Mientras que la covid-19 nos hace vivir momentos muy complicados por la incertidumbre, la desinformación y el «encierro», ya estamos viviendo los síntomas de algo más que trata de apoderarse de nosotros: la nostalgia.
Si padeces de añoranza por los tiempos pasados, por las cosas que hiciste «a medias» o dejaste de hacer por descuido, y tu equilibrio emocional se sacude, pero en exceso… estás viviendo de más en los recuerdos.
Cada uno de nosotros está hecho de recuerdos, experiencias y vivencias que nos ayudaron a edificar lo que somos hoy, lo que somos en la actualidad, pero la nostalgia nos está acompañando profundamente todos los días, aunque nos ha ayudado a entender, reflexionar y valorar muchas otras cosas. Me atrevería a decir que estas son algunas:
Cuánto tiempo dejaste de compartir con tu familia y no lo recordabas.
Hace cuánto tiempo no te sentabas a desayunar con los tuyos, sin afanes.
Cuántos besos dejaste de darle a tu pareja al día o en la noche, sin darte cuenta.
Cuántas sonrisas te perdiste de tus hijos, y hasta ahora lo notas.
Cuántos abrazos le negaste a alguien, y ahora no puedes ni estrechar las manos.
Cuántos caminos dejaste de caminar por pereza, y ahora deseas salir corriendo.
Cuántas fiestas te perdiste con tus amigos por quedarte en casa a ver una serie.
Cuántos kilómetros pudiste viajar en bici, y ahora tienes que conformarte con una estática.
A cuántas fiestas de cumpleaños te negaste a ir, y ahora tienes que celebrar la tuya por video llamada.
Por cuánto tiempo soñaste con el día de tu grado, y tuviste que recibir el título en frente de los vecinos como si los hubieras invitado.
La nostalgia nos hace ver más allá de todo a lo que estamos dizque acostumbrados, pero bueno, la idea aquí, es tener presente esos buenos momentos que hoy extrañamos mucho más, o los que desde ya planeamos mejorar cuanto toda esto termine, y por supuesto disfrutar esas pequeñas acciones que nos atrevimos a ignorar…
Te has puesto a pensar en esos compañeros de trabajo que con sus ocurrencias o «palabritas» nos hacen sonreír desde muy temprano (o hasta las trasnochadas, como en mi caso), o a esos otros que nos acompañan a buscar un café, un milo, la primera empanada del día o hasta el almuerzo, a esas mujeres que llegan a hacer más ameno el ambiente con su forma de ser y con su música, o al que llega a dedicarse a lo suyo, entablando conversaciones muy serias con su propio computador.
Y no solo echemos de menos a esos compañeros que se convirtieron en amigos, sino a nuestros jefes, a nuestro trabajo, a nuestro pequeño o grande escritorio, al cubículo, a la estantería, al punto de venta, a la caja, al volante, a su consultorio, a su tienda, al lugar de trabajo, porque sea cual sea, es a lo que nos dedicamos, ya sea por vocación, gusto o pasión.
Si eres una persona que acaba de perder su trabajo, no lo veas como una mala jugada del destino, simplemente las cosas pasan por algo, quizá debes enfocarte en eso otro que tanto te apasiona y que siempre postergaste, tal vez lo tuyo es emprender o abrir el negocio con el que has soñado y hasta ahora te estás dando cuenta de ello, y necesitas este tiempo para abrir tus ojos. En este punto recuerda todo lo que aprendiste y sigue adelante, enfócate en tu futuro, no en el pasado porque podrías caer en una depresión.
Estoy seguro que después de tantos días encerrados en cuarentena (ya llevo 15), tu serás capaz de abandonar algunos malos hábitos (quejarte, renegar, discutir por todo y ser negativo, entre otros) y comenzarás a tener la capacidad de ser más empático, de ver el mundo con otra perspectiva, grandes logros.
Todo esto es muy curioso ¿no? porque en ocasiones dejamos de lado el momento presente para experimentar un pasado que ya no volverá, o nos concentramos en nuestras redes sociales y nos perdemos tanto en ellas que se nos escapan detalles de vida más importantes que un nuevo seguidor o un ‘Like’.
Hoy rememoramos situaciones como las que nombré anteriormente, emociones, acontecimientos y personas que se convirtieron en alegrías y reflexiones al mismo tiempo.
Sin embargo, mañana tendremos la oportunidad de crear nuevos y valiosos momentos con esas personas que están muy lejos y que vemos día a día detrás de otras pantallas, pero si tú tienes la suerte de estar junto a las personas que más quieres, disfrútalo cada instante y quédense en casa.
La nostalgia debe usarse para recordar lo que fuimos, lo que tuvimos y lo que vivimos, ya que nos dota de madurez y nos permite crecer. Toda experiencia sin duda alguna es un conocimiento para avanzar, no para quedarnos estancados, aunque estemos frenados temporalmente.
Espero que cuando todo esto se termine tu vida se llene de muchas primeras veces.