Por PanzaVidela

*Trancazo: Golpe fuerte dado con una tranca o un objeto contundente.

Del partido en el que Colombia empató en Santiago contra Chile, lo primero para decir es que Queiroz -desde mi punto de vista- se equivocó en el planteamiento. Pensó como hincha o como gran parte del periodismo deportivo colombiano; es decir, con la lógica de poner al once inicialista que jugó contra Venezuela. Lógica errada. “Equipo ganador no se cambia”, decían. Jugarle a Chile en Santiago no es lo mismo que jugarle a Venezuela en Colombia. Pienso yo.

En mi cuenta de Twitter dije reiteradamente que Colombia debía dejar a Muriel en el banco y poner a Alzate para ganar marca y manejo de balón en el medio campo. Queiroz siguió la lógica del hincha y la lógica de los periodistas que piensan como hinchas. Poner a Muriel de titular. Resultado: Muriel no hizo nada y salió cansado a los 50 minutos de juego. En lugar de entrar a “matar” a los 50 minutos como suele hacerlo, salió cansado sin haber hecho nada. Prueba irrefutable que fue un error ponerlo de inicialista.

Del trámite del partido se pueden decir varias cosas.

  1. Colombia jugó los primeros 30 minutos muy bien. Anotó el gol de Lerma, creó otras 2 opciones de gol y en general se vio bien posicionado en el terreno de juego. Cortó las sociedades de Chile, manejó el balón y mantuvo a Chile lejos de su propio arco.
  2. La lesión de Medina perjudicó tanto a los de Queiroz, que Colombia nunca volvió a ser la misma. A partir de la lesión de Medina, Cuadrado bajó al lateral (y lo hizo mal), Alzate entró al medio campo (primero como 5 en un lugar que no es el suyo y luego sí a un costado), mientras que Chile aprovechó esa serie de cambios posicionales en su rival. Tomó aire, se levantó del piso y empezó a crear opciones de gol. Empató el partido y marcó el 2-1.
  3. Lo más rescatable de Colombia en Santiago fueron las individualidades. Ellas salvaron el mal planteamiento de Queiroz y, en general, salvaron el partido. Lerma se jugó el mejor partido desde que está en la selección. Me recordó por momentos al legendario Freddy Rincón. Impasable en la recuperación del balón y efectivo en el ataque. La cereza sobre el pastel fue el golazo al minuto 7 para el 0-1. Fue la gran figura del partido. Otros jugadores destacados fueron Mojica (que se consolida como titular por la banda izquierda) y Barrios.
  4. Comentario aparte se merece Radamel Falcao. Su gol fue un premio a la constancia, a la humildad, al profesionalismo, al gran ser humano que es. Muy criticado por un sector de la prensa y de la propia hinchada colombiana nunca se quejó y nunca entró en disputas con quienes pedían que se fuera de la selección. Aceptó el llamado de Queiroz y con humidad aceptó ser suplente en los 2 partidos. Cuando el técnico portugués lo necesitó, ingresó al campo con la motivación intacta y tuvo la fortuna de marcar el gol del empate agónico. En este momento atraviesa el Atlántico de vuelta a Turquía con la felicidad del deber cumplido.
  5. Con el 1-2 en contra Queiroz se enloqueció y metió a Falcao por Barrios. Colombia terminó con 3 delanteros (Morelos + Zapata + Falcao) en un total y absoluto desorden, a la espera de un centro o una jugada milagrosa que diera el empate. Sin generación de ideas en el medio campo, sin sociedades que produjeran una jugada ofensiva, Colombia le apostó el pelotazo y a su doble centro delantero (Zapata & Falcao). Y si bien el milagro se dio -más por la jerarquía de jugadores como James & Falcao- la impresión que dejó Colombia en los últimos minutos no corresponde a los jugadores que tiene en su nómina. En mi concepto, Queiroz no estuvo a la altura de las circunstancias. Se enloqueció y fue quien, con sus cambios, produjo ese desorden en el campo de juego.
  6. El empate es positivo y suma para el balance de 4 puntos de 6 en esta primera fecha de eliminatorias. Queda un sabor agridulce por la forma como se empató en el último minuto, un partido que en mi concepto se podía haber ganado si el planteamiento inicial hubiera sido el correcto. Queiroz pensó como hincha para darle gusto a los periodistas deportivos que piensan como hinchas. El resultado ya lo conocemos.
  7. En el balance general de los 2 partidos queda la impresión de un técnico (Queiroz) que planteó un partido perfecto contra Venezuela y se equivocó contra Chile. Sobre los jugadores el balance es muy bueno. El arquero Camilo Vargas estuvo a la altura, mostró seguridad y confianza. Stefan Medina se consolida como el lateral derecho indiscutido de la selección. Seguro en la marca y con desdoblamientos al ataque muy peligrosos y efectivos. La “tripleta” de centrales Mina, Sánchez y Murillo se van tranquilos de vuelta a Europa. Seguros, rápidos, aplomados. Son el candado de la selección. Mojica nos deja felices de ver el señor lateral izquierdo que tiene Colombia. Con personalidad para ir al ataque y muy seguro en defensa. El resto de jugadores ya tiene un puesto ganado en la selección y no tienen nada que probar. Barrios, Lerma, Cuadrado, James, Zapata y Muriel.

La frase para terminar este comentario es la siguiente: “se empató a los trancazos un partido que se pudo empatar o, incluso, ganar de manera distinta. Con los jugadores que tenemos no solo se puede, sino que se debe jugar un mejor fútbol”.