Se empiezan a esclarecer algunos aspectos del Giro, pero a la vez se plantean nuevas incógnitas sobre la resolución de la ronda italiana.
El cierre de la segunda semana del Giro d’Italia permitió confirmar al gran favorito para hacerse con el título, algo de lo que no se tenía absoluta certeza en el primer segmento. Pero en ese entorno de confirmaciones surgen nuevas dudas e incluso algunas de ellas recaen en ese mismo corredor que ha sido el más fuerte. ¿Tendrá un día malo? ¿Le pasará factura la tercera semana? ¿Regresó a su versión 2017 o es solamente un buen momento de forma? Y del otro bando, ¿quién puede hacerle contrapeso? ¿Qué otro equipo está en la capacidad de romper la carrera? En fin, son tantos interrogantes que dejan una única conclusión hasta ahora, y es que puede pasar cualquier cosa y que la Corsa Rosa está siendo propensa a sufrir cambios inesperados y bruscos, por lo que nadie tiene nada asegurado.
Wilco Kelderman se está acercando poco a poco a ganar su primera grande o, en su defecto, a hacer podido. Lo del Piancavallo fue una contundente demostración de la superioridad que tiene ante sus contrincantes, tanto en lo individual como en lo colectivo. Su comportamiento ha sido valiente en las etapas de alta montaña, siempre lo intenta, busca diferencias y encuentra métodos para sacarle provecho a sus buenas piernas ya sea en solitario o con su escuadra. Si para la primera semana era llamativo su nivel, en estos momentos es, sin duda alguna, una grata sorpresa. La muestra de solidez y confianza lo han catapultado para ser el ciclista para vencer. Pero sería un candidato mucho más claro si contara con un historial más amplio en la lucha de podios por carreras de 3 semanas. La principal duda radica ahí, porque no es alguien acostumbrado a estar en estas situaciones, por lo tanto, no transmite la suficiente confianza como sí lo haría Nibali, por ejemplo. La posibilidad de desfondarse en el último segmento o cometer errores tácticos están ahí, latentes. Por supuesto, puede suceder todo lo contrario, que esté en un momento de esplendor que le ayude a mantener los vatios y lo hagan intratable por el resto de competencia. Todas las miradas están puestas en él. No querrá desaprovechar la oportunidad más inmensa en su carrera deportiva. ¿Es el elegido? Ya veremos.
Quien sin ninguna objeción ya es una de las figuras de este Giro, es Joao Almeida. El portugués ha fascinado con su defensa del liderato, con un estilo combativo que nos devuelve a la mente pantallazos de Alaphilippe o Voeckler. Es un sufridor incansable. Es de admirar la forma en la que se ha apegado a esa camiseta rosa, ha sudado cada gota en pro de conservarla el mayor tiempo posible, dignificando el concepto de portarla, sinónimo de honor y respeto a la prenda que lo identifica como el mejor de la general. No parece que estuviese en su primera grande, ha asumido el reto con mucho valor y su nota es alta, eso sin contar las toneladas de aprendizaje que está adquiriendo, estando en esa posición. Soy de los que creen que la va a ceder, la última semana concentra los días de mayor esfuerzo con la alta montaña y cobra el desgaste realizado en las otras dos. Almeida ha invertido demasiada energía y ha demostrado que le cuesta seguir a los mejores escaladores en ascensos largos y tendidos. Las terceras semanas pueden ser eternas para quienes no las han experimentado antes. Tampoco estoy tan seguro de que sea el pedalista que pueda plantarle cara a Kelderman. Seguirá con la intención de extender lo máximo posible el liderato, pero ya será cuestión de sus límites de sufrimiento para saber hasta dónde lo puedan llevar en la general.
Incluyendo al líder, es evidente el apoderamiento de la camada joven y su influencia en competencia. Los otros dos casos son los de Hindley y Tao. Del primero fue interesante ver cómo ceñido estrictamente a la función de gregario, fue capaz de distanciar a varios ciclistas de renombre y meterse de golpe en el podio. Es un escalador nato, al que le sientan bien esas subidas largas como la de ayer, tiene fondo y potencia cuando la carretera se empina. Se desmarcará de esa función de lugarteniente para convertirse en una segunda baza del Sunweb, mientras tenga cercano el podio. Va a jugar un papel fundamental en cualquiera de esas dos funciones. El británico vivió algo similar a Hindley, de la nada se acomodó en la general, aunque no haciendo el mismo trabajo, sino más pensando en sus objetivos personales. Dejó muy buenas sensaciones con su triunfo de etapa y lógicamente hay que tenerlo en la lista de favoritismo. Tao podría ser el hombre con el tanque y la actitud para desafiar al líder holandés del Sunweb, siempre sin olvidar que es joven y que, ante la inexperiencia del ciclista, hay que ser cautos antes de exigirles resultados.
Del resto es difícil saber qué va a pasar. Pozzovivo, que se estaba perfilando para tener un protagonismo mayor incluso a comparación de Kelderman, se fundió en la última etapa, sembrando la gran incógnita sobre si su rendimiento ya empieza a decaer. Majka ha logrado estar un poco mejor pero todavía le cuesta encontrar las piernas para entrar en una dinámica más ofensiva. Fuglsang ya ha dejado claro que las grandes vueltas no son su mejor especialidad. Nibali, a mi consideración, es quien podría contrarrestar la cosa entre estos, ¿la razón? Históricamente ha sido alguien que ha rendido mejor en la última semana. Lo que ha ido sucediendo en la ronda italiana el Tiburón ya lo ha vivido, no brilla las dos primeras semanas, cede tiempo y deja una sensación de decepción, pero luego en la tercera llega a esa gran versión, es de los que más ataca en las subidas y aprovecha el cansancio acumulado de muchos para recuperar tiempo significativo y meterse en la pelea por el podio, al menos.
El inconveniente de Vincenzo es el último tema que trato en el artículo. No tiene equipo. Quedó expuesto al peligro ante los abandonos de Ciccone y Brambilla. La vía de buscar hacer daño con el ritmo de un bloque está descartada. Tiene que provocarlo en primera persona. Él no es el único, muchos otros están en las mismas. Y esto es tan importante porque fue el elemento que consolidó a Kelderman. Tener 2 o 3 gregarios capaces de reducir al lote en ascensos exigentes, imponiendo una hegemonía total, parece estar solo al alcance de Sunweb. El problema no es de actitud, como sucede en el Tour, sino de nombres. Ni Trek, ni Astana o NTT tienen grandes escaladores que puedan hacer lo mismo que hicieron Hamilton y Hindley en Piancavallo. Los obliga a que la batalla sea mano a mano. Los únicos que se me vienen a la cabeza son Deceuninck (dependiente de las opciones de Almeida o Masnada) y Bora (tendría que sacrificar a Konrad).
El candidato lo hay, argumentos los tiene: El estado de forma, la diferencia en tiempo con los demás y su elenco, aunque su historial no nos da 100 % de seguridad. De quien le haga contrapeso no hay certeza, rondan unos nombres, pero son jóvenes y eso implica cautela. Un conjunto para hacer daño lo puede haber por su actitud. Entre más cosas se aclaran, más preguntas nacen. ¿Qué le hacemos? Esto es el Giro, un túnel largo y entretenido del qué no se sabe cuándo encontrará la luz.
Alejandro Matiz
@amatiz12