“Antes íbamos a un bar, alguien se acercaba y se iniciaba un intercambio; pero ahora la mayoría de citas son por aplicaciones móviles como Tinder, eHarmony, Meetic, Badoo, Happn, Muapp, Adoptauntio, Bumble, OkCupid, etc. Se nos olvidó jugar como cuando éramos niños”. Con esta afirmación Zarahy Román Domínguez, terapeuta tántrica y coach en sexualidad sománica resalta la falta de comunicación que existe entre los adultos hoy, porque no se trata de hablar; es mirarnos a los ojos con la otra persona, conocer sus sombras, sus alegrías y tristezas.
Es por eso que Zarahy busca nuevas fórmulas para relacionarnos con nuestro cuerpo como instrumento de percepción emocional, psíquico y de placer, como por ejemplo las cenas clandestinas o eróticas. Pero ¿en qué consisten estas dos modalidades? Invité a la psicóloga caleña, amante de la lectura, la danza, la meditación y los viajes para que nos contara un poco más sobre estas dinámicas que está impulsando para ayudar a hombres y mujeres, por medio prácticas tantristas, a encontrar una sinergia con el placer, a mejorar la autoestima, a ser autosuficientes, independientes y creativos por medio de diversas técnicas como el mindfulness y otras milenarias aprendidas durante sus estudios alrededor del mundo.
Zahary, ¿cómo surgió la idea de estos encuentros?
«Mira, las mujeres pensamos que los hombres son muy experimentados porque consumen mucho porno, que no sufren cuando tienen una mala relación o un rompimiento. No hay conciencia del otro. Desde hace 6 años vengo trabajando este tema en diferentes espacios, porque tenemos muchos estereotipos, como por ejemplo que hay personas “mal catre”; que es malo masturbarse; que los juguetes sexuales no son tan buenos; que necesitas solo porno para conectarte con el placer; o que las mujeres con menopausia no disfrutan del placer; que solo puedes tener un orgasmo con el clítoris, etc, etc. Entonces quiero crear una sexualidad consiente a través de cenas clandestinas y cenas eróticas».
¿Qué pueden aprender los asistentes?
«El sexo tántrico consiente se enfoca en la energía sexual del individuo la cual permite alcanzar la plenitud mental, emocional, corporal y espiritual; además, escapar de la monotonía y probar nuevas experiencias. Este enfoque permite potenciar los sentidos mediante prácticas meditativas, ejercicios de yoga, taoísmo, masajes para que fluya la energía sexual, dejando atrás los tabúes y, sobre todo, recuperar la confianza y superar —incluso— abusos y traumas».
¿Cómo es la dinámica de las cenas?
«Hacemos cenas clandestinas para solteros en restaurantes en varias ciudades del país, incluyendo Bogotá. Usamos la gastronomía para romper el hielo e iniciar conversaciones, abrir los sentidos y los mezclamos con juegos de erotismo para hacer una introducción al tema de la sexualidad. Las cenas eróticas son talleres tantra gastronómicos en donde pueden asistir parejas o solteros».
¿Por qué le apuestas a este modelo más que a una App de citas?
«A través de las aplicaciones de citas las personas se muestren así mismas con un perfil muy alto y entran en el juego del superego. Hay falta de contacto con la realidad, a tal punto que no hay suficientes herramientas para lidiar con la incomodidad».
¿A qué te refieres cuando hablas de incomodidad?
«Conocer hoy a alguien es diferente. Antes salíamos con un amigo a tomar un café, así la amiga o el amigo no nos gustara como posible candidato/candidata para una relación, pero eso cambió. Estamos más vulnerables y se maneja un hiperego; la gente muestra solo su lado positivo, entonces cuando comienzas a salir y a conocer otras facetas de esa persona viene la desilusión. Pero ya no sabemos negociar nada, porque todo sucede muy rápido en las relaciones de ahora. En realidad se requiere de tiempo para construir un vínculo sólido».
¿Cómo ayudan este tipo de cenas?
«Hay que crear estos micro contextos donde se rompa con todas esas barreras, que se liberen de todo eso, se miren a los ojos sin juzgar al otro, sin que haya T.V. o celular de por medio. Nunca agradecemos estar en conexión con lo más simple, que es casarte con tu ser, ser compasivo, comprensivo contigo mismo, aceptarte como tú eres».
¿No crees que hay mucha desconfianza?
«Hay gente buena. Yo misma soy sobreviviente de abuso sexual y he podido superar muchos miedos a través de esta práctica de la sexualidad consiente. He aprendido a aceptar mi propio placer, mi cuerpo, y a mejorar las relaciones conmigo misma, mi familia, las personas que amo, que me rodean, etc. Es cierto que la gente escoge una App de citas porque hay demasiada desconfianza, producto de una sociedad judío-cristiana que nos metió en la cabeza que el cuerpo es pecaminoso y si fallamos nos da temor de ser rechazados, por eso hay que saber poner los límites sanos. A muchos les da temor socializar con los demás, interactuar en vivo y en directo, por eso se escudan en las aplicaciones».
¿Qué aprenden los asistentes en tus encuentros?
«Se manejan técnicas para expandir el placer, ya sea solo o acompañado, pues a veces la gente piensa que si no tiene un amante, no hay erotismo, lo cual es un error. Igualmente, se cree que quienes tienen marido o compañera sentimental son más afortunados sexualmente hablando, y no es así. Por eso les insisto hay que aprender a ser tu mejor amante, estar solo no quiere decir que no necesitas conectarte. Y ¿si no te conoces? ¿si no practicas? Hay parejas de más de 16 años que no se preguntan cosas, gustos, preferencias… Solo repiten lo que han venido haciendo desde que tuvieron su primera relación y engendraron sus hijos».
¿Qué pasa cuando contenemos el placer?
«Esa energía orgásmica debe fluir, pero seguimos ignorando todo esto porque en la mente siguen conceptos como que masturbarse es malo. Cuando los hombres inician su sexualidad no tienen ningún problema de hacerlo con ellos mismos; pero a las niñas les sigue costando más. Pensamos que se logra la felicidad con algo que viene de afuera, cuando realidad esa fuente está dentro de nosotros mismos. Tu respiras sola, ¿cierto? Eso quiere decir que no somos conscientes de nuestros sentidos».
¿Y cómo se refleja esa falta de conciencia?
«De muchas maneras. Cuando, por ejemplo, integramos el cuerpo sano, entonces estamos pensando si tenemos grasa, estrías, etc. Asimismo, si tengo mucho placer entonces soy puta. Son corazas morales, como decía Sigmund Freud, por eso hay mucha histeria, depresión, porque no dejas que la energía orgásmica se expanda, se conecten en diferentes partes del cuerpo. No dices lo que te disgusta por temor al rechazo. Me gusta explicarles a los asistentes la diferencia entre cuerpo, erotismo, emoción, placer y espiritualidad, porque existe una disociación de estos términos y cómo funcionan».
Entonces, ¿las corazas morales siguen latentes?
«Hay muchas creencias en torno a la sexualidad que no ayudan, muchos clichés, tabús…Tenemos hábitos muy pobres para explorar nuestro propio placer porque aún se cree que el cuerpo es sucio, algo bajo y lo más importante es la espiritualidad. El placer es bueno, el autoconocimiento, el mejoramiento humano a través de un camino espiritual nos ayuda a quitar esas corazas. En la vida todo cambia hay que ser resilientes. Muchas mujeres no tocan sus cuerpos hace marras, ni agradecen tenerlo, le huyen a la intimidad con excusas de un dolor de cabeza, esos son factores externos guías de nuestras experiencias a nivel de sexualidad. La verdad es que cómo hablas, tus creencias, tu cultura, gustos, discrepancias, todo es sexualidad es un campo muy amplio, no se reduce al pene, la vagina o el coito».
Por último, Zarahy, una recomendación para romper con todas estas corazas
«Todos los días, por 10 minutos, desnudo (a) frente al espejo, tocar todo tu cuerpo. Conectarte, hablarle a cada parte de tu cuerpo. Es un excelente ritual erótico. También invito a todos tus lectores a un retiro de certificación en terapias tántricas y sexualidad consiente que se va a realizar del 3 al 10 de julio 2020 en el Valle del Cauca. Es un retiro en cual las personas pueden certificarse es un camino personal, profesional y espiritual, me acompañará la terapeuta brasilera llamada Paula Fernanda Andreazza».
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