Por PanzaVidela

Para toda la hinchada de Millonarios el «proceso» de destrucción que sufrió el equipo en los últimos años fue bastante difícil de vivir. Creo que si ya «aguantamos» todo eso y salimos vivos, no me cabe duda que tendremos la paciencia para salir adelante con este nuevo «Proceso».

A partir del día de hoy el Señor Juan Carlos López ya no es más el presidente de la Institución. Es cierto que sigue teniendo su participación importante como socio mayoritario y es cierto que sigue en el Comité Ejecutivo (mientras se crea la nueva sociedad y se comienza con el nuevo equipo), pero no deja de ser una de las mejores noticias que la hinchada azul recibe en los últimos tiempos.

Sé que no es bueno «ensillar las bestias» antes de tiempo, como dice el dicho, y tampoco quisiera que los antiguos dirigentes se sintieran aludidos con este tipo de vocabulario (¡así la similitud en cuanto a los significados sea tan cercana a la realidad!), pero definitivamente no podemos dejar de festejar esta noticia, que es el primero de muchos pasos que nuestro equipo deberá dar para salir de esta penosa situación. Juan Carlos López fue -y no me equivoco al decirlo-, uno de los peores presidentes en la historia del Club. Al menos se lleva el récord de haber llevado la deuda del Club a cifras astronómicas y de «vanagloriarse» de haber «dirigido» al equipo durante demasiados semetres con mínimas participaciones en las finales del torneo.

José Roberto Arango, denominado en los últimos tiempos como el «facilitador» y conocido en el mundo empresarial colombiano como «El Mago»por su habilidad para recuperar empresas al borde del colapso– fue nombrado finalmente ayer lunes como nuevo presidente de Millonarios. Arango recibió el respaldo de tres de los cuatro miembros restantes: Ricardo Lozano, Héctor Sintura y Juan Carlos López. Estos 4 caballeros conforman el nuevo Comité Ejecutivo de nuestro equipo. Falta el nombramiento de un quinto miembro que se elegirá en los próximos días. Valga la aclaración que dentro de los «pendientes» está la renuncia del Señor Guillermo Reyes, esperada -con muchas ansias por toda la afición- para la próxima semana.

El Señor Arango explicó que el primer paso de tipo legal ya fue dado el lunes pasado. Hay un decreto que sacó el Ministerio del Interior autorizando que las corporaciones sin ánimo de lucro puedan, en sus estatutos, definir si hay una liquidación, repartir los excedentes. Sabemos que este punto era crucial para que los «Tornillos» pudieran dar vía libre a su salida del club. En otras palabras, los «tornillos» sólo soltaban los mandos de la nave si salía el decreto que les permitiera legalmente salirse con la suya. En otras palabras -¡una vez más!- «recuperar su inversión».

Nota al pie => Nunca mejor empleadas las comillas.

Lo importante de todo esto es que los «tornillos» se vayan por y para siempre. (¡Ojalá! ¡Te lo pedimos Dios todo Poderoso, escucha nuestra petición!) Pues de todos es sabido que con la nueva estructura nada les impedirá hacerse a sus acciones, «meter la mano» de nuevo, y ya sabemos que no son manos que se contenten con poco. Ya sabemos que no son manos cuya prioridad sea el interés común, el bien del equipo.

Pero dejando el lado aburridor y triste que nos tenía «nublados» y «ofuscados» en los últimos (digamos) ¡6 años! de dirigencia de los «tornillos», y pasando al lado positivo y entusiasta del asunto, creo que, como lo dice nuestro nuevo presidente, este «tren ya arrancó» y seguirá recorriendo las estaciones que tiene estipuladas hasta llegar a su destino final: un nuevo equipo (nueva Sociedad Anónima) con un accionista mayoritario poseedor de un 30% del equipo, el restante 70% de las acciones divididas en socios-hinchas como usted y como yo, un equipo competitivo en los terrenos de juego nacionales e internacionales -como diría Jorge Barón- y ¡todos felices!

La segunda estación de este «tren» se llama «Venta de activos». Aquí se pondrán a la venta el famoso y eterno Lote Fontanar, los derechos de nuestros brillantes jugadores (aunque sin ser sarcásticos, sí hay entre ellos varios juveniles que tienen muchísimo potencial, caso Pedro Franco, Oswaldo Henríquez, Omar Vásquez, ¡aunque espero no sea precisamente ellos quienes sean vendidos!), la ficha del equipo en Dimayor y la marca del equipo (Lo que representa comercialmente ante la sociedad). Esa, la segunda estación.

La tercera estación está colmada por hinchas ansiosos y optimistas, ondeando las banderas azules y blancas como en los viejos tiempos, gritando a «pulmón herido» por el equipo de sus amores. Ahí estamos todos queriendo ver ese sueño por el cual hemos luchado (cada uno a su manera y desde su propia «trinchera»), el 13 veces campeón dando vueltas olímpicas y pegando estrellas a su escudo.

Ya lo sabemos, no es bueno «ensillar las bestias» antes de tiempo, pero tampoco podemos ser indiferentes a una noticia y un cambio que generan mucha expectativa y muchísima esperanza de cara al futuro. Más aún, cuando todos los elementos parecen -¡por fin!- estar dándose de la manera como todos lo queremos.

Con la esperanza de un futuro -muy cercano- mucho mejor, seguiremos paso a paso el trayecto del mejor «tren» del mundo, ese que para nosotros los hinchas jamás podrá ser igualado por ninguno, jamás cambiado por algún otro, ese «tren» que se llama Millonarios. ¡¡Y que hoy empezó, después de años de averías y malos conductores, a encender motores!!

¡Saludo Albiazul!