@NataliaGnecco


Las aguas verdeazuladas de la laguna de Tota se resignaban a la presencia de una fuerte precipitación, a pesar de las amenazantes nubes grises que se posaban en el cielo. La hermosa morada de los dioses, que esconde tantas leyendas se resistió a la lluvia, pues apenas unas cuantas goticas de agua cayeron durante el día, algo que agradecieron los cientos de turistas que llegaron atraídos por el mejor destino ambiental de las Américas y uno de los cien destinos verdes del mundo recomendados por Green Destinations.

De la soledad que muchos años acompañó las blancas arenas que rodean la Laguna de Tota ya no queda nada, recuerdo que la primera vez que fui, los excursionistas éramos tan pocos que prácticamente el paisaje nos devoraba. Ahora en Playa Blanca es difícil encontrar un lugar desocupado porque se han multiplicado las actividades: unos vienen a acampar, otros a nadar, o a leer, o disfrutar las delicias que ofrece la trucha arcoíris. Los más intrépidos prefieren alquilar caballos para hacer cabalgatas; bicicletas para ciclo montañismo, o cuatrimotos para aventurarse en las trochas, esto sin mencionar a los amantes de las cometas gigantes o a quienes se inclinan más por el buceo y la pesca.

No falta quien llegue a probar su drone en Playa Blanca, una actividad antes inimaginable, que contrasta con el tradicional plan de visitar durante el día los alrededores de la Laguna para admirar la arquitectura colonial tradicional de Iza, Cuitiva y Tota. En medio de los turistas que visitan esta región de Aquitania hay quienes se sorprenden por la belleza de este mar de aguadulce, como es el caso de Hernán, un veterano conductor que visitaba por primera vez el lugar con su familia  y no encontraba palabras para describir su sorpresa. Susana, abogada sometida al ritmo acelerado de Bogotá solo se apresta a decir que es un lugar para descansar, porque no hay mucho para hacer, algo que refuta Fabio, amante de los deportes al aire libre, quien llegó sediento de aventuras con sus amigos motorizados. Para  Mery, esteticista de profesión, la magia de la laguna es tan impactante, que no provoca regresar a la ruidosa y contaminada capital.

Sin importar el impulso que atrae a cada visitante, la Laguna de Tota sigue teniendo mucho encanto para jóvenes, niños y adultos, no solo por tener la playa más alta del mundo, a 3.015 metros sobre el nivel del mar, sino por su exótica fauna y flora, al igual que leyendas que enriquecen su encanto turístico. Alrededor de su nombre “Tota” que significa tierra para la labranza, se tejen varios mitos que van desde la misma conformación de la laguna en medio de un terreno árido, habitado por un demonio, hasta la presencia de un monstruo que describen como un pez negro con la cabeza a manera de buey, más grande que una ballena, conocido como “Diabloballena”.

También existe la leyenda de un gigantesco caimán, con enormes dientes de oro macizo y otros pobladores aseguran que los Muiscas escondieron oro en sus profundidades para protegerlo de las ambiciones de los conquistadores españoles, tal como si se tratara de otra versión de la Leyenda del Dorado, esa que aún recordamos todos, pues se suponía que los indígenas enterraban sus muertos en la laguna de Guatavita con una gran cantidad de oro y tesoros.

Probablemente, la laguna de Guatavita tenga más recordación en la memoria de los colombianos que Tota, pero justo ahora que ojos extranjeros se han fijado en nuestra maravillosa laguna, el turismo se reactivó, es un destino más para explorar y los planes se ajustan a cualquier bolsillo: para acampar pueden consultar El mirador del lago que ofrece zonas de camping, bote de remos, pesca deportiva, posadas campesinas, playas, caballos y si desean disfrutar de la comodidad de los  refugios pueden ir a  El rancho Tota del hotel Decameron, Génesis, Santa Inés, o Pozo azul. ¡ Y la oferta sigue creciendo!

La tierra de la eterna juventud

No se puede ir a Tota sin hacer una escala en Tibasosa, un municipio acogedor, turístico y cultural conocido por ser el jardín de Boyacá. La belleza de su arquitectura, el paisaje, sus murales y artesanías invitan a salir al encuentro de su historia, el legado del matriarcado y a saborear toda la variedad de productos provenientes de la Feijoa.

Podemos imaginar que una fruta tan exótica se puede hacer un jugo, o mermelada, pero es difícil imaginarse la cantidad de productos que se dan con esta materia prima: brandy, vino, champagne, sabajón, merengón, ariquipe, tortas, dulces y hasta aromática de Feijoa todo es delicioso. Pero ¿cómo vino a dar a uno de los municipios de Boyacá? Mery Chaparro propietaria de uno de los negocios en el marco de la plaza cuenta que esta fruta originaria del sur de Brasil Paraguay, Uruguay y Norte de Argentina, llegó a Tibasosa en 1935 traída desde Bogotá por el señor Antonio María Tamayo.

Tamayo obsequió tres plantas a prestantes familias y poco a poco la gente empezó a sembrar las matas en su casa, con solo echar un vistazo a las casas de Tibasosa un municipio famoso por su gran patriotismo en la memorable jornada del Pantano de Vargas, nos damos cuenta del sabor agridulce que predomina en las matas de todas sus terrazas y jardines. Para Mery esta planta tiene grandes propiedades, sonriendo asegura: “tiene mucha vitamina A, posee betacarotenos, por eso la Feijoa junto al mangostino son las frutas de la eterna juventud”.

Las fábricas para procesar la fruta están ubicadas a las afueras del municipio, pero en una de las calles adyacentes a la iglesia de Nuestra Señora del Rosario, en la plaza principal, una mujer de la tercera edad llamada Rosa aguarda a los visitantes con unas cajas de plástico repletas de Feijoa, las cuales ofrece con mucha espontaneidad: “sumercé muérdala con toda y cáscara. Está fresquita, pruébela”.

El recorrido por Tibasosa está marcado por una gran presencia femenina en sus murales, no en vano el municipio se distingue por su matriarcado y cuenta doña Mery que la primera alcaldesa que tuvo Colombia fue María Raquel Puentes  en 1963 en este municipio,  algo que se constata con los datos históricos, pues las mujeres asumieron por más de dos décadas el mando de la primera autoridad, además en oficinas públicas y privadas haciendo grandes aportes en materia cultural, social y económico.

Es innegable el toque femenino en cada rinconcito del municipio, gracias a su ambiente, su vegetación, su adorable arquitectura colonial, que no se empaña ni con los días lluviosos, además, tienen varios reinados como el de la Feijoa y el de la Tercera Edad y de la Salud. Si a esto le sumamos que su principal fuente de producción rejuvenece, pues nada, ¡hay que ir a Tibasosa!

Fotos: archivos NG- El mirador del lago- Alcaldía Tibasosa

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