Por PanzaVidela

Millonarios ganó,
goleó y gustó frente a un equipo compuesto por jugadores sub-20 en
representación del Deportes Quindío. El 5-0 al finalizar el partido deja varios
puntos interesantes para el debate. Lo primero es dejar claro que Millonarios
no tiene la culpa de los problemas administrativos del Deportes Quindío y los
problemas de fondo que hay detrás de todo eso, donde podría estar involucrado
incluso la Dimayor o Coldeportes. 

Millonarios
afrontó el partido con seriedad y respeto por su rival. Al minuto 15 el tablero
ya marcaba un 2-0 cómodo para los locales y presagiaba la catástrofe para los
de la visita. Goles de Toloza a los 3 y de Preciado a los 13. En el segundo
tiempo Robayo al minuto 50, Toloza a los 65 y Omar Rodríguez a los 75, anotaron
los goles definitivos en un partido que durante todo el segundo tiempo padeció
un aguacero torrencial que evidenció las precarias condiciones del terreno de
juego.

Millonarios hizo
un buen partido en líneas generales, aprovechando la debilidad del rival para
explotar su poder ofensivo, con remates de media distancia, con la velocidad de
Toloza y de Preciado, y también aprovechando la superioridad en el juego aéreo.
Por momentos Millonarios perdió el control del balón y durante varios pasajes del
partido dejó mucha distancia entre sus líneas, lo que obligó el ingreso en
primera instancia de Luis Mosquera y más delante de Omar Rodríguez para darle cohesión
al medio campo y retomar el dominio del balón. Vale un reconocimiento especial
a Omar Rodríguez, quien en los dos últimos juegos ha mostrado que anda en buen
nivel. Con su ingreso el equipo gana manejo de balón en el medio y peligro con
su disparo de larga distancia.

El reconocimiento

Le reconocimiento
es para los muchachos sub-20 que ayer vistieron el uniforme del Deportes Quindío.
Ellos tampoco tienen la culpa de la informalidad que reina en nuestro fútbol, y
de la irresponsabilidad de los dirigentes del Quindío. Los «pelaos» mostraron
grandes condiciones, excelente técnica con el balón, y dejaron ver que a Bogotá
vinieron con la única intención de jugar al balón y dejarlo todo en el terreno
de juego. Durante varios pasajes del partido se apoderaron del balón y crearon
algunas opciones en el arco de Ramos, incluyendo un disparo a «quema-ropa» que se  estrelló en el horizontal. Su juego fue
siempre limpio y bien intencionado, la prueba de ello es que no recibieron ni
una sola tarjeta amarilla, situación anómala que debería servir de ejemplo para
otros equipos.

El llamado de atención

El llamado de atención
debe ser para los dirigentes del Deportes Quindío, y debería venir con sanciones
de parte de Coldeportes o de la Dimayor, porque su irresponsabilidad e
irrespeto con sus jugadores que no reciben salarios hace tres meses no debe ser
un asunto que se solucione enviando a la cancha a unos «pelaos» con un promedio
de edad de 17 años que incluso ponen en riesgo su integridad física jugando con
veteranos de mil batallas que les llevan kilómetros de ventaja en experiencia y
en talla. Esta situación debe ser solucionada cuanto antes y ojalá todo el peso
de la autoridad competente se haga presente para no permitir que en el próximo
partido suceda lo mismo.

El Aplauso

El aplauso es
compartido. Por un lado, para el juvenil arquero Lizalda, quien a pesar
de recibir 5 goles, evitó al menos otros 5 y dejó la imagen de un arquero
valiente, lleno de condiciones y que seguramente en el futuro tendrá su
oportunidad en el fútbol colombiano. El otro aplauso es para Nelson Ramos,
quien al finalizar el partido vino a consolar al juvenil arquero Lizalda. Le
habló, lo abrazó y le regaló su buzo. Gestos que muestran la sensibilidad y la
grandeza de un buen ser humano.

¡Saludo Albiazul!

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