Como suele pasar cada cuatro años en la época de las elecciones presidenciales, el electorado y la opinión pública se ven rodeados de un aluvión de propuestas por parte de los candidatos para todos y cada uno de los problemas del país, y este año no es la excepción. Así mismo, la reducción en el número de cabezas del partidor presidencial, facilita la discusión en este espacio de las propuestas de cada una de las fórmulas que busca la presidencia este año. La primera propuesta en este ejercicio es la de Iván Duque, candidato del Centro Democrático y actual senador de la república.
Duque y su formula vicepresidencial, Marta Lucía Ramírez, han sintetizado su propuesta de gobierno en una serie de listados disponibles en su página. En el campo de la educación, formulan un decálogo que apunta a varios de los problemas de la educación con soluciones más o menos concretas.
Llama la atención ver como, a diferencia de otros años, empieza a haber en las propuestas una visión de la educación post-secundaria que reconoce caminos distintos a la universidad, como es el caso de los puntos 5 y 10. En el primero, si bien reconoce la necesidad de una formación técnica pertinente con las necesidades regionales específicas, la implementación de una doble titulación en modalidades académica y técnica, además de depender de una infraestructura que probablemente aún no está, puede terminar creando un escenario con bachilleres que si bien tienen los títulos, quizá no tengan una formación lo suficientemente profunda para el camino que elijan, bien sea en la universidad, el mercado laboral o la formación técnica. En el caso del punto 10, si bien es una meta loable, depende de una conversión del SENA en una entidad técnica y que deje de ser un fortín político, algo poco probable dado el pelaje del senador Duque, un pelaje que también hace difícil creer su intención de fortalecer la universidad pública, dada la relación de esta con su jefe político (punto 9). La condonación parcial de los créditos del ICETEX a estudiantes graduados magna cum laude (punto 8) es una medida que no resuelve el problema de la nociva estructura de créditos e intereses de la entidad que deja a sus beneficiarios pagando 3 o 4 veces el valor de los estudios realizados.
El punto 6, relacionado con la calidad docente, sugiere que Duque entiende algunas de las necesidades del país en la calidad docente. Sin embargo, deja por fuera los problemas existentes en relación con la formación docente y los programas de licenciatura, un problema que quedó resuelto a medias en el gobierno Santos, mientras que los puntos 1 a 4, y 7 (Alimentación, educación en primera infancia, jornada única, actualización curricular e infraestructura) se refieren a problemas de vieja data en la educación colombiana que no representan nada novedoso programáticamente hablando, y resultaría muy preocupante que no se vieran atendidos. En el caso de estos puntos, es necesario establecer metas claras en términos de tiempos e indicadores (P. ej, aulas construidas y funcionando a 2020) teniendo en cuenta la urgencia de las mismas.
Es inevitable discutir la propuesta de Duque con el otrosí que él es un proxy de Álvaro Uribe Vélez, y en función de eso, es necesario tener en cuenta los logros más bien magros de este con respecto a la educación colombiana. Aunque hay algunos puntos innovadores, el catálogo de buenas intenciones (Un tema recurrente en este tipo de propuestas) empieza a hacerse notar.
Educación para políticos grotescos y sin ideas que ni siquiera asisten a sesiones del congreso y cobran por derecha y por izquierda lo que no merecen.
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