En el cronograma de grandes vueltas, el elenco bahreiní centró todas sus esperanzas en Mikel Landa, condenando a Pello Bilbao a atenerse al rol de escudero.
Foto: AFP (2020) – Pello Bilbao correrá su segunda temporada con los colores del Bahrain.
En el ciclismo existen varios tipos de corredores y no me refiero a escaladores, velocistas, clasicómanos o contrarrelojistas, sino a una catalogación más profunda conectada a lo que cada uno muestra en la carretera en cuanto a actitud, regularidad y resultados. Uno de esos tipos es del ciclista silencioso, ese que no goza del palmarés más laureado y de la atención de la prensa, pero que en competencia es una garantía para cualquier tipo de función, ya sea trabajando para otros o para los intereses personales, donde casi siempre rebosa las expectativas generales. Pello Bilbao encaja en ese perfil. Sin atraer las mismas masas mediáticas que compatriotas suyos como Valverde o Landa, siempre está ahí, presente. Si su misión es servir de gregario para algún jefe, es determinante, si va en búsqueda de cumplir objetivos personales, es efectivo.
Y lleva años siendo así. Ha mostrado el potencial suficiente como para estar uno o más escalones arriba en cuanto a liderazgos se refiere, no para que ese don pase escondido detrás del éxito de otros. Próximo a cumplir 31 años, Bilbao está en una etapa de su carrera en la que todavía puede evolucionar como capo o resignarse a trabajar para otros jefes. Si quiere que suceda lo primero, debe recibir un respaldo por parte de su conjunto actual, el cual consiste en soltarle un gran reto. Pero el anuncio sobre los planes del Bahrain Victorious para 2021 representa un espaldarazo al progreso del vasco. Enviarlo a ser gregario de Mikel Landa, tanto en el Giro como en el Tour, es seguir quemándolo y desperdiciando sus condiciones para metas más ambiciosas.
Para ampliar la opinión. El desacuerdo con esta decisión no radica en que Landa haga las veces de líder en ambas competencias. Mikel es, en la actualidad, de los pocos vueltómanos capaces de hacer un buen doblete Giro-Tour. Es alguien que, a pesar de que en ocasiones falle en días claves, nunca baja la cabeza, corre con una mentalidad de dar espectáculo y ganar y es claramente, hoy en día, la ficha más idónea que ostenta el equipo de Brent Copeland para la general de una grande. Pero no porque sea el más ideal no significa que sea el único. Que sea jefe en Italia y Francia está bien. Es entendible. Pero no por él se tienen que quemar el resto de las fichas. Para ser específicos, con Bilbao se podía hacer algo diferente. Por ejemplo, enviarlo al Giro, máximo objetivo de Landa, para que sea el lugarteniente más fiable en la escalada, luego darle un descanso, que vaya a los Olímpicos y luego a La Vuelta como líder.
¿Es necesario tenerlo todo el tiempo como gregario, sabiendo que también puede liderar? No estamos diciendo que Pello merece una oportunidad porque sí, lo decimos porque ya hay antecedentes. Para no ir lejos, el pasado Giro fue la demostración del talante que tiene para un certamen de 3 semanas. Acudió a la Corsa Rosa, apenas 2 semanas después de completar el Tour. Con un elenco débil, sin fines claros y con esa fatiga acumulada, culminó quinto en la general, siendo uno de los más regulares en competencia. Hizo una mejor general que hombres cuya preparación estaba destinada exclusivamente para el Giro, caso Nibali, Fuglsang o Majka. Aunque el cartel de esa edición no haya sido amplio, no hay que dejar pasar por alto el hecho de que haya rendido de esa forma teniendo los factores de equipo y cansancio en contra.
Tampoco pueden quedar en el olvido sus actuaciones del Tour del curso pasado o su brillo en suelo italiano en 2018 y 2019, siendo sexto de la general y ganando dos etapas. Bilbao posee un perfil completo, es constante en el ascenso, se defiende muy bien en pruebas a cronometro (de hecho, es el campeón de España en la modalidad) y tiene una regularidad en su rendimiento a lo largo de las 3 semanas. Desde hace rato viene haciendo méritos para tener un rol de mayor envergadura en un equipo, seguro por eso salió de Astana con la ilusión de que en el Bahrain apreciaran sus actuaciones para tener más libertad y aspirar por sus propios intereses.
Pero si no se le otorgan más responsabilidades, su crecimiento quedará estancado, dejará pasar sus mejores piernas para el beneficio de sus compañeros y no para su propio provecho. Y por supuesto, el equipo puede perder la opción de hacer buenas generales con él y privarse de recibir alegrías por parte del español por ponerlo a trabajar para otros. Si realmente le otorgan ese voto de confianza, Pello será capaz de responder con resultados y quien quita que hasta salga mejor líder que Landa. Sin embargo, mientras el Bahrain no vea eso, se convertirá en un crematorio más para un Bilbao encaminado a seguir sacrificando su gloria. Que además del #FreeLanda, que se multiplique el #FreePello. Se lo merece.
Alejandro Matiz
@amatiz12