Por PanzaVidela
En el fútbol hay
maneras de ganar, empatar o perder. Pues bien, la manera como cayó anoche
Millonarios en Ibagué deja -paradójicamente- más cosas positivas que negativas.
No me equivoco al decir que el de anoche fue uno de los mejores partidos de los
nuestros en los últimos tiempos. El resultado de ayer fue circunstancial y además injusto. En este
espacio no hemos tenido problemas para reconocer cuando el rival nos supera o
cuando nuestros propios errores son causantes de una derrota. Pero anoche en Ibagué
no fue el caso.
Antes del partido
había consenso dentro de la hinchada respecto a la calidad del rival, uno de
los equipos con mayor regularidad en los últimos años en el fútbol colombiano,
con un poder ofensivo respaldado sólidamente por la tabla de posiciones y un
trabajo táctico que nos lleva muchos meses de ventaja. El equipo de Hernán
Torres juega de memoria, y en su feudo
es uno de los más fuertes.
Y aquí es donde
vale todo el reconocimiento al excelente trabajo de los dirigidos por Ríchard Páez.
La estrategia fue agresiva, ofensiva y nos permitió ver un equipo azul que salió
a jugar de igual a igual, a proponer fútbol y a ganar. Además, la actitud con la que afrontaron los
azules este duelo fue digno de una final. Así queremos ver siempre a los
nuestros. Valga el reconocimiento también por el desgaste físico, pues los 90
minutos se jugaron a mil revoluciones, y jugadores como Cíchero, Robayo, Domínguez,
Ortíz y Preciado, se «comieron» la cancha. ¡Partidazo!
Páez arriesgó jugándosela
con Mayer, Angulo, Preciado y Toloza, 4 hombres de ofensiva, sacrificando marca
en la mitad del campo, pero una vez más su estrategia le dio resultado, pues si
bien faltó el «filtro» en el medio, Millonarios fue vertiginoso, rápido y creó
muchas opciones de gol que pudieron significar una victoria. Páez le dio toda
la responsabilidad y peso a su defensa, y anoche los 4 defensores hicieron un
gran partido. Y si muchos entre nosotros criticábamos la velocidad de Mera y de Cíchero
(¡me pongo primera en la fila!) y para el partido de anoche teníamos nuestras
dudas, vale la pena aceptar y reconocer que el trabajo de Mera y, sobre todo,
de Cíchero fue brillante. Le dieron solidez, seguridad y jerarquía a
nuestra defensa, siempre seguros por arriba, muy concentrados para dejar en
fuera de lugar a Medina o a Parra, y además colaborando como es costumbre en el
ataque.
Tuvimos muchas opciones
de gol, al menos 5 muy claras, pero en unas la suerte (como en las dos últimas de
Omar Rodríguez que «besaron» el vertical) o en otras el arquero, lo impidieron.
El Tolima también tuvo sus
oportunidades, pero deja un muy mal sabor de boca que solamente gracias a un
penalti inexistente hayan podido romper nuestro invicto y el de Ramos.
Como lo dijimos
en el comienzo del comentario, el resultado fue circunstancial e injusto, pero
queda un balance futbolístico muy positivo y ahora sí, tras haber jugado un gran
partido frente a uno de los rivales más fuertes del torneo, podemos ratificar
el alza futbolística de Millonarios y estar seguros que de seguir exhibiendo
este fútbol el equipo lo tiene todo para pelear cosas grandes este torneo.
Este sábado a las
3pm en el Nemesio Camacho es la cita para acompañar a los nuestros (¡ojalá
metamos al menos 20mil espectadores!) y disfrutar del buen fútbol que los
dirigidos por Ríchard Páez están mostrando. La victoria, de seguir con este
nivel, será consecuencia lógica y los 3 puntos nos afianzarán en la parte alta
de la tabla.
¡Saludo Albiazul!
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para todos a unirse a la cuenta de Twitter y compartir novedades y percepciones
sobre el azul embajador: @PanzaVidela