero es algo que se ha maquillado porque nunca ha habido un equipo dominador. Esta es una carrera que ha manejado un esquema diferente, cualquier día el elenco menos pensado llegaba con una propuesta agresiva, creaba el caos y nadie se salvaba de entrar en el agite así no fuera una etapa clave. Eso compensaba el desequilibrio del recorrido. Pero este año la cosa puede cambiar. Jumbo trae la base de la nómina con la que estuvo en Francia y es muy superior a la del resto de escuadras. El regreso de la dictadura holandesa podría mostrar los baches del trazado que eligió la organización este año.

La cancelación de las jornadas en Holanda produjo que la dureza esté presente desde el día 1. Tres primeras fracciones, tres premios de primera, dos de ellos como finales en alto: Arrate (1) y la Laguna Negra (3). La espera para darnos a una idea inicial de la condición de los favoritos será mínima. La primera semana es muy corta, pero explosiva. Como si fuera poco, cierra con la etapa reina, con llegada al Tourmalet, precedido por puertos de prestigio en territorio galo como el Portalet y el Aubisque. Aunque sea temprano, ahí es donde se sabrá con certeza, quién o quiénes cuentan con las piernas para hacerse con la camiseta roja.

Lo curioso es que la segunda semana decide en un 80 % la discusión por la general. Tres etapas de alta montaña, todas acabando en ascenso y con encadenados ideales para mermar las fuerzas de los ciclistas. El Alto del Moncalvillo (8), La Farrapona (11) y el Angliru (12) serán escenarios para ratificar a los más fuertes, y de paso las últimas oportunidades para los escaladores puros de sacar ventaja, previo a la única contrarreloj de esta edición, que marca el inicio de la última semana. Son casi 34 km, los últimos 2 en un muro que puede ayudar a que las diferencias con los especialistas no sean tan grandes, siempre teniendo en cuenta que casi todo el recorrido es plano.

Es interesante que ese segmento final de competición no contenga la misma dificultad que los otros 2. A simple vista las únicas etapas decisivas serían la contrarreloj y la penúltima con llegada a La Covatilla. Pero el resto a excepción del arribo a Madrid, son jornadas de media montaña, terreno rompe piernas y propicio para que el libreto sea distinto. Aquellos que tengan como posibilidad real el campeonato o el podio, seguro intentarán algo esos días, no creo reduzcan su apuesta a 2 días. Son conscientes de los obstáculos que ese tipo de etapas presentan y sería frustrante no aprovecharlos para poner en jaque a los reyes de la carrera. Esa es una propuesta inteligente para transformar las jornadas de transición en jornadas de espectáculo.

Favoritos

Primoz Roglic tiene una gran oportunidad para repetir su conquista del año pasado. La Vuelta es un escenario ideal para tomarse revancha.  En el mundial y Lieja demostró que ha mantenido su espléndida forma del Tour. Si a eso se le suma su versatilidad, regularidad y los escuderos a su disposición, estamos hablando del máximo favorito. Casi igual como en la ronda francesa. Y digo casi, porque es aquí donde está la diferencia, va a encontrar a un Tom Dumoulin con más ritmo de competencia y mejor físicamente a comparación del Tour, por lo tanto, no será el líder único del Jumbo y esta vez no será tan fácil ganarse ese rol. Es evidente que compartir el liderazgo implica tener un límite en la libertad para moverse y que, para cualquier corredor, sería preferible ser líder único. Su inconveniente principal es ese. Si el holandés llega a ser superior, deberá sacrificar la aspiración personal en pro de su equipo, como ya hiciese Dumoulin en la ronda francesa.

El corredor que puede estar más cerca del esloveno es Richard Carapaz. El ecuatoriano tuvo una notoria mejoría a lo largo del Tour de Francia, de menos a más. A diferencia de Roglic, su liderazgo en INEOS está mucho más claro, ya que Froome no ha encontrado la forma. No se puede poner en discusión su ofensividad en la montaña, el talento en la misma y la confianza que le brindó su rendimiento en la última semana en Francia. Será una referencia a lo largo de la ronda española. Cuenta con un buen equipo, con el equilibrio de experiencia y juventud, donde Amador, Van Baarle y Sosa pueden ser su mejor soporte. Claro candidato, con el gran reto de hacer sucumbir a Roglic, Dumoulin y su corte.

Otros corredores de renombre para mencionar son Thibaut Pinot y Enric Mas. El francés llega en un desconocido estado de forma, parece que durante la gran vuelta francesa no pudo recuperarse de su caída y pasó desapercibido luego de su debacle el octavo día. Más allá de las dudas que giran en torno a su estado físico siempre es alguien para tener en cuenta en una grande. Será una caja de sorpresas, no se sabe si tire para el lado positivo o el negativo. El español vive una situación distinta. Él sí tuvo un notorio avance en la última semana de la ronda gala, capaz de estar con los mejores en la escalada, transmitiendo buenas sensaciones y acercándose a esa versión que cautivó a muchos dos años atrás en La Vuelta. Considero que esa progresión debe de tenerse en cuenta. Ya mostró de lo que es capaz, ahora tiene que irse consolidando, instalando en ese grupo de pedalistas que marcan la diferencia. Esta competencia le viene bien y le da el chance de ir logrando ese objetivo.

Los colombianos

De los representantes nacionales, el único que podría tener una aspiración de clasificación general es Daniel Felipe Martínez. Se pensaba que en el Tour tendría la oportunidad de conocer el papel de jefe de filas en una grande, pero quedó relegado ante la experiencia de Rigoberto Urán. La Vuelta es un certamen correcto para debutar en esa función. No hay muchos ciclistas con aspiraciones reales al título o podio y eso abre las posibilidades para que alguno dé la sorpresa. Martínez puede ser uno de esos. Lo de él ha sido un proceso, de esos que no gustan en Colombia porque no fue de dar resultados a las primeras de cambio, sino de ir conociéndose, de trazarse desafíos “menores” como terminar una grande, y luego aumentar la exigencia poco a poco. Aunque el proceso del colombiano no ha sido tan lento, ha dado sus resultados, y este es un buen momento de experimentar un rol diferente. Este año ha mejorado en la montaña y se ha fortalecido en la crono. Ya ganó etapa en Francia. Está rodeado por un gran elenco, con Carthy, Van Garderen o Woods. No es el gran candidato y la presión será mínima. Vamos a ver qué tal lo hace.

Del resto los objetivos son diferentes. Esteban Chaves, Sergio Luis Henao y Juan Felipe Osorio serán los cazadores de etapa. Iván Ramiro Sosa, un gregario para Carapaz. Brandon Rivera, Jhojan García y Santiago Buitrago tendrán la oportunidad de aprender y conocer la reacción de su cuerpo en una carrera de 3 semanas. Cómo está sucediendo en Italia, la ronda ibérica no será una competencia de fácil consumo para los aficionados colombianos al no tener una baza clara la general, pero sí les brinda la posibilidad de abrirse a otro espacio de gozar con retos diferentes de sus compatriotas y de ser más imparciales a la hora de ver la lucha por la general.

Pronósticos

No hay muchas etapas llanas en esta edición y por consiguiente la presencia de velocistas es escasa. Pascal Ackermann y Sam Bennett destacan en la lista. Entre ellos, creo que el irlandés destacará como el mejor embalador. No existe claridad de quienes pueden ser revelaciones, pero el ciclista que puede mostrarse ante la élite es Andrea Bagioli. El italiano ha firmado una buena temporada 2020, destacando por su punta de velocidad y agresividad en la media montaña. En ese terreno, abundante en la tercera semana, será alguien para tener en cuenta.

Para la general la tarea tampoco es sencilla y acertar un podio es difícil. Casi siempre se falla. Sin embargo, estos son los 3 ciclistas por los que me la juego. Tercera posición para Enric Mas, por esa progresión en su estado y el aumento de confianza tras su actuación en el remate del Tour. Ya tiene el historial de podio. Segunda casilla para Richard Carapaz, al ser ese escalador agresivo y que tiene la potencia de romper al pelotón en el ascenso. Dará espectáculo y pondrá en aprietos a otros favoritos. El título para Primoz Roglic, la solvencia en diferentes facetas, aunado al excelente bloque que lo acompaña y su pletórica condición lo convertirán en rey de La Vuelta por segunda ocasión consecutiva.

Alejandro Matiz

@amatiz12