Por PanzaVidela

El título de esta entrada hace alusión a ese tipo de frases
que caracteriza a los técnicos de fútbol. «Me gustan los equipos
compactos», «exijo a mis jugadores que lo den todo en la cancha»,
«quiero que mi equipo trate bien el balón», «yo sólo prometo
trabajo en la semana», son algunas frases de cajón que solemos escuchar
cuando un Dt comienza una nueva etapa en algún equipo.

En Colombia estamos acostumbrados al «reciclaje»
de entrenadores. La gran mayoría ha pasado por varios clubes e incluso en un
mismo club en diferentes épocas. Esta semana salió del Deportes Tolima el
veteranísimo Jorge Luis Bernal. La prensa decía que era la octava vez que
dirigía al cuadro pijao. Y a nivel de selección Colombia está el caso Bolillo
Gómez. No sería extraño que -en un futuro- regresara como salvador.

Es el ciclo de los técnicos. Siempre llegan como salvadores
y luego salen como verdugos. Muchas veces incluso con títulos en su palmarés.
Títulos que, a pesar de salir como verdugos tras un maña campaña, les ayuda
para volver un par de años más tarde, de nuevo como salvadores.

Sobre el complicadísimo tema de los entrenadores hay un «algo»
que se esconde como realidad en las victorias como en los fracasos. Más allá del famoso trabajo y de todas
estas frases que a todos caracterizan por igual.
Y vuelvo a repetir la
frase de Jorge Valdano que -a mi juicio- esconde ese secreto del fútbol tras los
grandes jugadores y el buen trabajo de la semana. «Un equipo de fútbol es
un estado de ánimo». Por eso hemos visto casos de equipos con rutilantes
estrellas hacer papelones, como equipos con nóminas muy limitadas levantar
trofeos. No es sólo tener buenos
jugadores, ni trabajar con seriedad y esmero.

Nada más cierto que la vieja frase del fútbol: «el
éxito en este deporte está en lograr un «camerino» sano y alegre».
Sano quiere decir: sin los egos ni los egoísmos propios de muchas estrellas. O
de muchos que -sin realmente serlo- se consideran estrellas. Sobre este tema del camerino «sano»
es tan fácil hablar como difícil de lograr.

Entonces, el técnico
exitoso en el fútbol es sencillamente el que a su trabajo y conocimientos le
logra sumar el famoso «camerino sano y contento».
Para esto es
fundamental el conocimiento que el entrenador tenga de sus jugadores. De su
cultura y de su idiosincrasia.

Y mi ejemplo más claro, para terminar, es el caso de Bora
Milutinovic. Tiene el récord mundial de haber dirigido 5 selecciones diferentes
en 5 mundiales. México, Costa Rica, Estados Unidos, Nigeria y China. En 1998
cuando dirigía la sorprendente selección de Nigeria, contó uno de los secretos
para haberle mostrado al planeta entero un equipo africano que quería
«comerse el mundo». Un periodista le preguntó el secreto de su equipo:
«envié a mis asesores a filmar casa por casa en Nigeria a los familiares
de mis jugadores para que les enviaran mensajes de motivación y les puse el
video minutos antes de entrar al campo. En la charla técnica no hablamos de
táctica, solamente puse los videos, los muchachos salieron a matarse».

Ese era uno de los verdaderos secretos del señor Bora
Milutinovic. Sin embargo, cuando los periodistas lo abordaban para preguntarle
sobre su estilo y forma de trabajar, Bora respondía: «a mí me gustan los
equipos que juegan bien al fútbol».

Saludo albiazul

Cuenta de twitter: @PanzaVidela