Por PanzaVidela
«¿Cuál es el arma más peligrosa que tiene Millonarios esta
noche, es su goleador Edison Toloza?», pregunta del periodista. «No», responde
un jugador del Chicó minutos antes del juego. «El jugador más desequilibrante y
difícil de controlar, para nosotros, es Robayo, porque viene de atrás con
sorpresa y es muy difícil referenciarlo». Sin duda, los jugadores del Boyacá
Chicó conocían a su rival y a pesar de eso, no pudieron controlarlo y
terminaron perdiendo 0-1 en la primera final de la Copa Postobón. El gol lo
hizo, en el minuto 82, Rafael Robayo.
Ya lo habíamos dicho aquí en el blog la semana pasada, tras
consultarlo con Javier Álvarez, que la estrategia de los azules para el partido de Tunja no iba a ser la misma utilizada en Barraquilla, la de un
equipo ultra defensivo jugando en el último cuarto de cancha. Para la primera
final frente al Chicó, la estrategia era la de jugar al fútbol, proponer, tener el
balón y buscar constantemente el arco contrario. Como si estuviéramos en
Bogotá.
Fue uno de los mejores partido de Millos en el año (¡el de
anoche se suma a los dos contra Júnior!). Defensivamente el equipo estuvo serio y ordenado, solamente en los 5 minutos
finales el Chicó metió a los nuestros «contra los palos». De resto, fue un partido bien controlado en defensa,
con un Nelson Ramos sin mayor trabajo. Me gustó el trabajo defensivo de la pareja
de centrales Franco-Cíchero. Seguros, concentrados y fuertes en el juego aéreo.
También es de valorar el buen nivel de los lateral Ochoa y, sobre todo,
Hárold Martínez.
En el medio campo no me canso de alabar el trabajo de Juan
Esteban Ortíz. La mejor contratación de Millonarios en los últimos tiempos. Un
verdadero león en el medio campo, con tres tanques de oxígeno para multiplicarse
en defensa y apoyar de vez en cuando en la ofensiva. Cuando juegan con Mosquera
y Robayo -haciendo línea de tres- es cuando más dinámico y equilibrado se ve
Millonarios. Aplicados para cerrar espacios cuando el rival tiene el balón, con
sorpresa para desdoblarse por los costados y hacer la diferencia (Robayo por
derecha , Mosquera por izquierda). Tanto que, como lo dijo el jugador del Chicó
antes del juego, se convierten en los jugadores más difíciles de referenciar
para el adversario.
Y en la ofensiva, lo de Candelo en Tunja también fue
brillante. Manejó los tiempos, buscó siempre a sus compañeros y, metiendo pases
milimétricos a sus delanteros, dio cátedra en el estadio La Independencia. Fue
el Candelo que todos queremos ver. En armonía con el inmenso talento que Dios
le dio para jugar al fútbol. Y con Candelo inspirado, como anoche, los
delanteros lo tienen todo para hacer lo suyo: goles. Sin embargo, Toloza y
Moreno no estuvieron en su mejor noche. Tuvieron movilidad, velocidad y lo
intentaron una y otra vez desde fuera del área. Pero pecaron -¡ambos!- por
individualistas. Priorizaron la acción individual antes que buscar al compañero
y así perdieron varias opciones de gol. Seguramente Richard Páez les hará caer
en cuenta de este aspecto para mejorarlo en próximos partidos.
Y el último párrafo es un merecido reconocimiento a Richard Páez.
El de Tunja, en la primera final de Copa Postobón, fue un equipo agresivo,
ordenado, ofensivo, táctico. Todo lo que el hincha espera ver. En el estadio La
Independencia los embajadores jugaron como si estuvieran en el Campín. Si
criticamos a Páez por la derrota en Armenia, donde se dio ventajas jugando con
un equipo alterno (solamente dos jugadores de la titular repitieron) hay que
reconocer que el objetivo final (ganar en este partido) se logró. Termino
con las palabras de Alberto Gamero al finalizar el juego: «Ellos (Millonarios)
venían descansados y eso se vio en el partido, pero también quiero reconocer
que el fútbol de Millonarios esta noche fue superior al nuestro y nos ganaron
con total justicia».
El próximo jueves hay que llenar el Nemesio
Camacho y celebrar con todo un título que otorga tiquete directo a Copa
Suramericana, uno de los objetivos de la nueva administración. Anoche se
jugaron los primeros 90 minutos de la final. Millonarios demostró un fútbol
superior y ganó con justicia. El jueves 27 habrá que conservar la ventaja con
los mismos argumentos de anoche: buen fútbol y disciplina táctica.
¡Saludo Albiazul!
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