7:00 a.m., la fecha, ya no importa, desde hace días vivo encerrado en mi casa, y ahora los veo exactamente iguales… Me despierto, como de costumbre, pero con esa extraña sensación de no poder salir a nada, ni llevar a mi hija al colegio o ir a trabajar…
Ya no hay afán… es más, ya no tengo la necesidad de pensar si tengo pico y placa o no, si el bus se tardará mucho o ya pasó, si llevo dinero suficiente como para tomar otro en caso de que se vare el primero, si hay sillas libres o no, ver que las ventanas estén abiertas, porque no hay cosa más horrible que abordar un bus con clima cálido y olor a pantano… eso por estos días, ya no importa.
Ahora, solo me despierto muy temprano, más de lo que mencioné al inicio de este texto, y no tengo la necesidad de usar un despertador para lograrlo, ya la vida y su reloj biológico se encargaron de ello, y cuando ninguno de los dos funciona por la necesidad de dormir un poco más, el bello sonido de los copetones, las mirlas y los toches me ayudan a abrir los ojos.
Desafortunadamente debo confesarles algo… esas aves han perdido su canto, ya que no tienen muchos amigos o pares para comunicarse porque seguramente están migrando (espero que sea así) entonces se han ido silenciando poco a poco, pero esto no es culpa de los que vivimos a sus alrededores, sino del exalcalde Peñalosa por su ambición de conquistar los grandes parques y humedales con concreto; es una lástima que permitamos que estas cosas pasen, en fin.
Hoy, viendo las noticias como de costumbre, las impresas y en la web por supuesto, me encontré con un dato que hablaba de miles y miles de bogotanos indolentes, irresponsables, con falta de carácter y sentido común que decidieron salir de viaje por carretera; irse de puente como si no estuviera pasando nada, como si fueran inmunes a ese virus que ya cobró la vida de miles en Europa y Asia.
Si usted es uno de ellos, déjeme decirle que apenas estamos entrando en el furor de la pandemia; hoy nos dice el gobierno que ya son 128 casos, pero hay quienes afirman que son muchos más, probablemente una de estas personas registradas o no como portadores de la enfermedad se encuentre en el pueblo, municipio o ciudad que usted decidió visitar.
Es increíble pensar que mientras muchos de nosotros estamos encerrados en nuestros hogares cumpliendo con el simulacro de aislamiento, otros simplemente lo ignoraron, en verdad ¿es más importante estar en una piscina que cuidar de sus propias vidas o las de sus familiares, compañeros, vecinos y amigos?
Por qué no mejor aprovechar el tiempo en casa, en familia… ¿hace cuánto tiempo no se sienta en el comedor con toda su familia para desayunar tranquilamente? Sin afanes, sin el corre, corre rutinario…
Cuándo fue la última vez que se sentó a hablar con sus hijos sobre sus tareas, colegio, universidad y del trabajo, o a preguntarles cuáles son sus nuevos intereses, porque seguramente, después de vivir esto, el pensamiento o la vida de muchos cambiará radicalmente.
Hace cuánto tiempo se propuso en cambiar o reparar algo que se le dañó en casa y que por falta de tiempo quedó como un pendiente, o hace cuánto tiempo compró ese caballete que sigue guardado y esos lienzos que siguen en blanco.
Hace cuánto no revisaba los bolsillos de sus sacos o chaquetas, quizá hasta tenga en ellos el dinero que necesita hoy… hace cuánto tiempo no hace todo lo que pensó dizque por falta de tiempo, ahora lo tiene…
Es más, si quiere aprender algo nuevo, le recomiendo estas plataformas con varios cursos gratis: Crehana tiene desde cursos de fotografía con celular hasta eCommerce para principiantes: https://www.crehana.com/co/cursos-gratis/, Google le da la posibilidad de adentrarse en le marketing digital y le proporciona hasta un certificado https://learndigital.withgoogle.com/activate, si considera que debe ajustar su ortografía, este es el curso que puede ayudarlo: https://eleternoestudiante.com/ortografia-curso-online-unam/
Así como estás plataformas, hay muchas otras que se unieron a la iniciativa de #YoMeQuedoEnCasa para que usted aprenda algo sin salir de la comodidad de su hogar, y lo mejor de todo: gratis.
Gracias a estas iniciativas, los días ya no serán tan aburridos o poco productivos, a pesar de que se sientan iguales uno tras otro, llueva o no.
Si les tocó trabajar desde su casa, entonces siga estos consejos y recomendaciones para hacerlo eficientemente; porque trabajar desde casa no es nada fácil, pero si usted se lo propone y es disciplinado le va a ir muy bien.
Y, por último, sigan las recomendaciones y la más importante de todas: quédense en casa, eso es todo, solo así pueden asegurar sus vidas y las de sus seres queridos y evitar ser infectados.