Casi cuatro millones de suscriptores podrán ver desde ahora todos los partidos del torneo colombiano gracias a un acuerdo televisivo. El punto es si la gente de verdad está interesada en ver un juego tipo Pasto vs. Uniautónoma.

Una cosa es ver el fútbol del  equipo del cual se es hincha y otra, muy lejana,  sentirse atraído por el balompié del país en general. No hay duda, el hincha de Nacional se sentirá agradecido si le transmiten por TV el encuentro de su equipo ante Patriotas, pero que por nada del mundo vea un Envigado vs. Chicó es el punto de inflexión.

Win Sports, canal que transmite prácticamente todo el fútbol local, era hasta hoy “privilegio” de Directv y otros operadores menores. Tras el acuerdo conocido extraoficialmente, su señal también llegará a Claro (2,1 millones de usuarios), Tigo-UNE (1.200.000) y Movistar (500.000).

Mucha más gente podrá ver así la Liga Águila, pero nada garantiza que lo haga. Más allá de las cifras del negocio, hay que entender que el acuerdo se impulsa porque el rating del fútbol profesional colombiano es ínfimo. A veces ni marca. Con la llegada de la señal a más televidentes, se espera en una lógica matemática que más personas vean los partidos.

Y puede que así sea, sin embargo, esas expectativas se pueden ir al lastre muy rápido. Hay quienes dicen, resignados, que este es el fútbol que tenemos y es lo que nos toca. Sin embargo, eso no es cierto. Ya lo que nos toca no es ver Uniautónoma vs. Envigado porque (¿por fortuna?) en cualquier otro canal están transmitiendo más partidos, más atractivos, incluso a través de Internet. Hoy no existe ninguna camisa de fuerza para quedarnos en el fútbol colombiano. Es la consecuencia de las nuevas tecnologías y la globalización.

Esta debería ser una oportunidad en cualquier caso para resaltar que la competencia es totalmente desigual en la actualidad. Se pueden mejorar las transmisiones deportivas en Colombia, desde luego, pero el periodista y el narrador no pueden hacer demasiado para subir el rating del partido Alianza Petrolera vs. Jaguares de la séptima fecha, más si en la cancha no hay nada de dónde alimentarse, si los jugadores se caen cada tres minutos, si el balón parece rodar en cámara lenta, si los equipos no atacan…

Un torneo con 20 equipos en Colombia es demasiada mediocridad. En Argentina se pusieron a jugar con 30 y es un tedio la parrilla de programación con partidos como Temperley vs. Sarmiento.

La gente en Colombia no tiene tanta plata para gastar en boletas y ahora menos irá al estadio si le van a transmitir todos los partidos por TV. Aunque las taquillas de los estadios sólo representan el 18% de los ingresos totales de los equipos, según Supersociedades, un estadio vacío es como una piscina sin agua.

¿Hay una sobreexposición del Fútbol Profesional Colombiano? Tampoco es así. Si los partidos fueran buenos, si el nivel de competencia fuera agradable, todos estaríamos felices viendo los encuentros.

“¡Pidan domicilio!”, dice uno de los narradores al iniciar los juegos. Preocupa que llegue el domicilio, se apague el TV y todos en la casa se vayan al comedor a almorzar…

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