Por PanzaVidela
Un partido muy
similar a aquel frente al Júnior hace dos semanas. En el planteamiento inicial
Osorio (desde mi punto de vista) le ganó el duelo a su colega Richard Páez. Páez
quiso poblar el medio campo y apostarle a la tenencia del balón. Pero su
estrategia fue previsible. Careció de un elemento que en el fútbol siempre tendrá
vital importancia: la sorpresa. Osorio lo estudió y si Páez tenía en su propuesta
5 volantes para tener el balón, Osorio le puso seis y le ganó el duelo. Y pasaron los primeros 45 minutos y los
nuestros no cambiaron su estrategia. Como sucedió hace dos semanas frente al Júnior.
Si el primer
tiempo terminó 1-1 fue más por una jugada atropellada de los nuestros que por
una propuesta ofensiva de conjunto clara. En el primer tiempo el Once manejó el
balón, manejó los tiempos, y tuvo como haberse ido a las duchas ganando. Pero una
jugada aislada, de pelota quieta, terminó entregándole a Millonarios un premio
que -para mi gusto- no merecía. Aunque para ser justos en el análisis, el Once
tampoco tuvo una propuesta ofensiva importante. Hizo un gol y tuvo dos o tres
jugadas de riesgo porque tenía en el campo un jugador de las condiciones de Dayro
Moreno. Quien -hay que reconocerlo- marca diferencia.
Para el segundo
tiempo Páez ordena el ingreso de Erwin González por Jonathan Estrada
(intrascendente). Y Millonarios mejoró respecto a la primera parte. Tuvo mayor tenencia de balón, pero siempre sin
profundidad. Lo que tiene su explicación en el hecho de tener un solo
delantero luchando solitario contra 3 o 4 defensores. No hay que ser un gurú
del fútbol para comprender algo tan sencillo. Millonarios tuvo el balón, porque
llenó de volantes la media cancha, pero no tenía profundidad. Al
término de los 90 minutos podemos decir que Juan Carlos Henao fue un espectador
más del partido.
El balance en las toldas azules es preocupante. Defensivamente podemos decir que vale la
actitud y condiciones técnicas del «debutante» Cichero. Pero en conjunto con su
compañero Mera fue un desastre. Cero coordinación en los movimientos y esto es
comprensible por el poco tiempo que llevan juntos, pero inaceptable para la
actualidad de nuestro equipo. Nuestra defensa, hoy por hoy, después de más de 2
meses de dirección técnica del señor Richard Páez no da la confianza ni la
seguridad que el hincha espera. Y que el
equipo necesita. Porque la actualidad azul dice que este equipo en defensa
no ofrece las mínimas garantías para enfrentar a los rivales del torneo.
Y del medio campo
hacia adelante es un equipo sin un líder en la contención y sin argumentos en
el ataque. Así de simple y escueto. Puede ser injusto respecto a un jugador
como Amaya, quien estoy completamente seguro tiene las condiciones para cumplir
esa labor, pero en este momento por el poco tiempo de trabajo que tiene con el
equipo, aún no ofrece el rendimiento que de él se espera. Y en la parte ofensiva
ni Jonathan ni Omar Vásquez ni Ulloque logran confeccionar un juego de conjunto
y productivo que genere riesgo en el contrario. La percepción que uno recibe -como espectador- es que no tienen claro
en su cabeza ni los movimientos ni la estrategia ofensiva a seguir. Esa es la impresión
que dejan en la retina del hincha. Y eso es bastante preocupante.
Sobre Pajoy es
muy poco lo que podemos decir. Un hombre solo, luchando como un naúfrago,
frente a 3 o 4 rivales que tienen claro como referenciarlo. Hoy fue Pajoy pero
bien pudo haber sido Arrechea. El nombre no cambia en nada la raíz del problema
ofensivo de nuestro equipo.
Hoy cumplimos 10 años
sin derrotar al Once en Bogotá. Pero más allá de ese desagradable dato estadístico,
está la actualidad de este nuevo sueño que se viene abajo. No quiero parecer
pesimista, pero para ser realistas, este semestre está muy cerca de entrar en
el pesado bolso de los últimos 22 años de eliminaciones.
Del partido de esta
tarde-noche omitimos el comentario individual jugador por jugador, porque ninguno se salva. A excepción
de Rafa Robayo, quien de nuevo, a punta de ganas y «berraquera», quiso
compensar las grandes falencias de este equipo. Con la diferencia que esta vez no alcanzó siquiera para el empate.
Sus comentarios y
percepción del partido como siempre son bienvenidos. ¿Dónde está para ustedes el
gran problema de este equipo? ¿Creen que la permanencia del técnico Richard
Páez entra en la cuerda floja por esta nueva derrota?
Lo cierto es que se
viene una semana difícil para los nuestros. Y, por supuesto, bastante aburrida
para el hincha de Millonarios. Lo único positivo en el panorama azul es la Copa
Colombia.
¡Saludo albiazul!