Por: Lorena Castañeda

“La educación no es oriental y occidental, la educación es educación y es el derecho de cada ser humano”. Malala Yousafzai

Como lo dice el título de esta columna de opinión, en esta ocasión queridos lectores, voy a hablarles de una de las experiencias más gratas que estoy viviendo en este momento. Se trata de lo que hacemos con la Fundación Jornal que dirijo y de la cual me siento muy orgullosa.

El pasado sábado 21 de febrero en el marco de uno de nuestros proyectos, fuimos a llevar una biblioteca a un colegio de una zona muy apartada del oriente Tolimense, más exactamente a la vereda El Triunfo, perteneciente al municipio de Icononzo. Un lugar que aún es reflejo de la crueldad de la violencia y del olvido total del Estado.

La carretera como muchas del país no podía estar más rota, así que para llegar al Colegio, el rector nos ofreció la chiva que sirve de transporte a la vereda, además era el único medio. Como sea teníamos que cumplirle a 103 estudiantes que nos estaban esperando desde las 8 de la mañana, bueno esperaban los libros que les llevábamos en la chiva.

En más de una hora de recorrido pudimos ver cultivos de todo tipo, desde tomate de árbol hasta frijol. Llegamos a la vereda, una zona que está a 1.800 metros sobre el nivel del mar, donde antes se producía mora para toda la región pero que por el cambio climático, dejó de serlo. Pasamos por el caserío, vimos unas cuantas casas abandonadas y con muchas señales de una pasada violencia. Llegamos al colegio y se escuchaban los gritos de los niños: ¡llegaron los libros! ¡llegaron! Es imposible no ahogarse en sentimiento con estas frases.

Los niños nos ayudaron a armar su nueva biblioteca. Miraban con curiosidad los más de 1500 libros y comentaban entre ellos que los leerían todos. También le enseñaban a sus profesores cómo ahora podían investigar las tareas que ellos le dejan y que ya no les tocaría trasladarse por hora y media para consultar en la biblioteca municipal.

Mientras en la Habana se negocia un acuerdo de paz, aquí las escuelas siguen siendo los escudos de los violentos. Por eso queremos ver los rincones más apartados del país llenos de libros, vida y sonrisas y esa es la meta más grande que nos propusimos con la Fundación Jornal. Todos los que integramos esta organización, aportamos algo de nosotros al desarrollo del país y esta es precisamente la invitación que hoy quiero hacerles a través de estas letras, dar algo al futuro de Colombia así sea mínimo, es vital para nuestro país.

Basta de quejarnos, basta de la politiquería de algunos, basta ya de la infamia de ver niños asesinados por cualquier razón. Sí este país no se enfoca en brindar educación de calidad a todos los niños del Colombia, un acuerdo de paz será nada más que letra muerta.

T. @Lore_Castaneda