Peligrosos grupos de taxistas, en actos completamente ilegales e irresponsables, han iniciado una persecución contra los usuarios y conductores de Uber, llegando al punto de armarse para perseguir -cual grupo paramilitar- a los conductores de este nuevo servicio. Desde diferencias abismales en el servicio de transporte, principios estatistas, altos intereses políticos sobre el gremio taxista, hasta la incapacidad de innovar de éste, han sido el motor de una crisis, aún no solucionada.
La calidad de Uber ha fomentado que usuarios migren de los tradicionales taxis a él, así cueste más, pues muchos taxistas son actualmente sinónimo de inseguridad. Yo sé, para quienes son criminales al volante es muy difícil comprender los conceptos de respeto por el cliente, libertad de mercado, necesariedad de la competencia e innovación. Sin embargo, es fácil comprender esto: si se presta un buen servicio, seguirán teniendo clientes; si prestan un mal servicio, migraremos, aún más personas, a Uber.
La protesta de los taxistas es un absurdo contra la competencia y la libertad del mercado. Yo quiero ver el primer taxista que haya armado una protesta por las calles de la capital en contra de las malas prácticas de sus compañeros, tales como el paseo millonario, el famoso “yo allá no voy”, la música a todo volumen, las imprudencias, el irrespeto por las normas de tránsito, la adulteración de los taximetros y usar sus carros como colectivos. ¡Esto no pasa en Uber!
La apertura del mercado de transporte individual significa que no tendremos que aguantar con toda la informalidad e ilegalidad a la que han llevado muchos taxistas al sector. Los que están recreando el paramilitarismo en Colombia no son los concejales de Bogotá -como lo quiere hacer parecer el estatista y populista de Gustavo Petro– sino los grupos de taxistas que están haciendo bloques de búsqueda criminales, para perseguir a quienes ejercen la libertad económica.
Señor taxista, móntese en Uber para que conozca el futuro, para que se dé cuenta de que la innovación es la que va a terminar su oligopolio. ¡Taxistas, Uber no es su enemigo! La innovación es la expresión de la libertad y la competencia, pues es el potencial para que el servicio, la competitividad y la productividad mejoren. Así es, la economía liberal parte de la libertad y no de la criminalidad. Nosotros, los clientes, somos los más beneficiados de ello.
Felicito a todos los taxistas honrados y trabajadores. Los invito a oponerse ante los grupos delincuenciales que están surgiendo dentro de su gremio. Abrir la economía colombiana a la competencia y la innovación es un trabajo de todos. Pero sobre todo, ejercer una labor de manera decente y respetuosa con los clientes es de admirar.