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Si hay algo que he escuchado en mi tiempo de trabajo con las familias, es la preocupación de los padres frente al manejo que sus hijos hacen de las redes sociales, especialmente de Facebook. Y es una preocupación válida que surge en buena parte del desconocimiento que tenemos frente al tema, que además nos tomó ventaja y que nos lleva a vernos muy limitados en la orientación que podemos darle al respecto a nuestros hijos.

Facebook fue creado por Mark Zuckerberg originalmente como un sitio para estudiantes de la Universidad de Harvard pero con el tiempo se abrió a todo el que tuviera email. Su crecimiento fue sorprendente pasando rápidamente de contar con cientos de estudiantes de diversas universidades de Estados Unidos a tener más de 1000 millones de usuarios alrededor del mundo de acuerdo con indicadores del 2012. Para medir un poco su impacto miremos un caso cercano: estudios del Ministerio de Tecnologías de la Información y las Comunicaciones aseguran que en Colombia Facebook ocupa el lugar 14 a nivel mundial con más de 15 millones de usuarios y Bogotá, la capital, es la novena ciudad del mundo con más usuarios: 6.5 millones.

¿Qué lo hace tan especial? Facebook permite crear nuestro propio espacio en donde podemos incluir información personal, gustos, intereses y amigos, este último el gran gancho ya que nos permite estar en contacto y conocer las actividades de amigos, familiares, conocidos, allegados y no tan cercanos. Simplemente, de acuerdo a la periodicidad que queramos, actualizamos nuestro estado y podemos conocer de primera mano en qué andan y qué piensan todos aquellos que hemos «aceptado» como amigos. De igual forma todos ellos tienen acceso a mi información y actividades. Y es aquí donde precisamente comienzan los problemas.

Como no hemos creado una cultura de protección de nuestra información en Internet y somos muy dados a compartir más información de la necesaria, lo que ha llevado a que casi desaparezca la palabra privacidad del mundo online, pues muchos aprovechan para pescar en río revuelto y hacer de las suyas en la red, en las redes sociales, en Facebook.

No es mi propósito satanizar Facebook, que es una herramienta muy útil de conexión, intercambio de información y contacto con otras personas. Es más, muchas de mis actividades laborales las realizo a través de esta red que se ha convertido para mí en una especie de vitrina de contacto profesional. Sin embargo, toda la información que allí está, que a diario colocamos, en manos equivocadas es un riesgo enorme del cual debemos ser conscientes y aprender a manejar.

De acuerdo con la revista Internet Chief Security Online, una de las más prestigiosas del mundo en temas de seguridad en la web, estos son los peligros más comunes que corremos los usuarios de Facebook:

1.    Toda la información que colocamos en Facebook es vista y compartida por terceros que desconocemos.
2.    Los anuncios publicitarios pueden contener malware, un software malicioso que tiene el propósito de dañar el sistema de información de la computadora.
3.    Los estafadores, acosadores, pederastas y miembros de redes de pornografía y abuso infantil crean perfiles falsos.
4.    Desconocemos las configuraciones de privacidad. Lo peor es que podemos conocerlas y utilizarlas, pero cuando hay un nuevo diseño éstas retornan a modo predeterminado, es decir a seguridad cero.
5.    Los usuarios podemos ser víctimas de extorsión gracias a toda la información que colocamos.

A lo anterior debemos sumarle el ciberacoso, la incitación al odio y la pérdida progresiva de la personalidad ya que van en aumento los casos de usuarios que comparten información que busca  llenar las expectativas que los demás tienen de ellos y no lo que realmente son con tal de ganarse muchos «likes» o «Me gusta», formas de aceptación y popularidad.

¿Qué podemos hacer los padres de familia? Debemos partir de un examen de conciencia: ¿Por qué permití que mi hijo menor de edad, incluso antes de los 10 años, abriera una cuenta en Facebook? Ahora bien, nunca le hice seguimiento, nunca acompañé, ahora la solución no es obligarlo a que la cierre a las malas. Ojo, una encuesta del Dane del 2012 indicó que el 96% de los niños en Colombia ocupan su tiempo libre navegando en Internet y de ellos, el 79% lo hace solo, sin compañía. Y un estudio de la Fundación Telefónica dice que el 95% de los niños tiene una cuenta en Facebook.

Algunos expertos aseguran que una buena manera de minimizar los riesgos es conocer las claves de sus hijos. No sé, pero considero que en caso de acceder a la petición de sus padres, los niños y adolescentes abrirán una cuenta aparte, diferente a la que sus padres visitan, lo que aumenta los riesgos.

El secreto está en aprender más de Facebook especialmente de la configuración de la seguridad y la privacidad de la cuenta y enseñarles a los hijos sin que suene a regaño sino haciéndoles entender que como padres de familia los queremos ayudar a prevenir tantos peligros.

A manera de orientación, les recomiendo hablar con sus hijos sobre el uso responsable de las redes sociales, de los peligros que allí se alojan y de cómo minimizarlos. Para ello existen algunos sitios que les ayudarán a que esta titánica tarea rinda frutos. Facebook ofrece tutoriales al respecto (Tutorial Facebook); personas también ofrecen guías sobre este tema (Ver aquí) y hasta Wikis se han creado con este fin (Ver Wiki). Y así como estos ejemplos, hay miles circulando en la red y en documentos escritos como El manual de redes sociales que pueden comprar en línea (Ver aquí). Y no olvidemos las campañas del Mintic, los colegios y organizaciones como Red Papaz cada vez más preocupadas con todo esto.

Como vemos no hay excusa. La información está a la mano. Solamente debemos tomar conciencia al respecto. Y si todavía hay dudas, simplemente vea el siguiente video (Ver video) y de repente se dará cuenta hasta qué punto es necesario que aprendamos y enseñemos a usar Facebook de manera segura. Especialmente cuando de los hijos se trata.

Finalmente, quienes asumimos la tarea de estudiar los medios de comunicación y su impacto en la familia y la infancia somos conscientes que los grandes peligros que existen hacen necesario que se refuercen las ideas, se alerte en repetidas ocasiones y que la información se comparta, replique y multiplique. Estamos convencidos que a pesar de sonar obvios la prevención es la mejor herramienta de ayuda que contamos para evitar que muchos niños en Colombia y en el mundo sean víctimas de tanto malandro en la red.

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