Por PanzaVidela

Tras el partido en Barranquilla, Millonarios refrendó el buen fútbol -tema ampliamente debatido en el post anterior- de su juego frente al Junior. Los hinchas azules duramos mucho tiempo exigiendo que nuestro equipo hiciera un cambio en cuanto a la conformación de su nómina, pidiendo mayor presencia de los jugadores juveniles. Y ahora que –¡por fin!- lo vemos como una realidad, pienso que debemos ser consecuentes en cuanto a no juzgar esta nómina con el mismo rasero que lo hacíamos con aquella -costosa y experimentada- que tuvimos durante los semestres anteriores.

Cuando vemos cuatro jugadores juveniles en la base tipo de nuestro equipo, el hincha constata dos cosas evidentes. La primera -digamos, negativa- es que a estos jugadores les falta recorrido y experiencia (lo cual es lógico), y lo segundo -lo positivo- es que estos muchachos muestran muchas más ganas y motivación por hacer las cosas bien, respecto a lo que estábamos acostumbrados con los jugadores de experiencia del pasado. Es decir, que estos jugadores reemplazan con ganas y sacrificio lo que les falta de experiencia. Las condiciones las tienen, eso esta claro.

Desde esa óptica -por supuesto que no es la única desde la cual se puede ver el panorama- lo mostrado por este equipo -con fuerte presencia de juveniles- es bastante positivo. Con toda seguridad veremos -de continuar esta tendencia- varios partidos en los cuales se perderán puntos por errores de «inexperiencia» y falta de «cancha». Pero eso, comparado con los necios errores de jugadores de experiencia a los que estábamos acostumbrados, me parece que es entendible.

Vuelvo y repito, esa es una óptica desde la cual se puede ver el panorama. Habrá quienes juzguen con severidad a estos muchachos. También habrá quienes hubieran querido ver jugadores de mayor categoría en el equipo. Puntos de vista -todos- muy respetables. Aunque ya sabemos que este «proceso» que está gestando Millonarios no obedece a una política seria de planeación, sino más bien a una situación interna de caos administrativo, desorden dirigencial y, por encima de todo, falta de lineamientos ideológicos e institucionales.

Sobre el partido frente al Cúcuta, hay que reconocer la actitud del grupo por ganar el juego. Por recuperarse sicológicamente del golpe anímico que significó la derrota en Barranquilla. Por jugar un fútbol de balón al piso que se adapta muy bien a jugadores dúctiles como Ulloque, Ramírez, Mosquera, entre otros. Y al estilo de juego que este equipo de Luis Augusto García intentó mostrar el semestre pasado.

Fue positivo ver el rendimiento de muchachos como Luis Mosquera, Ulloque, Henríquez y Blanco. Mosquera aportó velocidad y sorpresa en sus desdoblamientos por el corredor izquierdo, mientras Ulloque demostró que tiene condiciones con el balón al piso y que, de seguir teniendo la oportunidad, podrá convertirse en jugador importante en la zona creativa del equipo.Y sobre Henríquez, es grato constatar que cada día se le ve más consolidado en su posición de defensor central. Y aún faltan los jugadores revelación del semestre pasado: Pedro Franco y Omar Vásquez.

Por ahora, como balance, quedan los 7 puntos en la sumatoría, la importante presencia de los juveniles en el equipo y el hecho que la confianza de este grupo está intacta para seguir sumando minutos sin que el equipo caiga en la tabla de posiciones.

Para la próxima fecha será importante mantener el mismo rendimiento futbolístico mostrado en los dos últimos partidos. Y por supuesto, seguir sumando puntos en la tabla.

¡Saludo Albiazul!