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Esa era uno de los chistes que contábamos con frecuencia quienes usábamos los buses o las busetas para movilizarnos en Bogotá. Como buen chiste, causaba risas entre quienes lo contaban, porque además, sabíamos que no había nada más cierto.
Subirse a un bus o buseta en las horas pico, es sinónimo de por lo menos apretuje, empujón y estrujada. Y aunque afortunadamente no lo viví, si oí muchas historias de hombres, que aprovechando el espacio y la aglomeración, tocaban a las mujeres de manera inapropiada y con fines puramente sexuales. Es muy común, y que yo sepa, no hay mucho que se pueda hacer para evitarlo. ( A parte de un codazo)
Por eso me ha llamado la atención la campaña que se lanzó en febrero del año pasado, gracias a la asociación del gobierno local de la capital de los Estados Unidos, en asocio a una organización que aboga por el espacio seguro.
La campaña busca denunciar “los estrujones mal intencionados” de los que varias mujeres han sido víctimas. Estrujones que van desde los acercamientos inoportunos, y las caricias inadecuadas, hasta la violación.
La campaña original se hizo en Boston y Nueva York, y tiene como objetivo estimular a las mujeres a denunciar este tipo de eventos, educar los trabajadores del metro, encontrar a los culpables y crear conciencia entre los pasajeros para que sepan del problema y de sus consecuencias.
Junto “Acción para Espacios Seguros” (http://www.collectiveactiondc.org/), el gobierno de Washington quiere que los casos sean registrados en este website , que incluye no solo la posibilidad de describir el hecho, sino que permite dar los detalles de quien lo perpetró.
La información va directamente a un sistema de la policía que cuenta con la opción de enviar fotos a una dirección de correo. Allí se analiza y se hace un seguimiento a los sucesos.
Cuando se puede confirmar la información, las penas que se imputan van desde el pago de US$1000 y – o 180 días en la cárcel o más, dependiendo del caso.
Para mi tristeza, creo que estamos lejos de poder implementar una campaña de este tipo en Colombia. De hecho, aún vemos como “divertido” la tocadera y el “estruje” en espacios tan de uso común como los vehículos de transporte público. Puede que se mas fácil reirse que buscarle solución a un problema como éste.
Pero nunca es tarde para poner el tema en la mesa y empezar a pensar la manera de abordarlo. O simpelmente crear conciencia para que quienes hayan sufrido la “estrujada malintencionada”, se sientan en la capacidad de denunciarlo.
Empezar de cero y aceptar que el “suban-estrujen-bajen” no está bien y que es necesario cambiarlo.
Mejor: Suban-disfruten y RESPETEN!!!!