Por: Alberto Díaz

Majo es una joven que cree haber encontrado su vocación en el mundo, aún está en la edad donde desea organizar su vida, en realidad, ella condena levantarse temprano, prefiere hacerle un culto al sueño, es un poco despistada, le encantan los chocolates y chatear desde su celular, sale con sus audífonos puestos para alejarse del mundo y escuchar lo que a ella le deleite, sin que nadie le juzgue, aunque muchos quisiéramos saber lo que pasa por su mente, sus ojos iluminan cualquier lugar sombrío así ella no se dé cuenta, a Majo no le interesa la política, no quiere saber quiénes son los próximos candidatos a cualquier cargo de elección popular, y a pesar de que le insisto lo importante que son los ejercicios democráticos, ella opta por hacer otra cosa y disfrutar de la vida.

Nuestras discusiones siempre terminan en que soy un senil fastidioso, y que me eliminará y bloqueará de sus contactos, que no le hable de política, ni de mis amores, que a ella no le interesa lo que siento y mucho menos por quién voy a votar o a quién voy a amar, me dice que no sea cursi y mamón, que no desgaste mi tiempo escribiendo y que busque un trabajo rentable, ella prefiere hablar con jóvenes de su edad, bellos y simpáticos que adulen la belleza de su rostro. Majo es piadosa, va a misa y aún cree en el cielo y el infierno, ella piensa que va a ir al paraíso y seguramente va a ser así, porque el amor no puede condenar a nadie, pero si por el contrario llegaré a las tinieblas, le digo que no se angustie que allí nos encontraremos con los López, Gómez, Santos, Pumarejo, Michelsen y demás, que por sus desastrosos gobiernos hicieron de este país una penitencia para vivir.

Cuando Majo me pregunta qué debe estudiar yo le respondo que lo que le guste, que la vida es una sola, que uno debe exteriorizar lo que siente, y que así no le guste a los demás las acciones y decisiones que tomemos, que importa. Ella va feliz por la vida, siempre con una sonrisa en su rostro, solo una vez la he visto llorar, discutía con su novio de aquel entonces y lloraba embriagada de pena, se conocieron en uno de sus pasados trabajos porque desde pequeña ha tenido que trabajar, él tenía una mala costumbre y le prometía a Majo que iba a dejar de practicarla, de esa manera descubría lo furtivo del amor, pero se dio cuenta que el amor que él profesaba a esa costumbre era superior al que declamaba por ella. Debe ser por ello que no cree en las palabras de la gente y relaciona esta experiencia con los políticos que prometen y no cumplen, ahora sus sentimientos que le ligan con sus nuevas parejas no son tan fuertes, como con ese personaje que marcaría en adelante su vida afectiva.

Muchos quieren salir con Majo, pero no presta atención, parece estar elevada, corre de un lado para otro, ella siempre elegirá dormir hasta tarde, única y exclusivamente iría con alguien a cine si es de su interés afectivo, que no es mi caso, en mi lugar debo conformarme con un saludo a la distancia, evidentemente no hago parte de sus afectos, nunca saldré con ella, por más que me esfuerce por demostrarle que me interesa, ella se esfuerza por demostrar que mi compañía le aburre y le molesta, que no gusta de mí, con toda razón, más bien porque soy exageradamente pasivo, de leer un libro, de escribir, de ver una película y “arreglar el país”, ella prefiere irse a vivir intensamente, es joven y debe pasarla bien.

En el pasado Majo me confundía, ahora también, su locura por momentos me contagia me hace actuar como un adolescente enamorado, como si fuese un aprendiz en estos temas, y es que cuando se tienen los años mozos se quiere cambiar el mundo, se es filántropo, se cree en el sistema democrático, y con el pasar del tiempo y con el desastre de las experiencias pierdes la fe, pero Majo no la pierde, ella me impregna su energía en mis instantes de niebla, debe ser por ello que estoy torpemente enamorado, como diría el ganador del Grammy Anglo, Carlos Vives “No necesito vencer la capa de ozono, ella, es la nave que me lleva hacia el espacio” y me aparta del laberinto monstruoso de la política.

T.@betodiazb