La fenomenal labor realizada en 2020, la aparición de nuevos diamantes y la llegada de un líder con ganas de renovarse, presentan una enorme ilusión para el Sunweb de cara al próximo año.

Foto: AFP (2020) – Marc Hirschi, una de las grandes figuras del cuadro alemán

Flecha Valona, Paris-Tours, 3 etapas del Tour, 1 del Giro, más el segundo y tercer lugar en la general, podio en Lieja, Paris-Niza y Milán San-Remo. Todo eso hace parte del palmarés conseguido a lo largo del 2020 por el Sunweb, que sin las mismas herramientas de otros elencos firmó una fantástica temporada. Nadie habla constantemente de ellos, de su buen año, no hacen el mismo ruido que Ineos y Jumbo, pero si uno se pone a analizar con poquito de detalle lo que han hecho se encuentra que existe una proyección importante que los puede catapultar en un corto plazo a ser de los conjuntos más destacados de la élite. Por lo tanto, es recomendable para las demás escuadras desde ya, ponerles un ojo a los alemanes, puesto que, si mantienen la línea de trabajo, van a dar de qué hablar.

Para empezar, es bueno hacer memoria. El 2020 pintaba poco alentador para ellos, ya que su máximo referente, Tom Dumoulin, había decidido poner fin a su estadía en el equipo para aventurarse en nuevos desafíos. La lenta reacción no permitió contratar a un ciclista que sustituyera al holandés y debieron conformarse con una nómina, que, a priori, era débil para pensar en grandes objetivos. No era una temporada para pensar en resultados, se debía priorizar el rejuvenecimiento de la plantilla y la adquisición de aprendizaje para que brillara en unos años. Consistía en empezar de ceros. Lo que pasa es que se mezclaron dos cosas, que acabaron otorgando el balance positivo. Una previsible y la otra, no tanto. Lo de esperarse, la típica combatividad de un elenco sin grandes objetivos, y lo sorprendente, el salto de calidad que dieron algunos jóvenes, en cuanto a rendimiento y resultados, Marc Hirschi y Jai Hindley.

El suizo de 22 años se mostró como un pedalista de un perfil muy completo. En cuanto a clásicas o media montaña fue el gran descubrimiento. Sus exhibiciones en el Tour mostraron que es realmente bueno y que se añade como un corredor para hacerle contrapeso a gente como Alaphilippe. Estamos hablando de alguien explosivo, a quien le gustan las rampas exigentes para marcar la diferencia, pero que además tiene otros dones. En el descenso, se halla uno. Muy seguro, con una técnica admirable, es un terreno que le favorece para extender la ventaja. En la alta montaña se defiende bastante bien, no es que sea un escalador puro, pero para su moldaje lo hace mucho mejor que otros. Si quieren prueba de ello, échenle un vistazo a la novena etapa de la ronda gala, donde en solitario se devoró 4 puertos, 2 de ellos de primera categoría. Y nada estuvo de ganar ese día… Todo lo anterior, sumado a su frialdad, el saber cuándo moverse, a quién controlar y, por supuesto, a su punta de velocidad. Un talento único.

El australiano, de 24, fascinó en el Giro. Junto con Tao, emergió como el escalador más fuerte de la Corsa Rosa, dando cuenta de su comodidad para afrontar ascensos largos y de lo influyente que puede ser en ellos desde cualquier función, ya de jefe de filas o gregario, porque eso hay que tomarlo también en cuenta, que en gran parte trabajó para Kelderman y fue el encargado de seleccionar a los más fuertes en suelo italiano. Es diferente a Hirschi, mucho más trepador, con las características para pelear una vuelta de 3 semanas. Cierto es que no tuvo una gran variedad de competidores con talante, pero para estar adelante en una grande se requiere de un buen tanque y vatios, así que sí tiene el vigor suficiente para destacar. Es otra perla que deberá afrontar con más presión el siguiente curso, ya que desde el propio equipo y la afición en general querrán que Hindley se ratifique ante otros corredores de entidad.

A ellos se les deben agregar otros ciclistas que no obtuvieron esos lugares de privilegio, pero que mostraron un potencial importante con su juventud, por lo que se podría decir que tienen una base sólida. Para citar ejemplos, Cees Bol (25), embalador en crecimiento, Casper Pedersen (24), experto en el llano y las clásicas, Soren Kragh Andersen, contrarrelojista y talentoso en emboscadas de últimos kilómetros o Chris Hamilton (25), escalador. Otros como Nicolas Roche, Thymen Arensman (20), Tiejs Benoot y Nico Denz, que fueron visibles en las carreras en que estuvieron.

Sin embargo, la cosa no acaba ahí. Está demostrado que tienen gente destinada a brillar en los próximos años, un soporte relevante y a un referente con experiencia, que puede retomar su gran nivel de 2016 y 2017. Romain Bardet, dejó las filas del AG2R para liderar este proyecto. La llegada del francés es benévola para ambas partes. Para entender por qué vamos a ejemplificar con un conocido de la casa como Nairo Quintana. El colombiano se marchó de Movistar tras 7 años de estadía, evidentemente agotado de un ciclo que había dejado de otorgarle beneficios deportivos. El haber estado tanto tiempo en un mismo equipo generó una saturación en la preparación y menú de carreras que había machacado su nivel. Su llegada a Arkéa significó oxigenarse, probar un nuevo plan de trabajo e ingresar en un medio distinto que influyó para que recuperara la confianza y mostrara que todavía tenía las piernas para ser protagonista en competencias de envergadura. Otra cosa es que su caída en el Tour lo haya limitado, pero se sintió que los efectos del cambio fueron positivos.

Ahora bien, resulta que lo de Bardet es exactamente lo mismo, con la diferencia de que su situación se da en conjuntos distintos. El francés llevaba 8 años con AG2R, demasiado tiempo y una de las principales causales de su bajón. El cambio seguramente le va a sentar bien, porque va a encontrar nuevos métodos, va a convivir con gente distinta y disfrutará de los beneficios de un cambio de aires. Es un espejo con Quintana. La presencia de Romain en Sunweb puede ser la llave para verlo nuevamente como el escalador formidable y agresivo, que en su momento desafió a Froome y compañía. Entonces, él gana porque encuentra el lugar para experimentar cosas nuevas y el equipo obtiene a un ciclista con experiencia, que lidere a esta camada joven y que sirva de referencia para los objetivos más importantes, que supla el papel de Dumoulin.

Seguramente algunos pensarán, ¿se sentirán las bajas de Wilco Kelderman, Michael Matthews y Sam Oomen? La verdad, no. Esencialmente por lo que ya mencionábamos, esta es una escuadra con una base que día a día sigue moldeando la fortaleza. En el Giro, Kelderman dejó claro que no cuenta con la casta suficiente para imponerse en una grande, tienen a Bardet y Hindley para pelear por las grandes, no se va a sentir su ausencia. Matthews está acostumbrado a otorgar buenos resultados, pero el crecimiento de Pedersen y Bol son suficientes para continuar con el trabajo del australiano. Oomen nunca acabó siendo tan determinante como se proyectaba hace unos años, y la aparición de otros escaladores como Chris Hamilton serán ideales para sustituirlo.

Sunweb está en la capacidad de planificar desafíos ambiciosos para el año entrante. Tienen una plantilla joven y con talento, que en sus grandes aspiraciones será guiada por un Romain Bardet que puede recuperar las piernas de hace 3 años. Falta por conocer cómo repartirán el próximo calendario, qué tanta libertad recibirán las nuevas joyas Hirschi y Hindley, y hasta qué punto serán capaces de dar guerra. Lo que sí queda claro es que el panorama de 2021 es muy alentador, lo suficiente como para creer que el maillot blanquinegro tendrá constantes apariciones en los podios de certámenes destacados.

Alejandro Matiz

@amatiz12