Se dice que gran parte los trabajos del futuro estarán relacionados directamente con la ciencia y la tecnología, sin embargo, las estadísticas no alientan mucho debido a las cifras de personas que deciden estudiar estas carreras. Pero veamos lo positivo en medio de toda esta situación.
Empecemos hablando sobre las razones que motivan a estudiar ciencias, por un lado: profundizar conceptos, ser científica, investigar, generar cambios a partir de acciones concretas y por qué no hacerlo desde nuestras profesiones todos los días. Es como cuando armas un rompecabezas, cada pieza busca encajar y es un reto constante.
Ahora bien, ¿qué es emprender? La Rae lo define como «llevar adelante una obra o un negocio. El emprendimiento suele ser un proyecto que se desarrolla con esfuerzo y haciendo frente a diversas dificultades, con la resolución de llegar a un determinado punto”, por tanto el capital emprendedor de una sociedad es un fenómeno complejo en el que es totalmente imprescindible analizar de forma particular la situación desde el punto de vista de género.
Es habitual encontrar la formación universitaria entre las características que definen el rol de un emprendedor. Una de las áreas de interés en el análisis de las diferencias de género en las actitudes hacia la creación de emprendimientos debe circunscribirse a la esfera universitaria, por lo que reconocer la cara del emprendimiento femenino y destacar el papel de la mujer en la ciencia y la tecnología, además de su papel fundamental en la sociedad que busca reducir las brechas de género, son claves para el desarrollo sostenible.
Es importante que como mujeres reconozcamos que se puede ser una buena científica, madre y esposa. Ser útil para la sociedad implicará grandes retos y sacrificios, pero es posible. Las mujeres somos seres excepcionales por los múltiples roles que tenemos, pero sobre todo por el papel de cohesión que logramos ejercer en la sociedad. Es importante ayudarnos entre nosotras, brindar asesoría a las mujeres en el campo de la ciencia, motivar a las niñas a hacer parte de este increíble mundo y porque no: emprender desde nuestras áreas.
Muchas veces somos más perfeccionistas que lanzadas, flexibles y generosas, en algunos casos más efectivas y competitivas. Aprovechemos esas capacidades y destaquemos ese gran rol en el desarrollo científico y sostenible que tenemos en el país. Utilicemos la ciencia como excusa para emprender.