Por PanzaVidela

Para los hinchas
de Millonarios es realmente difícil de vivir. Eliminación tras eliminación,
desfile de técnicos y de jugadores. Hasta cambio de presidente y de junta
directiva. Y los días felices nada que llegan. Sumamos la séptima eliminación consecutiva
de las finales y la luz al final del túnel aún no aparece.

Sería injusto
juzgar de manera negativa la labor de nuestro Presidente José Roberto Arango.
El es un hombre honesto, talentoso y -por encima de todas las cosas- uno de los
dirigentes más exitosos de nuestro país. Su especialidad: revivir empresas al
borde del abismo. Totalmente diferente a sus antecesores quienes dejaron en la
ruina total al Club Los Millonarios. Su gran defecto en esta empresa: su
desconocimiento total del tema fútbol. Algo que si comparte con sus
antecesores. Y su gran decepción: haberse metido en un terreno tan «pedregoso» como lo es el Fútbol Profesional Colombiano.

Ficha impuesta
por el Gobierno Nacional para salvar una institución al borde del colapso. O digámoslo
claramente: en pleno colapso. Arango ha luchado los últimos meses para dar vida
a una institución que ya ni artificialmente futuro tenía. Y de no ser por las
innumerables trabas y obstáculos legales impuestas por la ley colombiana,
Millonarios S.A. ya sería una realidad. Arango ya logró vencer algunos obstáculos
para conseguir en tiempo récord 24 mil millones de pesos que dieran una
tranquilidad y la posibilidad de jugar -como lo pudimos hacer- el semestre
pasado. La posibilidad de pagar una gran cantidad de acreedores del Millonarios
de López, García, Rendón, etc.  Pero para
dar vida al nuevo Millonarios aún faltan muchos obstáculos por vencer. De tipo
legal, de tipo administrativo y por supuesto de tipo deportivo.

Nosotros los
hinchas nos enfocamos -¡con toda la razón!- en la parte deportiva. Al respecto
podemos decir que lo hecho el semestre pasado y lo que se hará el próximo, es representativo
simplemente de una etapa de transición. De una etapa en la que Arango ha
intentado dar un orden administrativo-dentro de esta transición- que permita al
grupo de jugadores tener una tranquilidad laboral que antes no tenían. Y que
puedan salir a jugar. Pero aún no está consolidado el nuevo Millonarios, con
recursos y con las personas indicadas para manejarlo administrativa y
deportivamente. Esa es la realidad.



Se trajo un
cuerpo técnico con la intención clara de dar un aire nuevo e incentivar y
promocionar los jóvenes de la cantera. Al menos esa fue la idea que se le vendió
a la hinchada. Todos  comprobamos que el
Sr Richard Páez no lo hizo.

Que pagó caro su
desconocimiento del medio y demostró en innumerables ocasiones equivocaciones
que representaron puntos, no se puede negar. Que su popularidad dentro de la
hinchada azul es mínima es una realidad. Pero muy probablemente tenga una
segunda oportunidad para demostrarle a la gran mayoría que él si tiene los
argumentos y las capacidades para darle otra cara a Millonarios. La pírrica esperanza
de la sufrida fanaticada albiazul está en un 10% a 15% del torneo pasado donde
el equipo mostró un fútbol alegre, ofensivo, de solidaridad entre los compañeros.

Sobre el tema de
los jugadores, seguramente habrá una «poda» importante en un grupo que suma la séptima
eliminación consecutiva. Ojalá -¡por fin!- se le dé una oportunidad a los jóvenes
talentos de la cantera. Y solamente se traigan refuerzos dignos de esa denominación.
Esa, la esperanza frustrada cada semestre.

Lo que debemos
tener claro,  así nos cueste asimilarlo,
es que mientras no se solucionen definitivamente las innumerables trabas de
tipo legal y administrativo y se de vida al nuevo Millonarios Sociedad Anónima,
donde todos podremos participar activamente  y donde Millonarios pueda ser nuevamente un
equipo grande y acorde a su historia,  -con
recursos, orden administrativo y deportivo y personas capacitadas en cada una
de sus  áreas- nuestra esperanza estará basada
en técnicos y jugadores que sencillamente no dan la talla frente a lo que
representa jugar en Millonarios y frente  a una de las hinchadas más numerosas y fieles
del país.

Con la esperanza
de un futuro mejor y con las ansias de ver al nuevo Millonarios S.A. lo más pronto
posible, nos despedimos de un nuevo semestre eliminados.

¡Saludo Albiazul!