En estos tiempos tan complejos vale la pena mirar de qué forma se promueve y fortalece a la familia y hacerle así un llamado de atención a ciertos congresistas y periodistas que, motivados por los votos y el rating, se dejan llevar por sus intereses personales y no por algunas necesidades de la gente en materia de legislación e información.
Es usual que la política y el periodismo colombiano, sectores muy viciados, argumenten (si se puede considerar argumento) que debemos mirar lo que otros países han hecho para tomar decisiones trascendentales. Lo que no tienen en cuenta es que las realidades, culturas e idiosincrasias son muy diferentes y todavía en nuestro país mantenemos unos valores arraigados a pesar de los shows mediáticos.
Por ese motivo se hace necesario que aquellos que creemos en las cosas como son, por su valor e importancia para la sociedad, la vida y el futuro, indaguemos, estudiemos y promovamos propuestas que buscan favorecer y fortalecer a la familia. Y en estos casos sí que es un argumento válido lo que otros países hacen y que han demostrado desde todos los puntos de vista su pertinencia y beneficios.
Me quiero centrar, a manera de ejemplo, en el tema de las licencias de maternidad. El común denominador de los países europeos (Suecia, Italia, Alemania, Noruega, Hungría, España) es otorgar licencias de maternidad en promedio de 40 semanas con el 100% de su salario. ¿Por qué lo hacen? Tienen razones de peso: buscan el descanso adecuado y seguro de la madre, tanto en estado prenatal, como en el período de lactancia, y garantizar el pleno y sano desarrollo del bebé en sus primeros meses de vida. En consecuencia, aumentan los lazos afectivos, se fortalece la unión familiar y se disminuyen los índices de mortalidad en madres y niños.
En América Latina son ejemplo Chile, Cuba y Venezuela con 18 semanas y el 100% de salario. Las razones: las mismas expuestas por los países europeos (ver fuente).
Además, esos países, le prestan atención a la Organización Internacional del Trabajo -OIT-, que llama la atención sobre la garantía legal de que las mujeres embarazadas y las madres jóvenes no pierdan su empleo por causa de embarazo, ausencia del trabajo en licencia de maternidad o parto. Y lo ven como elemento esencial de la protección de la maternidad (ver fuente).
Pues bien, el panorama en Colombia es el siguiente: la licencia de maternidad es un beneficio que la ley laboral ha reconocido a la mujer que ha dado a luz siempre que sea cotizante del sistema de salud, y que además cumpla con algunos requisitos. Como vemos ya hay limitantes.
La licencia de maternidad es de 14 semanas según la reciente modificación que hiciera del artículo 236 del Código Sustantivo del Trabajo la Ley 1468 de junio 30 de 2011, y la futura mamá debe recibir el salario que devengue «al entrar a disfrutar el descanso». ¿Descanso? ¿Una mamá, después de un parto natural o una cesárea más el trabajo propio del inicio de la maternidad, entra a descanso? Si vemos la maternidad como descanso, o a los hijos como carga, pues la sociedad colombiana es una sociedad fallida.
Con la Ley 755 de 2002 o Ley María (ver fuente) se buscó otorgarles tiempo en días a los padres de familia para estar en casa, compartir con su nuevo hijo, ayudar y consentir a su esposa, fortalecer los lazos familiares. Pero si el padre es cotizante y la madre no, solo tiene 4 días; cuando ambos cotizan tiene 8 días. Así, el tema no se centra en la importancia de estar en casa sino es un tema económico de la licencia.
Comparando la legislación de otros países y la nuestra, todavía tenemos mucho trabajo por delante frente a este tema. A diario escuchamos noticias de niños que nacen en un taxi, en el bus, en una estación de Policía. Y eso pasa porque las mamás, así cuenten con dos semanas de preparación para el parto, casi que deben estar hasta el último momento en la oficina, en la fábrica, en el trabajo produciendo. Y todo eso influye en la salud y bienestar del bebé.
En Europa, como dije antes, la protección de la futura familia tiene como uno de sus pilares evitar la mortalidad infantil (variable que arroja el número de muertes de niños menores de un año de edad en un año determinado por cada 1000 niños nacidos vivos en el mismo año) y garantizar la supervivencia y el desarrollo humano de sus naciones. Por eso las garantías de salud, bienestar, tiempo y salario y que se ve reflejado en las estadísticas. En los países citados (Suecia, Italia, Alemania, Noruega, Hungría, España), ocurren en promedio no más de 4 muertes por cada 1000 niños (ver fuente).
En Colombia, con una legislación muy limitada, y en donde la maternidad y paternidad se ven como un problema y una carga, especialmente en el mundo empresarial por el tema de las licencias y los costos, la tasa de mortalidad infantil es de 15,92 muertes/1.000 nacimientos (ver fuente).
¿No sería mejor que congresistas y periodistas se centren en temas como este y mejoren las probabilidades de vida, bienestar y salud de padres y madres de familia y sus hijos? ¿No es mejor que aquellos que tienen nuestra voz en el Congreso se dediquen a legislar a favor de la familia? ¿No es mejor que estudien problemáticas en donde se juega el futuro de hombres y mujeres? ¿Por qué los medios de comunicación no indagan e investigan estos temas y dejan de manipular a la gente aprovechándose de su credibilidad?
No trabajen para acabar la familia, a la base natural de la sociedad, definida así desde todas las ciencias posibles. ¡Mejor trabajen para defender a la familia carajo!
Punto aparte: La próxima semana escribiré acerca del padre de familia que no le sirve a Colombia…
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