Muchos hombres, incluyéndome, nos hemos referido despectivamente a las mujeres. Yo lo hacía antes de ser papá de una niña. Hoy ella tiene 6 años y desde ya me da miedo que un hombre le haga daño ahora o en el futuro.
Todos hemos caído en el error de pensar o hablar mal de ellas, y estas son algunas de las maneras más populares:
Catalogarlas como «ricas o buenas» como si se tratarán de un alimento fabricado para nosotros.
Gritarles en plena vía pública algún piropo inapropiado, como si necesitaran que les hiciéramos propaganda a su belleza o atributos.
Hablar de ellas entre hombres, como si estuviéramos en la deplorable época de la trata de esclavos.
Usar la bocina del carro (pito) para llamar su atención, como si la hubiesen fabricado con esa intención en todos los vehículos.
¡QUÉ NOS PASA!
¿Acaso nuestra mamá no fue una mujer? ¿no tenemos hermanas, tías, abuelas, primas, sobrinas?
Esa mujer a la que se le dice algo indebido es la mamá, hermana, tía, prima, sobrina o amiga de alguien más; incluso, hasta de uno de nuestros compañeros de trabajo, universidad o un futuro amigo.
Yo nunca he levantado mis manos para amenazar o golpear a una mujer, y sé que tampoco lo haré en el futuro, pero estoy seguro de que en algunas ocasiones dije algo que no debía, fui grosero u ofensivo. Hoy le pido perdón a Dios por mis errores. Errores que no he repetido y que no repetiré jamás.
No entiendo cómo pueden vivir esos hombres que golpean a las mujeres, no entiendo cómo pueden despertarse junto a ellas, verles el rostro después de «pisotearlas» y seguir actuando como si nada.
No entiendo por qué existen mujeres que después de ser violentadas por sus parejas continúan con esas relaciones.
No sé si pueda hacer algo para evitar que mi hija sufra en el futuro, no sé si pueda impedir que se enamore de alguien así, no sé si estaré ahí para defenderla cuando más me necesite. Lo único que puedo hacer es pedirles que eduquemos bien a nuestros hijos, para que ellos no cometan los mismos errores que vemos a diario en las noticias.
La mejor solución que se me ha ocurrido para evitar que mi hija sufra como mujer, es ser el hombre que quiero que ella conozca en su futuro.
Quiero pedirles que no seamos indulgentes con una persona que maltrata o hiere a alguien más.
Quiero pedirles que denuncien y no callen las pesadillas que puedan evidenciar cerca de sus hogares o a su paso. Hoy en día las mujeres también agreden a los hombres, y eso no es gracioso, eso también es violencia.
Quiero pedirles que vean este video, se trata de un relato elaborado por una niña que aún no ha nacido, pero que se imagina cómo será su vida de mujer, incluso, hasta considera que lo mejor sería que la aborten.
La organización noruega sin fines de lucro Care, que lucha por los derechos de las mujeres, publicó un cortometraje para llamar la atención a la cultura masculina actual, que tiene el potencial de promover la no violencia contra las mujeres, informa The Daily Mail.