Por PanzaVidela
Fue uno de los
mejores partidos de Millonarios en los últimos tiempos. Actitud, buen
funcionamiento individual y colectivo, además de algo que hacía bastante tiempo
el equipo no mostraba: alegría para jugar al fútbol.
Millonarios fue amo y señor durante los 90
minutos. No importó el primer gol del Junior. El equipo albiazul, anoche, no sólo
se brindó con «alma, corazón y vida» sino que le agregó un ingrediente que
invita a la ilusión: el fútbol. El de
anoche fue un equipo que tiene todos los méritos para disputar la final de la
Copa Postobón (a ratificar en Barranquilla con los mismos argumentos) y que se
reconcilia con su hinchada, tras un comienzo de campaña bastante irregular.
Colectivamente
deja una muy grata impresión el nivel que viene mostrando la nueva pareja de
centrales (Flavio-Franco), dejando ver que con más partidos de acoplamiento
será la pareja de centrales que el equipo tanto necesitaba. Le dan al equipo seguridad en una de las
posiciones donde más falencias había. Otro aspecto positivo es el tema de Luis
Mosquera. Ya lo vimos frente al Tolima, más cómodo y productivo en el medio
campo. Ayer, por sacrificio, tuvo que volver al lateral izquierdo, pero parece
estar claro -para Páez- que donde más rinde Mosquera es como volante.
Individualmente
el reconocimiento es para todos. Comenzando con Nelson Ramos (siempre seguro y
lleno de confianza, ¡hasta para ir a cobrar tiros libres!), pasando por Lewis
Ochoa, Harold Martínez,Elkin Blanco, Rafa Robayo y Luis Mosquera. Con mención
especial para un Mayer Candelo que parece haber vuelto al nivel que algún día
lo llevó a la selección Colombia. El diez clásico que «mueve los hilos», hace
la floritura, se asocia con todos sus compañeros y, además de todo eso, tiene
la claridad y la lucidez para poner una y otra vez a sus delanteros en
inmejorable posición de gol. Y un Edison Toloza que ratifica partido tras
partido las condiciones que desde que se puso la camiseta azul lo han
convertido en nuestro goleador y delantero estrella. Rápido, desequilibrante y
colectivo. Se le ve muy bien junto a un muchacho de apellido Moreno. Hacen
buena pareja.
Y la gran figura
-para mi gusto- ese juvenil delantero que viene ganando minutos y mostrando -cada
vez con más confianza- todas sus condiciones. Richard Páez le ha dado la
titular este semestre, sabe que se trata de darle minutos para que el juvenil delantero se
vaya «soltando». Los que van a los entrenamientos saben que Eric Moreno tiene
todas las condiciones para convertirse en uno de los delanteros más importantes
de este país. Sé que voy lejos en la afirmación, pero si en su cabeza lo saben
llevar (¡ya sabemos que la causa de muchas carreras truncadas en el fútbol está
en la «cabeza») este delantero dará mucho de qué hablar en nuestro fútbol. Y no
quiero decir nada más. Simplemente «figurón», con dos golazos en la libreta de
anotaciones.
Y para terminar,
también hay palabras de felicitación para Richard Páez. Anoche también estuvo
acertado en el planteamiento, la estrategia y los cambios. Los criticados por
un sector de la tribuna Alejandro Cíchero y José Luis Tancredi ingresaron y lo
hicieron muy bien. El uruguayo volvió a celebrar con tremendo golazo.
Lo más positivo
de todo es ver que Millonarios está tomando el nivel que todos queremos. Lo de
anoche -como lo dije antes- invita a la ilusión y se reconcilia con la
hinchada. La ventaja es amplia y con el mismo fútbol de anoche, no me cabe duda
que el paso a la final es perfectamente posible. Sobre todo, porque -¡volvemos
a repetir!- el equipo que venció a Junior 4-1, anoche en el Nemesio, mostró
argumentos futbolísticos que le permiten ir a Barranquilla con la confianza y
la tranquilidad de haber vencido por goleada a un excelente rival.
Esta mañana un
titular del Tiempo dice: «Millos, con un pie en la final». Y es verdad. La
ventaja es muy amplia. En Barranquilla habrá que conservar lo que anoche se
logró con buen fútbol.
¡Saludo Albiazul!