Por PanzaVidela

Se lo debía. En mi escrito de comienzo de año escribí en contra del proceso Lillo. Los prejuicios me invadieron de malos augurios y en honor a la verdad no tenía esperanzas respecto al buen andar del técnico español en esta aventura azul 2014.

Una vez avanzado el semestre, clasificado Millonarios dentro de los 8 primeros ostentando un segundo lugar con magníficos resultados, me veo en la obligación de reconocer el excelente trabajo del español en estos escasos 4 meses de trabajo.

Ad portas de la clasificación a semifinales (con un empate en el Campín el próximo sábado ante Equidad basta) voy a enumerar algunos aspectos positivos del proceso Lillo, según lo visto en este torneo.

Los «aciertillos» de Lillo:

1. Filosofía y mentalidad.

Juan Manuel Lillo es un intelectual del fútbol. De la famosa escuela del «juego de posiciones», «la rotación de la nómina», «del fútbol de posesión de balón», así como una mentalidad según la cual el entrenador no «infunde» conocimientos a sus jugadores, sino que es un medio a través del cual el jugador encuentra en sí mismo sus virtudes y las explota al máximo para el bien del colectivo.

Si bien todas estas palabras suenan maravilloso, ha sido muy grato y sorpresivo constatar en el Millonarios 2014-1 que la puesta en escena de todos estos bellos preceptos sí es posible. En un tiempo récord de tan solo 4 meses Lillo ha demostrado con el actual cuadro albiazul que toda esta filosofía puede ser aplicada en el terreno de juego. Como ejemplo -en su máxima expresión- queda el espectacular juego contra Nacional en el Campín (3-1, febrero 9). Ese día, frente al equipo más fuerte del torneo y principal opcionado al título, el Millonarios de Lillo tocó una sinfonía de buen fútbol, lírico y efectivo, como pocas veces se había visto.

2. Esquema Táctico.

Lo mostrado por Millos en el actual torneo deja claro la intención táctica de Lillo. Un ideal de 3 defensores, 5 mediocampistas y 2 delanteros ha sido -sobre el papel- la identidad táctica del equipo. Digo «sobre el papel», porque en la práctica este ideal es versátil y pondera los movimientos en bloque, la llegada sorpresiva de volantes al ataque copando espacios vacíos, así como el apoyo de los volantes-laterales tanto en ataque como en defensa.

Un sistema basado en la presión bien arriba para recuperar el balón lo más pronto posible, así como la ponderación del «pase» como herramienta para dominar al rival y buscar el arco contrario.

El esquema táctico puede variar según los rivales y también -en un mismo partido- según las circunstancias y necesidades.

3. Refuerzos

El mejor refuerzo ha sido Fabián Vargas. El ex-seleccionado colombiano ha aportado toda su experiencia y se ha consolidado como un bastión del medio campo. Su liderazgo y condiciones han sido fundamentales en la brillante campaña de los azules.

M’Bammi ha mostrado que físicamente no está en su mejor nivel. El otrora seleccionado camerunés tuvo que ser un león del medio campo, y si bien suena peyorativo decirlo, creo que de aquel león no queda más que un gato experimentado, con muy buena visión del campo, pero -con toda seguridad- muy lejos de lo que un día fue. Si bien es aún un buen jugador de fútbol, con cualidades y fortalezas, considero que para el dinero que Millonarios paga por su desempeño, el jugador resulta costoso.

Wesley. Es un jugador que -según lo visto a lo largo del torneo- está en deuda total. No digo más.

4. Resultados.

Lillo comenzó su travesía colombiana con un triunfo 0-1 en Envigado que le abrió las puertas de la esperanza. Sin embargo, bastaron 2 derrotas seguidas (frente a Equidad en Bogotá y Chicó en Tunja) para poner el nombre de Lillo en la cuerda floja, tan solo transcurridas 3fechas. Y fue justo en el partido más dificil del torneo, con Nacional en Bogotá, que el equipo azul mostró de lo que era capaz. Fue el partido que dio luz verde al Proceso Lillo.

A partir de ahí los embajadores tomaron aire, bríos, confianza y empezaron una seguidilla de partidos con una característica común. Flojos partidos con nómina mixta frente a equipos de media tabla y muy buenos partidos con triunfos reconfortantes frente a los grandes de la liga y máximos referentes para el hincha azul. Así, los 2 triunfos frente a Santa Fe y la victoria en Barranquilla frente a Júnior, dieron a Lillo total credibilidad frente a la hinchada y la confianza para desarrollar su proyecto.

Este pequeño resumen habla de los aspectos positivos que ha mostrado esta aventura del entrenador español al mando de Millonarios. Personalmente le debía -en honor a la justicia- este reconocimiento, que ojalá termine con la estrella 15.

Sin embargo, más allá del hecho que Lillo logre o no llevar a los embajadores a la final y ganarla, considero que los aspectos mencionados anteriormente avalan  totalmente un proceso que tiene una filosofía muy clara y una consistencia ideológica y práctica que abren las puertas de la confianza y la esperanza.

Como último comentario y para hacer alusión al título de este escrito, quiero expresar el apoyo de la hinchada embajadora para con el entrenador español en este momento doloroso tras la muerte de su señor padre. Con las manos en el corazón y en nombre de las numerosas manifestaciones de apoyo que he visto en la redes sociales, el mensaje para nuestro DT, es sincero: «Fuerza Lillo».

Pregunta para los foristas: ¿Qué opinión les merece el Proceso Lillo, según lo que hemos visto este semestre?

Agradezco sus comentarios en este espacio, así como en Twitter en @PanzaVidela