El gobierno decretó la Constitución Política hace tanto, que muchas de sus leyes hoy en día son escuetas, ahora sucede lo mismo con el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF).
El ICBF es una entidad que funciona desde hace más de 48 años, creada para vigilar el derecho de las familias y los menores, pero según una de sus colaboradoras, también se están quedando «cortos» frente al gran número de casos que reciben a diario.
Ella (por motivos de seguridad no mencionaré su nombre), afirma que se presentan más de 400 casos al mes en el centro zonal donde labora actualmente, casos que son atendidos por un equipo de 12 profesionales conformado por: psicólogos, trabajadores sociales, abogados y nutricionistas.
Evidentemente la carga laboral es mucha para un pequeño grupo de profesionales que además de trabajar por dinero, como cualquiera de nosotros, lo hacen por su afecto hacia los niños.
Conociendo un poco la situación del ICBF ahora sí podemos entrar en materia. En muchos de los centros zonales de dicha institución no están cumpliendo a cabalidad con sus metas, resolviendo casos con eficiencia y agilizando las tristes situaciones que deben afrontar muchos niños que se encuentran en hogares de paso o con custodias provisionales.
Por ejemplo: mi caso. Hace más de un año inicié un proceso para definir la custodia de mi hija, ya que su progenitora no cuenta con ninguna garantía y no puede ofrecerle la estabilidad emocional o financiera que una menor de edad requiere, que mi única hija necesita.
Hasta sus familiares conocen su irresponsable forma de vida, pero con pruebas, hechos y testimonios el ICBF no ha verificado nada, no ha hecho nada, mientras tanto mi hija continúa en «custodia provisional» con su tía materna, custodia que no se está cumpliendo porque mi hija vive en alguna parte de Bogotá o Mosquera con la mamá.
Hace más de 25 días no sé nada de mi hija porque me niegan todo lo que tiene que ver con ella, no puedo llamarla o verla, absolutamente nada.
Los que me conocen saben cómo es mi rol de padre, hasta ustedes pueden averiguarlo si entran a leer algunas de las anécdotas, ocurrencias y divertidas experiencias que vivía junto a mi hija en este diario: Diario de un papá o en Facebook: Diario de un papá
He denunciado esto ante el ICBF, pero como «no soy mujer» mis denuncias son «de mentiras» Esto lo dijo otro de los profesionales del ICBF que afirmó que por ser hombre, existe la posibilidad de que mis denuncias sean ignoradas, incluso, cerradas.
¿Quién es el culpable de la negligencia que se presenta a diario en los centros zonales del ICBF, del gobierno por no proveer más personal y recursos, o de los colaboradores del ICBF que ya perdieron su interés, su norte?
El pasado 3 de mayo de 2018 se presentó un nuevo caso de homicidio, tortura, violación y abuso a una menor de edad de tan solo 3 años, ¡3 años!; esta trágica noticia sucedió en el barrio Santa fe de la localidad Los Mártires en Bogotá.
Este lamentable hecho sucedió cuando su madre, una trabajadora sexual de la zona, dejó a su pequeña hija bajo el «cuidado» de una guardería clandestina, guardería que, según las investigaciones hechas por parte de la Fiscalía, la mujer encargada le entregó la niña al actual fugitivo.
Pero, ¿el ICBF qué tiene que ver aquí?
Otras investigaciones sacaron a la luz que meses atrás el ICBF había puesto a la pequeña niña bajo protección en la vivienda de su abuela, pero su progenitora fue hasta ese lugar y la raptó.
¿Por qué el ICBF no estudió o verificó este caso más de cerca? ¿Por qué sus medidas de «protección» no protegen a los niños?
Hoy se conoció un nuevo caso; las autoridades encontraron el cuerpo sin vida de un niño con tan solo 15 años en el Sur de Bogotá. Niño que también se encontraba en un proceso de restablecimiento de derechos con el ICBF. (El mismo proceso que mi pequeña hija de 5 años tiene que vivir).
Extraña muerte de un niño con tan solo 15 años
Otra inocente vida que se pierde luego del «trabajo» de una institución creada para proteger los derechos de los niños y las familias.
Por este tipo de noticias ya no acostumbro a verlas o leerlas porque me angustian; el futuro de muchos niños, incluyendo el de mi hija, es incierto, ya que la ley no está haciendo nada para garantizar la seguridad de los niños. (Un ejemplo más claro de esto es la situación que padecen muchos niños en la Guajira).
El ICBF no estudia pruebas, tampoco cuentan con el personal suficiente para solucionar el creciente número de casos, muchos de sus profesionales, no son profesionales, a pesar de tener el título sobre la pared de su oficina.
Muchos jueces se inclinan más por brindarle la custodia de las niñas a las mujeres solo por el hecho de ser mujeres. La igualdad de género en Colombia se parece al Metro de Bogotá, todos hablan de él, lo han escuchado, pero nadie conoce a ciencia cierta sí es real o no.
Los casos donde los niños siguen siendo los protagonistas van en aumento Diariamente se registran 66 casos de violencia contra niños, las entidades encargadas se quedaron cortas, su gestión y las soluciones no se ven, algunos colaboradores solo cumplen, pero con su horario laboral. (Aunque existen algunos colaboradores que sí «tienen la camiseta puesta» y dan todo lo que pueden de sí mismos, para ayudar y resolver conflictos).
Mientras tanto, conozco a muchos padres que viven la misma situación que yo vivo con tristeza y dolor al no saber nada de mi hija, padres comprometidos y responsables que somos mal juzgados por la gran mayoría de «hombres» que renunciaron a una de las responsabilidades más lindas y grandes que nos otorgó la vida: ser papás.
Ojalá que esto sirva para algo, ojalá alguien haga algo; porque ya agoté todos mis recursos y posibles soluciones, lo único que me mantiene en pie es mi gran amor por mi pequeña hija y el sueño de volver a vivir con ella, para ayudarla a convertir en una gran mujer, en una gran persona.
Dicen que los niños son el futuro de Colombia, ¿pero quién se encarga de su presente si la misma ley le niega a un hombre la custodia de su propia hija o hijo por ser hombre?