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Por @Silviadan
En “La otra Mujer”, una película protagonizada por Cameron Diaz, tres mujeres que no se conocen y que sin saber están compartiendo el mismo hombre, terminan siendo las mejores amigas.
La película encarna a tres estereotipos de mujer. Una es la ejecutiva sexy, atractiva, orientada por el éxito de su trabajo, inteligente y muy independiente. La segunda, – la esposa – es la conservadora, naive, bonita, muy dedicada a su hogar y cuyo centro es su marido. La última, es una mujer mucho más joven que las dos primeras, voluptuosa, inmadura y bastante más relajada que las otras.
Las tres son engañadas por el mismo hombre- Un seductor profesional en negocios, interesado en el dinero y con grandes capacidades de conquistador.
Por cosas de la vida, la ejecutiva se entera de que su pareja – de quien cree podría estar enamorada – es casado, cuando una noche quiere sorprenderlo en su casa. Se enfurece y muy a su pesar, decide dejarlo. Sus principios no le permiten tener relaciones con alguien casado.
Pasan unos días, y la esposa en cuestión, extrañada y sorprendida con la visita de esta atractiva mujer a su casa, decide buscarla para constatar que su marido está siéndole infiel con ella.
Con un objetivo inicial que es desenmascarar al hombre en cuestión, conocen a la tercera protagonista que se suma al interesante grupo de despechadas que quieren venganza.
En el proceso las tres mujeres terminan convirtiéndose en grandes amigas, consejeras y confidentes.
No sé cuántas veces habrá pasado esto en la realidad. No creo que sea una situación fácil de encontrar.
Es bien sabido que una de nuestras peores características es la competencia entre mujeres. Casos he conocido en donde teniendo la sospecha de que sus parejas son infieles con sus amigas, las mujeres prefieren no contarlo o incluso pelearlo a pesar de poner en riesgo su amistad. Le dan más valor a la relación de pareja que a la amistad.
Creo que es un error. Claro, hay casos de casos, pero ¿qué tal si las mujeres pusiéramos a nuestras pares primero que a nuestras parejas, o nuestras conquistas? No sería una lección para los hombres? No los haría pensar dos veces antes de engañarnos?
Sé de amigos que usando este secretismo entre mujeres, logran varias conquistas. Por lo general son hombres con grandes cualidades en la oratoria, inteligentes y con historial de mujeriegos. Esos, que conocen a varias mujeres, saben por experiencia que este es un talón de Aquiles entre las mujeres, y claro, lo usan para su beneficio.
Los hombres por el contrario se respetan mucho más en estas áreas. Es casi que un acuerdo de amistad tácito que muy pocas veces se pone en entredicho.
Y es una lástima que nosotras no nos inclinemos naturalmente a hacer lo mismo. Podríamos protegernos y hacer que nos valoraran más. Las amistades son mucho mas duradreas que las relaciones amorosas.
Otro cambio cultural que merece una mirada más profunda. ¿Se animan?